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La pandemia ha provocado un aumento exponencial de la desinformación por el proclive caldo de cultivo del miedo que provoca el coronavirus y el papel catalizador de las redes. Los bulos y la atribución de forma fraudulenta de discursos y frases a personajes cuyo cargo o profesión les confiere cierto prestigio proliferan por internet.
Una de las víctimas de este fenómeno ha sido el presidente de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona, el juez Ángel Martínez Sáez, quien se encontró con un audio colgado en redes sociales de 5,57 minutos de duración. En él se le atribuyen unas declaraciones que hacen apología en contra del confinamiento, se critican todas las normas de las que nos estamos dotando para combatir la pandemia y se lanzan indicaciones y opiniones sobre las denuncias por incumplimiento del estado de alarma.
Huelga decir que se trata de un montaje en el que el autor del bulo usurpa la identidad del juez para transmitir un mensaje falso. Quien conozca a Ángel Martínez se da cuenta enseguida de que su voz no coincide con la del audio colgado en las redes, amén de que las opiniones de este juez no tienen nada que ver con lo que se expresa en el mensaje trucado.
El magistrado se enteró de los hechos a través de la periodista Natalia Díez, de Maldita.es –una web dedicada a identificar y desmontar bulos– quería hablar con él para contrastar la información. «La llamo y me remite el audio, e inmediatamente le digo que yo no soy la persona que habla». Efectivamente, Maldita.es se apresuró a denunciar la información como un bulo.
Ángel no tardó en recibir llamadas y mensajes desde diferentes puntos de España, de amigos y de compañeros, incluido el presidente de la Audiencia Provincial de Tarragona, Joan Perarnau, advirtiéndole de la trampa de la que, sin saberlo, era protagonista. El juez acudió en la noche del martes a la comisaría de los Mossos de Campclar a interponer la correspondiente denuncia. Pero le queda la impotencia de que cualquiera pueda usurpar una identidad para crear un bulo, poniendo en riesgo la credibilidad personal y profesional del perjudicado. «Me parece una mezquindad que se utilicen informaciones falsas que no sé qué pretenden generar, más allá de contribuir al pánico, al miedo y a la confusión», dice el juez Ángel Martínez.
