Una segunda pilona en el Portal del Roser restringirá el tráfico de la calle Cavallers de Tarragona

El objetivo es que tan solo puedan circular los vehículos autorizados y que el resto estén obligados a seguir el circuito perimetral y salir en dirección a la Rambla Vella

05 enero 2019 10:21 | Actualizado a 27 febrero 2019 19:11
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El Ayuntamiento de Tarragona dará un nuevo paso para restringir la circulación de vehículos por el Casc Antic. Según ha avanzado el concejal de Mobilitat, Josep Acero, está prevista la instalación de una segunda pilona en el Portal del Roser, de forma que pueda limitarse la circulación de vehículos por la calle Cavallers.

Los técnicos del Àrea de Mobilitat están estudiando en estos momentos la ubicación exacta de la nueva estructura. No obstante, ésta se instalará dentro del recinto fortificado, en una zona próxima a la Antiga Audiència, para reforzar el papel de la pilona que desde 2010 regula el acceso en el extremo oeste de la muralla. El objetivo es cerrar el tráfico a la Plaça del Pallol, de forma que los vehículos no acreditados no puedan acceder a las calles más céntricas.

La medida se pondrá en funcionamiento pensando en los turismos que entran por el Portal de Sant Antoni y que continúan hacia la Baixada del Roser. Según establece la normativa, los coches que no están autorizados deben seguir el circuito perimetral, de forma que tienen que continuar hacia la calle Rera Sant Domènech y la Rambla Vella. No obstante, una cifra considerable de estos coches, una vez dentro, aprovecha para moverse a su libre disposición. De hecho, en la Plaça del Pallol hay una señal de tráfico que indica que está prohibida la circulación, excepto para los autorizados. «No nos estamos inventando nada, simplemente queremos que se respete lo que ya hay», asegura el concejal del Partido Popular.

Tan solo los autorizados

Con el nuevo sistema, lo que quiere conseguirse es que los vecinos y vehículos de emergencias entren por el Portal del Roser y cuando se baje la pilona hidráulica también lo haga la segunda estructura. «Descenderán las dos a la vez y después subirán para cerrar de nuevo el paso», decía Acero.

La solución adoptada debe servir para reducir la circulación por la calle Cavallers. Éste es uno de los ejes más transitados del núcleo histórico. Por él pasan buena parte de los conductores que han entrado por el Portal de Sant Antoni y que quieren dirigirse a las calles más céntricas de la Part Alta. También pasan los camiones que  entran al barrio fuera de los horarios de carga y descarga y que, por tanto, se encuentran cerrada la pilona de la calle Merceria. Además, en Cavallers está el Conservatori de Música y, por las tardes, es habitual la imagen de los padres que dejan o recogen a sus hijos. La intensa circulación hace que asiduamente se rompan las baldosas de una arteria estrecha, en la que los vehículos más grandes pasan rozando sus neumáticos. 

El concejal de Mobilitat asegura que «es un nuevo paso para peatonalizar la Part Alta y que se cumpla con lo que ya se estableció en su momento». La administración local está estudiando la posición exacta de la nueva pilona ya que quieren mantenerse las dos plazas de estacionamiento para minusválidos que hay en la Plaça del Pallol. También se está acabando de decidir la tecnología que va a utilizarse. En este caso, Acero ya avanza que tan solo será una única pieza metálica y que si tiene que reforzarse su papel se utilizarán otras de plástico la cuales deben servir para «marcar el camino».

Una petición de los vecinos

La medida entrará en funcionamiento a raíz de una petición explícita que lanzó la Associació de Veïns la Catedral a la concejalía que preside el edil del Partido Popular. Hace unos meses que Jordi Ferré se reunió con los concejales de esta formación para transmitirles algunas de las reivindicaciones del vecindario. «Es una petición que vimos que respondía a una problemática, se ha estudiado desde el Àrea de Mobilitat y hemos visto que podíamos sacarla adelante», asegura el concejal.

La inversión que prevé el Ayuntamiento de Tarragona asciende a unos 11.000 euros y se prevé que a principios del mes de febrero ya puedan empezarse las obras para la instalación del nuevo sistema.  La limitación del acceso desde el Portal del Roser supuso en un primer momento una medida paliativa para reducir el tráfico de vehículos por la Part Alta. No obstante, con el tiempo se efectividad se redujo ya que se sigue entrando por Sant Antoni.

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