Un viaje al mundo de Narnia, solidario y de integración social en Tarragona

El Teatre Tarragona acoge este sábado 30 de noviembre dos representaciones de la mano de Musicart con todas las entradas agotadas

27 noviembre 2019 19:03 | Actualizado a 27 noviembre 2019 19:13
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El fascinante mundo de Narnia se hace musical. La misteriosa puerta que transportó a los hermanos Pevensie se abre esta vez para dar paso también a otro universo, lleno de magia, ilusión y fantasía. Una puerta que trasladará a los espectadores directamente a la platea del Teatre Tarragona y a los orígenes de los desvelos del escritor C.S. Lewis. 

Origen, el musical de Narnia se estrena este sábado con todas las entradas agotadas hace ya unos días para las dos sesiones que se representarán (17.00 horas y 20.00 horas), un proyecto de Musicart bajo la dirección de la Asociación Juvenil Atrévete. Un viaje teatral a Narnia que, sobre todo, es un largo recorrido solidario y educativo. De inclusión social.

Largo porque su preparación ha llevado más de un año. Solidario porque una parte de la entrada se destinará a beneficio de una ONG que trabaja con refugiados en Sudán del Sur y educativo porque jóvenes y adolescentes descubren que pueden tener otro futuro explorando sus capacidades.

Arte y valores
Melani Zarco y José Escobar
son los directores del proyecto, quienes empezaron en los barrios de Ponent impartiendo danza y bailes modernos.

Dos jóvenes educadores que desde ya un tiempo destinan un pedacito de su vida a mejorar la de los demás.

«Musicart es una forma de atraer a niños y adolescentes de familias con pocos recursos o en riesgo de exclusión social y, al mismo tiempo, de trabajar el ámbito emocional», revela Melani.

Porque en esas clases artísticas gratuitas, afloran los valores, siempre presentes. «Es muy interesante porque a partir de un proyecto de estas características aparecen otras cosas como la convivencia o el desarrollo personal», explica Melani, docente y bailarina. 

En este contexto, en 2015 surgió la idea de organizar un pequeño festival de teatro musical, que ha ido creciendo con el tiempo, de tal manera que si en un principio actuaron en centros cívicos y carpas, la segunda edición tuvo lugar en el Teatre Metropol para acabar este año en un Teatre Tarragona a rebosar.

Un crecimiento que también han experimentado en profesionalidad a nivel técnico y artístico. En este sentido, comentan cómo si bien los dos primeros años los protagonistas fueron los niños y jóvenes que asisten a las clases de Musicart, en esta tercera edición el elenco está formado por los propios voluntarios que imparten las disciplinas. «Se han animado», manifiestan Melani y José.

Pero, ¿Por qué teatro musical? «Quien está en escena tiene que trabajar en equipo, es fundamental. Y emerge el sentido de pertenencia al grupo, el estar pendientes los unos de los otros, ya que el mismo trabajo de teatro así lo requiere», apunta José.

«Gran parte del musical es lo que se transmite, lo que se expresa, cómo se hace llegar la historia que se está narrando. No sirve solo con cantar, bailar o actuar. Hay que expresarlo y es ahí cuando se toca el área emocional», puntualiza Melani. Unas emociones de jóvenes llegados de distintos puntos del mundo, una pequeña familia «de diferentes culturas», que trasciende el telón.

No obstante, cada proyecto es único. «Siempre empezamos de cero y algunos participantes repiten. Otros, no», señalan. 

Musicart es puramente vocacional, que implica trabajo y dedicación. «Sí es cierto que empiezas con 50 voluntarios y durante el proceso se marcha gente. Pero los que se quedan realmente quieren estar y le ponen entusiasmo», destaca Melani. Tanto como para compaginar vida personal y laboral con tres y hasta cuatro horas de ensayos semanales. 

Pero es que trabajo entre bastidores hay y mucho. Vestuario, técnicos, maquillaje, escenografía... Hasta el más pequeño detalle es de producción propia, empezando por el guion. Todo sale de la creación de este grupo multidisciplinar actualmente formado por 30 personas fijas, aunque llegan a las 130. En este sentido, Musicart cuenta con el equipo creativo y diferentes áreas artísticas. 

Sin embargo, no todo es dar. Es un compartir experiencias. «Los voluntarios de Musicart son todos aficionados al mundo del arte pero algunos tienen más experiencia que otros,  por lo que a través de este proyecto también aprenden. No solo aportan su granito de arena, sino que al mismo tiempo reciben». 

Con la seguridad del trabajo bien hecho, el mundo narniano se representará en Olot el próximo enero, al que seguirán Valls y Ulldecona. Y tienen la ilusión de poder compartirlo con el público de otros rincones de Catalunya a pesar de los problemas de agenda que eso pueda conllevar.

Mientras, otro de los pilares en que se sustenta el proyecto es el fin solidario al que se destina, que este año es una ONG que trabaja en Sudán del Sur (unrefugees.org/emergencies/south-sudan), una manera más de extrapolar ese espíritu altruista de sus directores. Asimismo, también están implicadas un conjunto de iglesias evangélicas de la provincia.

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