VÍDEOS. La 'nevada' caída en Els Pallaresos

El municipio del Tarragonès se levantó ayer con la resaca del temporal del martes. No se registraron daños materiales relevantes con el granizo acumulado en partes de la localidad.

22 noviembre 2018 11:49 | Actualizado a 22 noviembre 2018 12:05
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Els Pallaresos amaneció ayer teñido de blanco. El temporal de granizo que sufrió la localidad del Tarragonès durante la tarde del martes dejó una resaca más propia de una nevada de invierno que no de una tormenta de otoño que sorprendió a propios y extraños.

El Parc de la Font de la Mina, la calle Tarragona y la urbanización Pallaresos Park fueron los emplazamientos más afectados del municipio. De hecho, ayer al mediodía el parque presentaba un aspecto inusual, con una masa de hielo aún de varios centímetros de grueso que hizo las delicias de los jóvenes que se acercaron al espacio durante su descanso escolar. Algunos de ellos aprovecharon, incluso, para librar una batalla de bolas de nieve.

«De repente se giró el tiempo y el viento se intensificó. Nosotros estábamos en el taller y el techo de aluminio empezó a hacer mucho ruido. Fue entonces cuando vimos que caían piedras de más de medio centímetro», explicaba ayer el mecánico Anton Rico, quien calificó lo sucedido como de «espectacular». «De momento no han venido demasiados coches por desperfectos», bromeaba.  

«Suerte que duró poco»

A pocos metros del taller, Maite López se quedó dentro de la farmacia, junto a una docena de personas, durante la interminable media hora que duró el temporal. «La gente no podía salir, ya que la puerta no funcionaba por el viento. Todas estábamos empapadas. No había visto nunca nada igual», narraba ayer durante la calma tras la tormenta.  

Pese a la intensidad de la lluvia, lo cierto es que no se registraron daños materiales de relevancia, pese a que la vía pública sí que evidenciaba el paso de un notable incidente climatológico, con puntos blancos en varías zonas de la localidad. «Hubo un par de coches que se quedaron atrapados por el hielo, pero por suerte no hubo ningún herido ni ningún incidente de importancia. Sólo se han producido daños en los árboles y en los jardines, así como en el mobiliario urbano», aseguraba ayer el alcalde de Els Pallaresos, Josep Maria Nolla, quien añadía: «El problema fue que a la piedra se le unió el agua, por lo que los desagües se atascaron». 

Los operarios municipales trabajaron durante la noche del martes –y ayer a primera hora de la mañana– para reabrir el acceso a la carretera, hacer accesibles las calles y normalizar una situación insólita. «Hacía 19 años que no veía una tormenta así. Suerte que duró poco, ya que fue muy intensa», indicaba Montse Casares, residente de los Jardins Imperi pasadas las once de la mañana. 

Al mismo tiempo, Toni Aldama miraba las fotografías que hizo con su teléfono el martes por la noche mientras acompañaba a su hijo Toni al parque. «Todo fue muy intenso, lo extraño es que aún se mantenga el hielo», indicaba mientras vigilaba al joven. «No recordaba nada parecido, los coches tuvieron que pararse, no podían circular», relataba.

Cerca de él, Ramon paseaba a su perro, Sut, por el Parc de la Mina. «Él (refiriéndose al animal) es el que mejor se lo pasa con todo esto», reía el vecino, quien admitía no haber salido a la calle hasta ayer por la mañana. «Ahora he bajado para hacer fotos y enseñárselas a mi mujer», bromeaba mientras sostenía al chucho, que se peleaba con el hielo.

«Me entró agua en el motor y no arranca»

José Luis Díaz era ayer una de las personas más afectadas por el temporal del martes. Pasadas las diez de la mañana, este vecino de Els Pallaresos se encontraba en la Avinguda Catalunya intentando arrancar su vehículo FIAT, pero no había manera de lograrlo. «Me entró agua en el motor y me ha fastidiado el coche», lamentaba Díaz, quien detallaba que, durante el temporal, «el agua subía por la acera. Fue tremendo. En cinco minutos empezó a caer muy fuerte», relataba.

El residente de los Hostalets de la localidad del Tarragonès estaba comprando cuando estalló la tormenta. «Fui a la farmacia, y allí me quedé. Hasta me caí. Suerte que no duró demasiado rato, ya que realmente podría haber hecho mucho daño», indicaba. 

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