Urgencias de Joan XXIII pierde dos médicos durante el fin de semana

Los profesionales lo denuncian y los pacientes están cansados de esperar más de tres horas a ser atendidos

09 julio 2017 10:14 | Actualizado a 28 noviembre 2017 13:34
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Una situación extrema. Así definen el momento que se está viviendo los representantes de los trabajadores y, también, los usuarios de las urgencias del Hospital Joan XXIII. Estos últimos aseguran que la atención al paciente es pésima, ya que deben esperar un mínimo de tres horas para ser atendidos. Los mismos profesionales sanitarios de urgencias encuentran el motivo real de esta situación: faltan dos médicos con respecto al año pasado. Esta merma de personal hace que los tiempos de espera sean mayores. Los profesionales están cansados de aguantar las broncas de los pacientes que, con razón, se quejan. 

Este es el caso de Antonio Miguel Sánchez. La semana pasada acompañó a su padre, de ochenta años, a urgencias por una aparente bronquitis crónica. «Entramos a las nueve y media de la noche y hasta las doce y media no nos atendieron. Y esto fue después de quejarme. No es normal que mi padre de 80 años tenga que estar en una silla de plástico sentado durante horas», explica Sánchez, quien añade que «no había mucha gente, pero igualmente estaban desbordados». Sánchez puso una queja en la hoja de reclamaciones. También denunció falta de privacidad, «ya que en la sala de curas había unas siete u ocho personas juntas, mujeres y hombres mezclados, sin ningún tipo de intimidad», explica. Como él, son muchos los pacientes que esperan horas y horas sentados en la sala de urgencias.

Los profesionales no descartan que esta situación perjudique a los pacientes

Y el problema, según los profesionales, es la falta de médicos. «Este último mes se han marchado cuatro médicos, de los cuales solamente se repondrán tres», asegura Tani Francesch, representante del Sindicat de Metges, quien añade que «los que se han ido es porque les han salido mejores oportunidades laborales». Lo habitual en urgencias es que durante el turno de mañana haya 6 médicos; por la tarde, 5, y por la noche, 3. Estos médicos se mantienen durante los días de la semana. El problema llega durante el fin de semana, que se suprimen dos médicos. En el turno de mañana hay 5; en el de la tarde, 4 y por la noche se mantienen los 3. «Esto se aguantará porque los médicos trabajarán más, es decir, harán más guardias de las permitidas», explica Francesch. 

Pero si hay alguna reivindicación histórica es la de exigir más médicos durante la noche. «Estos profesionales, aparte de atender las urgencias, también deben hacer frente a los 160 pacientes del Sociosanitario Francolí», explica Tani Francesch.
En resumen, y según los representantes de los trabajadores, falta contratar dos médicos, uno de plantilla y uno de refuerzo para garantizar mínimamente el servicio. Pero por su parte, el gerente territorial del Institut Català de la Salut (ICS), Rafael Gràcia, en una entrevista al Diari, aseguró que «tenemos más plantilla ahora que antes de hacer las urgencias nuevas» y exigió cuantificar el personal en estos casos.

Cerrada la quinta planta

Esta situación se ve agravada a causa del cierre de una zona de la quinta planta, que se habilitó durante las obras de las urgencias, para atender aquellos enfermos que no podían ingresar al Sociosanitario Francolí, pero que tampoco podían irse a casa. Eran pacientes que estaban a la espera de una cama. «El espacio se ha cerrado y estos pacientes se encuentran en urgencias, en una silla o en una camilla en el pasillo», explican desde los principales sindicatos del hospital.
Incremento de turistas

Por otro lado, Agustí Aragonès, delegado del sindicato de CGT, alerta de que «estamos entrando por completo en el verano, lo que significa que el trabajo puede aumentar, debido al incremento de turistas en la ciudad. Es por esto que también exigimos que se contraten más médicos para mejorar el servicio de urgencias. Los profesionales ponemos toda nuestra energía en el trabajo, pero a veces nos agotamos». El sindicato CGT también pide otra enfermera, auxiliar y celador para las urgencias.
Los profesionales están preocupados, no solamente por su salud, sino también por los pacientes, ya que se muestran seguros de que, finalmente, y a causa del malestar y estrés de los trabajadores, se verán perjudicados por esta situación extrema. 

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