«Urgencias de Joan XXIII ni viven ni han vivido un colapso»

Mientras la dirección del hospital asegura que no ha existido saturación, los sindicatos denuncian que los trabajadores sufren estrés y ansiedad a causa de la situación

09 enero 2018 11:59 | Actualizado a 16 enero 2018 20:26
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«Las Urgencias del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona no viven ni han vivido una situación de colapso». Ésta es la respuesta oficial del hospital, a raíz de la denuncia pública que el sindicato CGT ha hecho respecto a la situación de colapso vivida estas vacaciones de Navidad. El centro reconoce que «se ha llegado a un número de pacientes por día por encima de lo habitual en estas épocas», y añade que «el centro puso recursos –refiriéndose a la apertura de salas de contingencias–, y se reforzó el personal». 

Pero ésta no es la impresión del sindicato CGT del hospital y tampoco la de los trabajadores, que aseguran vivir con impotencia y angustia la situación de colapso de estas últimas semanas.

Es por esto que desde el sindicato piden más personal para poder hacer frente a la pandemia de la gripe. «El 80% de los días de Navidad, las Urgencias han estado saturadas, con esperas de más de ocho horas y con pacientes en los pasillos, esperando para ser trasladados a planta», explica el delegado sindical de la CGT, Agustí Aragonés, quien cree que el problema proviene de los recortes del 2011, «cuando algunas habitaciones se convirtieron en despachos». 

El colapso se intentó solucionar abriendo una sala de contingencias en Urgencias y las habitaciones de la quinta planta del edificio B, lo que permitió agilizar los traslados. «Pero si abren plantas y no las dotan de personal no sirve de nada», explica Carmen Sánchez, delegada sindical de la CGT y enfermera de Urgencias de Joan XXIII.

Si abren las plantas, pero no las dotan de personal, no sirve para nada

Piden aumentar el número de profesionales con un enfermero y un auxiliar por turno, dos celadores más por turno, otro administrativo, y pasar de dos a cuatro técnicos de radiología en el turno de noche y de fin de semana. «De esta manera, igual no arreglaríamos la situación, pero mejoraría», explica Aragonés.

Los trabajadores se quejan de la falta de previsión por parte del centro hospitalario. «Ya se sabe. En Navidad hay turrones, tió y colapso en Urgencias. Si cada año pasa lo mismo, no entendemos por qué no ponen remedio», se pregunta Ferran Mansergas, delegado sindical de la CGT.

Sin reponer

Otro de los problemas que viven estos días las Urgencias de Joan XXIII es la falta de material médico. «Siempre se hace un pedido fijo, pero si se triplica el número de pacientes, también se triplica el número de comanda», explica Sánchez, quien añade que «se abrió la quinta planta y no estaba dotada de material. Tuvimos que ir a buscar las bombas de oxígenos a otra planta y los vendajes, en otra».

El problema, según explican los trabajadores, es que no se repone el material. «Hoy, sin ir más lejos, faltaban tubos esenciales para hacer analíticas», comenta Sánchez.  

Recogida de firmas

Los profesionales han decidido plantarse y declararse en «rebelión». La primera acción ha sido una recogida de firmas para «recuperar nuestros derechos con un trato profesional, transparente, justo, equitativo y de respeto por parte de la dirección de recursos, para poder trabajar con dignidad y profesionalidad». Así está redactado en la hoja de firmas.

En apenas 48 horas se han conseguido más de un centenar de signaturas, aunque se espera reunir un millar. Después se registrarán en dirección.

Impotencia, ansiedad y angustia. Así se siente el personal de Urgencias de Joan XXIII, que recordarán este año como la peor Navidad de todas las vividas, por  la saturación en Urgencias. «Llevamos dos meses a tope. Y ahora ya se comienza a notar el estrés entre los trabajadores», explica Sánchez. 

Los profesionales sienten impotencia, ansiedad y angustia

El Diari ha podido hablar con una auxiliar de enfermería que ha  trabajado en las últimas semanas en las Urgencias de Joan XXIII. Prefiere mantenerse en el anonimato. «Había días en que eran las seis de la tarde y había gente esperando desde las diez de la mañana y con fiebre», explica. Para ella, lo más duro han sido las constantes quejas de los usuarios. «Somos la cara visible y lo pagan con nosotros, es normal. Pero da rabia, porque no es nuestra responsabilidad. Es un problema de personal y de espacio», asegura la auxiliar, quien explica, a modo de anécdota, que «el otro día una mujer, que llevaba horas esperando en la sala, simuló sufrir un desmayo. Salimos rápidamente con la camilla para atenderla, y la mujer estaba estupendamente. Entonces entendimos su estrategia».

Caos con los turnos del personal

Los trabajadores de Urgencias también denuncian la problemática con la que se han encontrado a causa de la implementación del nuevo programa informático, que se encarga de gestionar el Hospital Joan XXIII y que ha provocado «un caos en la generación de carteleras, ya que no funciona como estaba previsto», explica Carmen Sánchez, delegada sindical de la CGT.

«El día 31 de diciembre, la gente aún no sabía qué horario hacía la siguiente semana», asegura Sánchez, quien añade que «a causa del mal funcionamiento del programa, en alguna ocasión, aparecían dos enfermeras a la vez o no aparecía nadie en un turno». Esto ha provocado desesperación e incertidumbre entre los trabajadores, «que no sabían que podían hacer con su vida personal ni con sus días libres». Ferran Mansergas, otro delegado sindical de la CGT, asegura que «estamos de guardia localizada, pero sin cobrarla».

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