Una alumna de un centro de adultos hacía bullying a casi toda su clase

Un mosso d'esquadra se infiltró en el aula y detectó que la conducta podría ser constitutiva de infracción penal

19 mayo 2017 23:25 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:46
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Una joven de 22 años tenía atemorizada a casi toda su clase en un centro educativo de Tarragona que da clases a personas adultas. Una acción que se venía efectuando desde hacía meses, principalmente hacia cuatro alumnos, a los que sometía a episodios de violencia verbal y tratos vejatorios con la finalidad de humillarlos y vejarlos por motivos de etnia, orientación sexual, lugar de procedencia e incluso de edad. Para comprobar el alcance de los hechos y ver si estos podrían ser constitutivos de una infracción penal, un mosso d’esquadra se infiltró en el aula. Finalmente, la joven ha sido imputada por delitos continuados contra la dignidad de las personas, castigado por el Código Penal con penas de hasta tres años de cárcel.

Los problemas con esta joven de 22 años comenzaron ya el pasado mes de octubre, según informaron ayer los Mossos d’Esquadra. Durante la clase, esta alumna se mostraba muy agresiva con la mayoría de compañeros –menos con sus dos amigas–. Al resto los tenía intimidados. Sus expresiones se podrían calificar de xenófobas, homofóbicas y gerontofóbicas. No sólo había amenazas verbales, sino también físicas.

Las víctimas era principalmente jóvenes, pero también había personas de edad avanzada. Ante este trato vejatorio y humillante, las víctimas manifestaban un sentimiento de angustia creciente por la gratuidad de los ataques, que lesionaban «gravemente su dignidad humana». A estos ataques, asegura la Policía Autonómica, se añadían amenazas, provocaciones, coacciones e insultos. Y ello ocurría tanto en clase como cuando se encontraba con las víctimas en el exterior.

Hace dos semanas

Hace aproximadamente dos semanas, los Mossos d’Esquadra, a través de los contactos que mantienen con los centros, tuvieron conocimiento de estos hechos. Se trataba de la primera vez que eran protagonizados por una persona mayor de edad. Normalmente se suelen dar en adolescentes y se resuelven con la mediación. En este caso, y para determinar la gravedad de la actuación de la joven, un mosso d’esquadra se infiltró en la clase –era la primera vez que los Mossos utilizaban esta técnica–. Durante aproximadamente una semana observó la conducta de la sospechosa, aunque con él no se metió.

El mosso comprobó que efectivamente la acciones podrían ser constitutivas de unos delitos continuados contra la dignidad humana, la incitación al odio radical, contra la libertad y orientación sexual y conductas gerontofóbicas por razón de edad. Finalmente, el pasado viernes declaró como imputada en la comisaría de Campclar, donde quedó en libertad a la espera de comparecer ante el juez instructor. La joven carece de antecedentes policiales.

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