Una rotonda delante de Icomar para mejorar el acceso al barrio y al tanatorio

El Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con una empresa de bricolaje que se establecerá en la zona para que sufrague los gastos de urbanización de la futura glorieta

15 mayo 2021 14:40 | Actualizado a 16 mayo 2021 11:07
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La mejora de las entradas de la ciudad es una vieja asignatura pendiente que quiere empezar a abordarse ahora que hay un acuerdo para finalizar el traspaso de carreteras del Estado. Más allá de los grandes proyectos, como la ampliación del Pont del Francolí y del carril bici de Llevant, este lifting incluye también «pequeñas» actuaciones que deben servir para facilitar la accesibilidad de cara a los vecinos de algunas de estas zonas.

Dentro de esta línea de actuaciones se ha previsto la construcción de una nuevo rotonda delante de la entrada de Icomar. Regulará el tráfico de la vieja carretera de València –la del tanatorio–, con la N-340 y el vial de acceso al barrio. Un espacio que «ahora mismo es un caos, que tenemos que ordenar», según afirma el concejal de Territori, Xavier Puig.

La intervención ya está diseñada y va a impulsarse a partir de un acuerdo con una superficie comercial, que va a establecerse en unos terrenos que ahora están desocupados en la zona. La compañía sufragará los costes, que ascienden a un millón de euros aproximadamente. Se trata de una contribución especial que se vinculó a la concesión de la licencia de actividad, dado que la llegada de este establecimiento del sector del bricolaje, se prevé que supondrá un incremento de tráfico en todo este ámbito. «Era necesario, porque sino se cargaba demasiado el polígono Francolí y, en cambio ahora, tendremos unas entradas y salidas más fluidas», indica el Ayuntamiento.

Más allá de mejorar la entrada al barrio de cara a los vecinos, el responsable de urbanismo destaca que la nueva glorieta «tendrá un impacto sobre la carretera del tanatorio, que será de sentido único». Asimismo, la intervención estará vinculada al proyecto de reforma integral del vial principal del polígono Francolí, que el Ayuntamiento quiere acometer de cara el año que viene, según avanzó hace unas semanas este rotativo.

También en Torreforta

La empresa ya tiene la licencia y ahora se están haciendo algunos cambios en la tienda, a partir de las nuevas necesidades de la pandemia. No obstante, la previsión es que cuando se aprueben las normas subsidiarias esto pueda seguir adelante. Mientras tanto, Puig avanza que se están estudiando otros puntos en los que podría plantearse una solución similar, en la que las empresas contribuyan en esta mejora en especies, para reducir el impacto en el tráfico del entorno. Uno de estos espacios es la entrada a Torreforta, desde la que se accede a la autovía de Salou (C-31). En este caso, la idea es construir también una rotonda que regule el intenso tráfico, vinculando la operación con el desarrollo comercial de este eje.

La construcción de esta rotonda de Torreforta es una vieja reivindicación por parte de los vecinos. Su construcción es uno de los ítems que el anterior Gobierno municipal quiso incluir en la negociación con el Estado para el traspaso de carreteras. En las conversaciones también se habló de incluir la construcción de una segunda glorieta, en este caso en el acceso a Cala Romana. Con el cambio de Ejecutivo en la Plaça de la Font, se reformularon los términos de las demandas, de forma que se priorizó la habilitación del carril bici, la ampliación del puente del Francolí y las pantallas acústicas junto a la A-7. Con todo, la inversión del Estado asciende a unos 5,5 millones de euros y, a cambio, el Ayuntamiento tendrá que hacerse cargo de la conservación y mantenimiento de estas vías. Asimismo, Puig defiende que «las dos rotondas también las haremos por vías diferentes. La de Cala Romana con el Estado y la de Torreforta con el acuerdo con operadores».

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