Unos 375 estudiantes de la URV solicitan una plaza Erasmus

Después de más de treinta años de trayectoria, este programa europeo tiene el reto de obtener más fondos para ser más inclusivo. El nivel de inglés sigue siendo una barrera

24 marzo 2019 18:58 | Actualizado a 25 marzo 2019 07:44
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El programa Erasmus celebró el año pasado su trigésimo aniversario. Su vocación de fomentar la movilidad internacional de los estudiantes ha llenado a miles de jóvenes de experiencias y de unas competencias adicionales que todos los expertos aseguran que incrementan el crecimiento personal de sus participantes. Las cifras demuestran que en los últimos cinco años su tendencia ha ido al alza. Tan solo este curso unos 375 estudiantes de la Universitat Rovira i Virgili (URV) han solicitado una plaza, según asegura el centro. «Los datos nos certifican que el programa se está consolidando», afirma el vicerrector de Internacionalització, John Sytle. 

Desde el curso 2013-2015 un total de 1.365 estudiantes de la universidad tarraconense han realizado una estancia en el extranjero mediante este programa. Representa la misma cifra de alumnos de otros países que han escogido la URV para hacer una parte de su formación. «Lo importante es que las entradas y salidas estén equilibradas, ya que debe entenderse que éste debe funcionar en todo el sistema», señala Sytle. 

Las prioridades en los destinos que escogen los alumnos varían en función de la disciplina. Los países del norte de Europa, Holanda y Alemania son más atractivos para los estudiantes de ciencias, que consideran que en estas universidades se utilizan metodologías más modernas. En cambio, los de humanidades y ciencias sociales se decantan principalmente por Italia. Teniendo en cuenta estas variables, puede verse que en el ranking de plazas solicitadas el país transalpino está en el primer puesto, seguido de Francia y Portugal. Finalmente, los países que económicamente están menos desarrollados, como puede ser Polonia y Chequia, han ganado popularidad en determinados ámbitos. 

El idioma sigue representando una barrera para muchos estudiantes. Para formar parte del programa se solicita el nivel B2. Esto hace que algunas de las personas que no lo tienen, en lugar de verlo como una oportunidad, directamente se autodescarten. Es uno de los principales retos de las universidades catalanas, que intenta mejorar la preparación de sus estudiantes en este sentido. 

La universidad defiende que este intercambio es muy positivo para sus participantes. «El hecho de que tengan que espabilar en un contexto y en un entorno que no es el habitual hace que adquieran unas competencias globales, unos conocimientos y una confianza que es muy importante», destaca el vicerrector. Este cambio lo perciben los profesores a la vuelta. 

«Adaptabilidad» y «flexibilidad» son los principales atributos que desarrollan los estudiantes que han participado en un Erasmus. «En el momento de enfocar los estudios muestran más madurez, acaban la carrera mejor y se hacen más empleables porque han desarrollado la capacidad de resolver problemas», apunta Sytle.  

Renta más baja
A principios de año se daba a conocer el Informe d’indicadors de la Formació i Docència de les Universitats Públiques Catalanes. Según este documento, un 18,8% de los titulados universitarios participan en una estancia en el extranjero, una cifra que prácticamente alcanza el objetivo del 20% marcado por el plan Bolonia. En el caso de la Universitat Rovira i Virgili, si tan solo se tiene en cuenta el programa Erasmus, el porcentaje es del 3% del total de estudiantes. En cambio, esta cifra alcanza el 12% cuando se suman el conjunto de los programas de movilidad, entre los que se incluye también una estancia de prácticas. Style asegura que la razón es «estrictamente económica». «La URV es la universidad catalana que más becas recibe, lo que indica que sus estudiantes tienen menos recursos». Para ello, defiende que uno de los principales retos de cara a la negociación de los presupuestos europeos del año que viene debe ser el incremento de la partida económica destinada al programa Erasmus, para que sea «más inclusivo» y que «nadie tenga que quedarse fuera por razones estrictamente económicas». 

Por otro lado, la Universitat Rovira i Virgili se ha convertido en una opción cada vez más atractiva para los estudiantes europeos que vienen a España, y los 307 alumnos que llegaron en el último curso representan un incremento notable respecto a los 181 que lo hicieron en el curso 2013-2014. Italia, Francia y Alemania son los principales países emisores. 

La tranquilidad
«Sobre todo en el norte de Europa, la URV tiene una buena reputación y hay muchas personas que no quieren establecerse en una metrópolis, con complicaciones de transporte. Buscan ciudades más plácidas y agradables», explica el responsable de Internacionalització. 

La climatología fue uno de los factores determinantes para Taike en el momento de elegir universidad. Esta estudiante de Asistencia de Dirección belga está haciendo sus prácticas en el Centre Internacional de la URV. «Quería venir a España y después de enviar muchos correos a muchas universidades vi que aquí la gente era muy amable. Consideré que era una oportunidad para mejorar mi español y también mi inglés», asegura. Comparte experiencias con Aline, también de Bélgica, quien confiesa que previamente «no había escuchado nunca de la URV». La «tranquilidad» y la «posibilidad de poder andar» son los dos factores clave que hicieron que finalmente Tarragona fuera su elegida.

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