Empiezan las obras del túnel del Coll de Lilla

El Estado da por iniciadas las obras del complejo túnel al Coll de Lilla, entre Valls y Montblanc. Las máquinas ya se encuentran a los pies de la montaña que se empezará a excavar en un par de meses.

De momento, se están haciendo los trabajos previos para construir un muro de contención con 65 pilones de hormigón y asegurar la entrada del túnel, que tendrá una longitud de 1,5 kilómetros y hasta 120 metros de profundidad. La presencia de arcillas expansivas obligaron a replantear la actuación.

Se estima un año y medio de obras para terminar el agujero del túnel, que tendrá dos bocas. Con un presupuesto que se ha elevado hasta los 115 millones de euros, se trata del cuarto y último tramo pendiente de ejecutar de la autovía A-27, entre Tarragona y Montblanc. “Es una realidad, esto no tiene marcha atrás”, ha declarado la delegada del gobierno español en Catalunya, Teresa Cunillera, que también ha pedido disculpas a la ciudadanía por el retraso que arrastra el proyecto. Se trata de la primera visita de titulares estatales a las obras, con notoria ausencia de los alcaldes del territorio.

Con la visita de Cunillera a las obras este jueves por la mañana, acompañada de los subdelegados de Tarragona y Lleida, y maquinaria en marcha a los pies de las montañas, se ha escenificado el arranque de un proyecto encallado durante años, si bien con la ausencia de los alcaldes de Valls y Montblanc.

Cunillera ha reconocido “poco contacto” con los alcaldes, contraponiéndolo con el buen entendimiento y diálogo que asegura haber mantenido con los alcaldes del A-2 y la AP-7. A la vez, ha garantizado que la convocatoria de elecciones generales no frenará la actuación y que, en todo caso, se podrían ver afectadas obras "complementarias" del tramo que estaban previstas en los presupuestos generales del 2019, sin concretar, pero, de qué se tratan.

También se ha comprometido a ejecutar el túnel a un “ritmo acelerado”, sin aventurar, pero, ningún calendario no solo por la “decepción” adherida al proyecto después de varios calendarios incompleto, sino también por su complejidad y envergadura. “Creemos que tenemos la solución”, ha manifestado.

La apertura del túnel marcará el plazo

Según los ingenieros, la apertura del túnel determinará su plazo. Ahora se trabaja en la pantalla con 65 pilones de hormigón armado para sostener una vertiente de montaña inestable y garantizar la máxima protección.

Este muro de contención irá anclado en tierra hasta 24 metros. La máxima complejidad de la actuación es que el túnel perforará unos terrenos difíciles. Si en la boca en la zona de Valls el terreno se caracteriza por hojas sobrepuestas de pizarra, la salida que dará a la vertiente de Montblanc tiene presencia de arcillas con tizas expansivas.

En el cuerpo de la montaña, donde los materiales son más compactos, se harán voladuras, mientras en otros tramos se avanzará con retroexcavadora, con pasadas de 75 centímetros, para conformar un túnel con revestimiento en forma circular, puesto que, en la opinión de los ingenieros, soporta mejor las presiones propias del terreno.

Se estima que la excavación del agujero puede suponer un año y medio de trabajos. Aparte del túnel, pero, dentro de este mismo tramo de autovía, de poco más de 7 kilómetros, también hay otros puntos de elevada complejidad, como dos viaductos ya en construcción, uno de los cuales de 180 metros de longitud.

Se está construyendo in situ por las dimensiones -de 50 metros- de las vigas. La calzada se encofrará este mes de marzo. Inicialmente también se preveía un viaducto al término de Lilla, en la boca del túnel encarada en dirección a Montblanc, pero, por problemas geotécnicos se ha optado por un cajón de drenaje de hormigón armado, cubierto con un terraplén -tal como también se hizo con el túnel del AVE .