Una zona de la Part Alta de TGN pasa cuatro noches a oscuras

Vecinos y restauradores muestran su malestar por una avería que afirman que es «reiterativa» y que consideran que genera inseguridad en el barrio

16 julio 2018 20:35 | Actualizado a 24 julio 2018 19:03
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Oscuridad absoluta. Es la imagen que se ha repetido desde el jueves por la noche en una zona de la Part Alta en la que el alumbrado público no funcionaba, dejando las calles prácticamente desiertas durante al menos cuatro noches. El problema se centra principalmente en las calles Cuirateries, Plaça de Mossèn Salvador Ramon i Vinyes y las calles Sant Pere Estubes y D’en Ventallols. Pese a ello, algunos restaurantes de la Plaça del Fòrum y las calles D’en Vilarroma, Santa Anna y Arc de Sant Bernat también denunciaron fallos reiterados a lo largo de todo el fin de semana.

«Cada dos por tres estamos igual. Las cajas de luz están a la salida de la Plaça del Rei y durante mucho tiempo las puertas incluso estaban abiertas. Ya sea por motivos de incivismo o porque querían que las terrazas cerraran antes, el año pasado ya sufrimos varios episodios», explica Arnau Clavera, del bar La Ramona. Finalmente se puso una protección para evitar que sucediera de nuevo. Pero el problema no se solucionó. Es habitual que en los días de lluvia esta parte del núcleo histórico sufra apagones en la vía pública. Durante el pasado fin de semana se repetía el incidente. En este caso sin lluvias, hecho que ya pasó durante el verano del año pasado.

‘No podían leer la carta’

«No sabemos qué pasa, pero que un fin de semana de julio, cuando está todo lleno de turistas, que la imagen de la Part Alta sea ésta, me parece increíble», asegura el propietario de uno de los restaurantes que se vieron afectados. Dice que no quiere dar su nombre porque «cuando hablas mal del Ayuntamiento, después te viene la Guàrdia Urbana y te buscan problemas para todo». Sin embargo, este restaurador afirma que «los clientes que hemos tenido alucinaban. Te decían que no podían leer las cartas porque no había luz en la calle». Algunos de los restauradores de la zona afectada llamaron al teléfono de averías para comunicar la incidencia. «No sé, es muy extraño porque después, a partir de las once o así, se encendían algunas farolas. Cada día las mismas», argumenta. 

Los propietarios de los establecimientos aseguran que no han perdido clientes debido a la situación. Pese a ello, coinciden en que «esto ha sido porque es julio y tarda más en anochecer. Los turistas habitualmente se sientan pronto, pero si pasa en septiembre o en octubre, cuando oscurece antes, directamente ya no se quedan».

El presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira, fue uno de los residentes que llamó a la Guàrdia Urbana, informando de la situación. Su alerta fue el sábado, la tercera noche consecutiva en la que se producía el problema. «Es vergonzoso porque me dijeron que no sabían nada y después sí, a partir de las diez de la noche o así, se encendieron algunas farolas, pero aún quedaron algunas calles completamente a oscuras», argumenta Rovira.

Causas ‘naturales’

El Ayuntamiento de Tarragona afirma que la empresa SECE, adjudicataria del mantenimiento del alumbrado público, ha confirmado que «efectivamente, este fin de semana se ha producido una avería en la Part Alta que ha provocado una afectación del servicio». Se concreta que ésta no ha sido originada por un acto de vandalismo, sino que fue por «causas naturales». Informaron que ayer mismo por la tarde el servicio volvía a funcionar con normalidad, pese a que la empresa afirmó que mantendrá la observación unos días, para comprobar que esté solucionado.

Pese a ello, para el vecindario no es suficiente. «Es que no ha sido ahora. Caen cuatro gotas y a vueltas con lo mismo. Que lo arreglen ya de una vez por todas porque ahora, ¿qué excusa nos darán?», se pregunta este representante vecinal. Tan solo durante el verano del año pasado también se registraron entre cuatro y cinco apagones, y la situación no es exclusiva de los meses más cálidos. Tanto los residentes como los empresarios coinciden en la «mala imagen» para el barrio que supone una situación de estas características.

«Son calles muy estrechas, en las que realmente si no eres de aquí te da miedo caminar. Yo si me voy a una ciudad que no conozco y me encuentro con una situación así, de verdad que me voy porque tienes miedo», apunta Soraya Martín, vecina de una de las calles afectadas. Asegura que el alumbrado público es uno de los principales elementos que genera percepción de seguridad o de inseguridad en una ciudad, y que «ahora mismo esto no ayuda».

Cierra La Ramona

Rovira afirma que los problemas con la iluminación en las calles son «una nueva prueba del estado de abandono que está sufriendo el barrio». La eliminación del cableado por las fachadas fue una de las intervenciones que se incluyó dentro del Pla Integral de la Part Alta (PIPA). La intervención no tan solo respondía a una cuestión de estética, sino que debía servir para evitar nuevas incidencias de este tipo, ya que en algunas calles la instalación es muy vieja. Pero el Pla de Barris no acabó de desplegarse y ésta es una de las actuaciones que no llegó a ejecutarse. «Entre la limpieza, la seguridad, el aparcamiento y ahora esto, realmente el Ayuntamiento no ha cuidado nada la Part Alta», dice Rovira.

El propietario de La Ramona coincide con el presidente de los vecinos. Hace cuatro años estableció su negocio en la calle D’en Ventallols. Éste va a cerrar «esta misma semana, seguramente». Clavera asegura que la situación hace un par de meses que está «fatal». «En la Plaça del Fòrum las terrazas se denuncian unas a otras, la de la Font aún aguanta, pero están cerrando locales. Estamos volviendo a la Part Alta más oscura y el Ayuntamiento no ayuda», concluye.

Comentarios
Multimedia Diari