Una científica de la URV halla una molécula contra el virus

El descubrimiento de la investigadora Nidhi Pandey abre la puerta a nuevos fármacos para paliar la tormenta de citocinas que crea el SARS-CoV-2 y que desencadena muchas muertes

18 noviembre 2020 12:50 | Actualizado a 18 noviembre 2020 15:37
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

«Nuestro estudio es un rayo de esperanza en la carrera terapéutica contra el SARS-CoV-2», reconoce la joven investigadora en biomedicina de la URV Nidhi Pandey. Ella, natural de India y ahora afincada en Estados Unidos, ha cursado en Tarragona el Máster de Ciencias del Sistema Nervioso de la URV y ahora hace el doctorado. Es una de las firmas del estudio ‘Descubrimiento de nuevos derivados de pirazol como potente agente inflamatorio mediante la inhibición para un posible beneficio contra el SARS-CoV-2’, un proyecto científico internacional que acaba de ser publicado.

«Hemos descubierto una molécula altamente activa de un total de siete desarrolladas. Son derivados del pirazol», explica Nidhi. En concreto, se ha localizado un agente que actúa sobre células mediante la inhibición del complejo proteico NF-kB, en el entorno de la infección del virus.

Pero, ¿por qué resulta relevante este hallazgo, realizado desde el plano de la bioquímica y pendiente de ser aplicado en la sanidad? La investigadora de la URV sugiere cuál fue el punto de partida: «El SARS-CoV-2 es un virus altamente contagioso y mortal que se transmite muy fácilmente y compromete el sistema inmunológico del paciente huésped. Diversos estudios han confirmado el elevado nivel de citocinas proinflamatorias debido a un fenómeno conocido como tormenta de citocinas que conduce al fallo multiorgánico y la muerte de pacientes gravemente enfermos, si no se trata a tiempo para prevenir esta tormenta».

El trabajo se llevó a cabo entre la universidad india Sam Higginbottom, con el investigador Udaya Pratap Singh a la cabeza en el laboratorio, y en la URV. «Nuestro estudio enumeró el desarrollo de moléculas novedosas que pueden prevenir la tormenta de citocinas a través de múltiples vías, lo que lo distingue de otros medicamentos que se usan clínicamente ahora. Por tanto, la actividad multifactorial de las moléculas desarrolladas resulta ventajosa frente a los fármacos utilizados actualmente, que actúan mediante mecanismos únicos».

Mitigar la gravedad

Buena parte de la ciencia está volcada en esas lides. «Debido a la falta de una vacuna específica para atenuar el síndrome respiratorio agudo grave del coronavirus 2, la estrategia actual depende del uso de fármacos antiinflamatorios que puedan controlar la tormenta responsable de la depresión respiratoria», indica el informe.

Pandey, desde el Departament de Ciències Mèdiques Bàsiques, estudió la manera en que estas moléculas se unen al receptor del virus responsable de activar esa letal tormenta de citocinas. Se trata de una reacción exacerbada del sistema inmunitario que resulta mortal en muchos casos para el paciente. Según el estudio, estas moléculas «atenúan de manera potente varios medidores» de ese proceso que suele generar numerosas complicaciones sanitarias.

La tarea ha sido ardua y compleja, porque tanto ella como el resto de investigadores en la carrera mundial por la vacuna y los fármacos contra la Covid-19 tienen la sensación de estar abriendo terrenos no explorados y de hacerlo, además, a contrarreloj. «Hablamos de un virus muy nuevo y no tenemos suficientes estudios al respecto, por lo que es muy difícil desarrollar una molécula que inhiba selectivamente a la tormenta de citocinas sin obstaculizar ningún otro proceso biológico normal», cuenta la investigadora. Por lo tanto, el reto era descubrir moléculas que fueran, a la vez, selectivas y potentes, para controlar esas condiciones inflamatorias en pacientes que están gravemente enfermos. «Todo ello hace que el proyecto sea costoso y engorroso», cuenta Pandey.

Un proceso largo

Este, sin embargo, es un primer paso desde el laboratorio, al que le sigue ahora un recorrido largo, y grandes dosis de trabajo duro. «Nuestra molécula es prometedora para futuras terapias, pero el descubrimiento de fármacos es un proceso bastante largo, tenemos que aclarar varias normas, que son muy estrictas y necesarias, como la determinación de toxicidad, la biodisponibilidad o los efectos secundarios antes de finalmente entregar el medicamento al mercado».

El componente químico, pues, podría estar disponible en un futuro próximo y ser válido para próximas oleadas de este virus o incluso para otras pandemias que estén por venir. «Nuestro camino continúa. Los resultados son alentadores y nos motivan a seguir y a trabajar para desarrollar medicamentos más efectivos contra el SARS-CoV-2», cuenta Pandey, que ahora realiza el doctorado en la Rovira i Virgili. «Estoy aquí por mi deseo de seguir aprendiendo, de llevar más allá mi pasión por la investigación y contribuir al avance del campo médico. El entorno internacional de la URV proporciona un gran conocimiento y perfecciono mis habilidades junto a algunos de los mejores investigadores en el ámbito médico».

Comentarios
Multimedia Diari