¿Unos Juegos del Mediterráneo en campaña electoral?

¿Comicios el 17 de julio? El nuevo ‘No de la CUP, avalado por más del 60% de la militancia, inicia la cuenta atrás para volver a convocar a la ciudadanía a las urnas. Tarragona 2018 se celebraría en un ambiente electoral entre el 22 de junio y el 1 de julio   

22 marzo 2018 21:34 | Actualizado a 23 marzo 2018 17:55
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Los Juegos del Mediterráneo de Tarragona podrían celebrarse en un ambiente preelectoral, a las puertas de una nueva campaña de cara a una hipotética cita con las urnas el 17 de julio. Se trata de una posibilidad que, desde ayer, empieza a tomar fuerza después del nuevo ‘No’ que la CUP ha dado a Junts per Catalunya y Esquerra Republicana para investir a un candidato de la exConvergència i Unió como es Jordi Turull

Como ya hiciera a finales de 2015 con Artur Mas, los cupaires mantuvieron ayer su discurso pese a las presiones del soberanismo para hacer frente común y votar a un President independentista. En un Consell Polític Extraordinari exprés –de poco más de una hora– los cupaires tomaron la decisión –con el apoyo de más del 60% de la militancia– de mantener su abstención e impedir que el político de Parets del Vallès pudiera lograr los 68 apoyos necesarios en la primera sesión. Mañana por la noche –justo 48 horas después de la primera votación– se llevará a cabo la segunda, en la que Turull (en caso de que pueda acudir a la sesión tras la cita de hoy con el juez Llarena) necesitará mayoría simple. 

Sin los apoyos de la CUP, sin embargo, JxCat y ERC no suman, ya que debe tenerse en cuenta que ni Carles Puigdemont  ni Toni Comín, que están en Bélgica, pueden votar, por lo que los dos partidos tiene un máximo de 64 escaños, por los 65 que suman Cs, PSC, Comuns y PP. Además, en caso de que el exPresident y el representante de ERC renunciaran, tampoco podría validarse a nuevos diputados, ya que el reglamento del Parlament no permite cambiar representantes entre votaciones de un mismo pleno, como es el caso.

Empieza la cuenta atrás   
La investidura frustrada de ayer provoca que se active el reloj para la convocatoria automática de unas posibles nuevas elecciones, que estaba en stand by desde el pleno de investidura que se suspendió el pasado 30 de enero, y en el que la CUP sí que estaba dispuesta a investir  a Carles Puigdemont.

Sin embargo, mucho ha llovido desde entonces. Desde ayer, las fuerzas soberanistas ya van a contrarreloj: tienen dos meses justos para intentar formar un gobierno que ya está pactado, con las carteras repartidas desde hace semanas, y que supone un equilibrio exacto del 50% en el reparto de las carteras, que no cuentan con ningún conseller de la provincia de Tarragona. 

Por ello, el 22 de mayo es la fecha límite para que Junts per Catalunya, ERC y la CUP acuerden un plan de gobierno y un candidato. Si no es así, el 23 de mayo se disolvería el Parlament y, al día siguiente, se publicaría en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC). Desde el 24 de mayo, se convocarían automáticamente elecciones  para 54 días después, estableciendo la fecha prevista para los comicios: el martes, 17 de julio

Se trata de una opción que no es del agrado de nadie. El independentismo se jugaría su actual mayoría y el Gobierno Central poder aprobar el presupuesto ya que, no lo olviden: en Catalunya sigue el artículo 155. Y el PNV no aceptará las cuentas de Rajoy mientras siga vigente o, al menos, eso dicen. Alea jacta est.   

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