Un mosso, sobre el 1-O: «Al mediodía pensábamos que alguien tenía que parar aquello»

«Tras la primera carga policial a las diez de la mañana, la de Sarral, no sabíamos qué pasaría a partir de entonces», comenta el agente

30 septiembre 2018 12:52 | Actualizado a 01 octubre 2018 15:52
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Aunque algunos acusan de «pasividad» la actuación de los Mossos d’Esquadra el 1 de octubre del año pasado, los agentes de la Policía Autonómica vivieron la jornada con mucha preocupación. Francesc –nombre ficticio– es uno de los agentes de la Regió Policial del Camp de Tarragona que le tocó trabajar aquella jornada. «Días antes ya hablábamos de aquel domingo. Había una cierta expectación sobre lo que iba a pasar, qué hacían aquí tantas furgonetas antidisturbios de la Guardia Civil y la Policía Nacional». 

Después del briefing a primera hora de la mañana, este agente y su compañero cogieron una emisora y un teléfono móvil para acudir a su destino. «Durante estas primeras horas, a través de nuestros teléfonos particulares, nos comunicábamos». Pero el tono cambió sobre las diez de la mañana, cuando se escuchó la primera carga policial en Sarral. «A partir de aquel momento ya aumentó la preocupación. Era una incógnita saber cómo se desarrollarían los acontecimientos».

Durante la mañana, el envío de mensajes entre grupos de agentes, de familiares, de conocidos, etc, era constante. «La situación estaba muy caliente, totalmente fuera de lugar». Francesc, personalmente, no llegó a temer  en ningún momento por su integridad, pero pensaba: «Trabajo en esto y no me creo lo que estoy viendo. Era como ir en contra de tus principios, por mucho que sepas de lo que trabajas». Las imágenes que le llegaban aquel mediodía lo consideraba «totalmente desproporcionado». 

Reconoce que tanto él como su compañero vivieron la situación «con mucha tensión, sobre todo por las cargas policiales». Al mediodía, pudo comer relativamente tranquilo. A aquella hora pensaba que «esto se tenía que parar, pero no sabía cómo o quién». Y más después de ver por televisión las imágenes y noticias que se estaban dando.

Una vez terminado su turno, siguió con preocupación las informaciones que llegaban. «Quería saber lo que había pasado con el referéndum, pero también estar atento a las imágenes». Por ello, reconoce que le costó conciliar el sueño, como ya le había ocurrido la noche anterior.
En los días siguientes, los comentarios con los compañeros estaban en el orden del día. Los que hablaban abiertamente reconocían que la situación vivida estaba fuera de lugar. «Reconozco que personalmente estaba indignado». Se mostraba «contento por el resultado del referéndum y descontento por las cargas tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil». Tras el 1-O asegura que las relaciones con los cuerpos de seguridad del Estado son diferentes, «nos los miramos diferente».

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