Una ida de olla más y no la entiende ni el director

#seriesenvena
‘Maniac’.
Lo nuevo de Netflix protagonizado por la oscarizada Emma Stone y Jonah Hill y dirigida por Cary Joji Fukunaga es un drama de difícil digestión

28 septiembre 2018 20:21 | Actualizado a 01 octubre 2018 18:38
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Te enteras de que Netflix está preparando una nueva miniserie que va a ser dirigida por Cary Joji Fukunaga, el responsable de la inolvidable primera temporada de True Detective y próximo director de la nueva entrega de James Bond y piensas, bien, esto promete. Después averiguas que el guión corre a cargo de Patrick Somerville, responsable de los guiones de The Leftovers y de que va ser protagonizada por Jonah Hill y la oscarizada Emma Stone y ya está, te acabas de convencer. El producto resultante va a ser el no va más, la sensación del año, el nuevo pelotazo de Netflix... pero ostras, a lo mejor no lo es.

Lo que nace de todo este compendio de mentes privilegiadas y creativas en grado sumo es Maniac, la nueva apuesta fuerte de Netflix para dar al público una serie rompedora y novedosa.

Mentes perturbadas
Annie Landsberg (Emma Stone)
es una chica a la que abandonó su madre de pequeña y que vive angustiada y deprimida al sentirse responsable por la muerte en accidente de coche de su hermana pequeña y que tiene un padre ausente la mayoría del tiempo. Todo esto le lleva a vivir una vida de excesos y abuso de las drogas. Por otro lado tenemos a Owen Milgrin (Jonah Hill) el hijo menor de cinco hermanos de una familia acaudalada diagnosticado con esquizofrenia. Owen se siente como un bicho raro cuando está con su familia porque él siente que no encaja y que sus padres y hermanos no hacen nada para aceptarlo.

Annie y Owen, para intentar arreglar sus problemáticas vidas,  se prestan voluntarios para participar como conejillos de indias en el ensayo clínico de una gran farmacéutica que intenta comercializar un nuevo fármaco que promete curar cualquier dolencia tanto física como mental. Este ensayo tiene una duración de tres días y consiste en ingerir una pastilla por día a las que llaman A, B y C lo que les lleva a entrar en un sueño profundo durante el cual viajarán a mundos y realidades muy diferentes a las suyas con la promesa de que al despertar se habrán curado totalmente de sus dolencias.

El inventor de esta supuesta maravilla de la ingeniería farmacéutica es el Dr. James K. Mantleray (Justin Theroux), un personaje bastante difícil de calificar.

Estética retromoderna
Maniac
es una serie que se desarrolla en una sociedad actual, pero con una estética ochentera y a la vez futurista. Lo sé, suena confuso pero es que Maniac es como mínimo confusa.

A entender este tipo de estética retromoderna ayuda mucho, por ejemplo, el vestuario, con un aspecto totalmente de los años ochenta aunque, sin embargo, hay personajes que visten de una forma totalmente moderna o en ocasiones muy futurista. Lo dicho, serie confusa donde las haya.

El Dr. Mantleray cuenta con la ayuda de la peculiar y fumadora compulsiva Dra. Azumi Fujita (Sonoya Mizuno) y junto con él crean un superordenador de aspecto retro que será el encargado de ejecutar el ensayo clínico. Tras una serie de sucesos el superordenador adquiere personalidad y sentimientos, lo que va a complicar en gran manera la labor del Dr. Mantleray y todo el ensayo clínico correrá peligro.

Es un todo o un nada
Maniac
es una serie que desde luego no va a dejar indiferente a nadie. Cary Joji Fukunaga ha creado con este drama un mundo en el que, sobre todo al principio, cuesta introducirse y por tanto llegar a entender. La trama es de un desarrollo lento por momentos. Durante los dos primeros capítulos nos enseña la vida actual de los protagonistas Annie y Owen y qué es lo que les lleva a aceptar ir al ensayo clínico. Pero ya cuando empiezan el ensayo y comienzan a viajar mentalmente a otras realidades el nivel de surrealismo al que nos lleva Fukunaga es máximo. Las múltiples personalidades que adquieren Annie y Owen nos llevan a un nivel de asombro difícil de asimilar. Yo todavía no he superado al koala de peluche lila jugando al ajedrez en un parque...

Eso sí, la gran calidad de dirección de Cary Joji Fukunaga queda patente en cada plano. Sabe sacarle todo el partido a la gran Emma Stone y a sus ojazos de gatito de Shrek. Hay tomas realmente de una calidad excelente.

¿Merece la pena verla?
Esta es la gran pregunta. Aunque tengo que reconocer que no ha sido de las series que más he disfrutado viendo y que se me ha hecho un poco cuesta arriba, por ver las actuaciones de Emma Stone y Jonah Hill casi merece la pena.

Pero también tengo que decir que por momentos parece que todo es un puzzle donde las piezas no termina de encajar, donde el planteamiento de las realidades paralelas que viven Annie y Owen es un cúmulo de puntos inconexos, donde hay situaciones que no se terminan de cerrar y algunas hasta prescindibles. Hasta la duración de los capítulos es extraña ya que hay que duran cuarenta y cinco minutos y otros que no llegan a los veinticinco. Miradla y ya me contaréis.

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