Unos 30 carteristas se pasean cada día por la estación de autobuses de Tarragona

Los vigilantes de seguridad piden más presencia policial en el lugar para acabar con la oleada de robos que se producen durante las aglomeraciones antes de subir a un bus

06 agosto 2017 10:25 | Actualizado a 06 agosto 2017 10:31
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Los vigilantes de seguridad de la estación de autobuses de Tarragona están desesperados. Ya no saben qué hacer para luchar contra los más de treinta carteristas que se pasean al día por el lugar. Aseguran que este año, hay más carteristas que nunca y que no hay suficiente presencia policial que ayude a eliminar este fenómeno. Los carteristas aprovechan los meses de julio y agosto para robar los efectos personales de los miles de turistas que pasean despistados por la estación de autobuses.

«Esto da mala imagen a la ciudad, ya que los turistas se ven indefensos delante de un robo de estas características. Algunos aseguran que ya no vendrán más a Tarragona», explica Zawal, uno de los vigilantes de la estación de autobuses. 

Los carteristas suelen ir organizados en grupos de tres o cuatro personas. La gran mayoría son de nacionalidad rumanas y llegan a la estación a partir de las dos del mediodía. Antes no, ya que uno de los vigilantes los conoce bien y los hecha rápidamente a la calle. Los carteristas aprovechan los momentos de aglomeraciones, cuando por ejemplo los turistas suben a un autobús, para robar. Lo hacen tan disimuladamente que las víctimas no se dan ni cuenta. Es pasado un rato cuando se percatan de que les falta el monedero. Algunos carteristas prefieren comprar un billete i robar dentro del autobús, durante el trayecto. Hay algunos conductores que también les conocen y ya no les dejan subir.

Por norma general, los carteristas se colocan en el andén 4 y 5, en el autobús dirección Salou

«En el andén les podemos vigilar, pero cuando suben en el autobús ya los perdemos», asegura una vigilante de seguridad, quien prefiere mantenerse en el anonimato. El modus operandi de los carteristas se basa en acercarse al turista y pegarse a él. El siguiente paso puede producirse de distintas maneras: o bien se colocan detrás y, de manera sigilosa, abren la mochila a la víctima y le roban, o bien, se ponen al lado, se tapan con otra bolsa y abren el bolso de la víctima. 

La mayoría de estos carteristas parecen turistas. Van vestidos de playa, con sobrero, cámara de fotos, maletas, bolsas de ropa del Zara, y alguno, incluso despliega un mapa como si estuviera perdido, como un turista más. «Es muy difícil reconocerles, porqué pasan desapercibidos, pero nosotros ya les conocemos», asegura la vigilante, quien añade que «el otro día, una chica llevaba la mochila medio abierta y le dije que tuviera cuidado. Ya no llegué a tiempo, ya le habían robado la cartera».

Por norma general, los carteristas se colocan en los andenes 4 y 5, donde paran los autobuses para dirigirse hasta La Pineda, Salou o Cambrils. «A veces, ellos mismos, están tan organizados, que nos preguntan cosas para distraernos, mientras su compañero roba. Tenemos la sensación que ellos nos controlan más a nosotros que nosotros a ellos», explica otro de los vigilantes.
La principal reivindicación de los vigilantes de seguridad es que haya más presencia policial en la estación de autobuses. «Solamente pedimos que una patrulla se plante en la entrada. Yo creo que les hará más respeto y los carteristas dejarán de delinquir», asegura la vigilante de seguridad, quien añade que «los turistas víctimas de un robo de estas características no saben donde deben dirigirse a poner la denuncia, no conocen la ciudad ni cuentan con medio de transporte para dirigirse hasta la comisaría de los Mossos d’Esquadra. Los agentes  deberían venir insitu a recoger las denuncias».

Difícil identificación

Fuentes policiales aseguran que es complicado perseguir este tipo de delitos, ya que muchos de los carteristas utilizan alias y llevan encima soportes de identidad falsa. Muchos de ellos cuentan con requerimientos judiciales pendientes y, con las identidades falsas, acaban evitan ser detenidos. Además, algunos carteristas son itinerantes, ya que cuando la policía ha practicado alguna detención se ha descubierto que cuentan con órdenes de detención emitidas en Málaga o Palma de Mallorca.

Presa fácil

Para los carteristas, los cruceristas que llegan al Port de Tarragona son una presa fácil a la qué atacar. Es por eso que los cuerpos policiales están llevando a cabo un dispositivo conjunto con la Guàrdia Urbana, la Policia Portuària, la Guardia Civil y la Policía Nacional. La intención es que los cruceristas tengan una percepción de seguridad. El dispositivo también cuenta con campañas en los comercios.

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