Els Pallaresos amaneció ayer teñido de blanco. El temporal de granizo que sufrió la localidad del Tarragonès durante la tarde del martes dejó una resaca más propia de una nevada de invierno que no de una tormenta de otoño que sorprendió a propios y extraños.
«De repente se giró el tiempo y el viento se intensificó. Nosotros estábamos en el taller y el techo de aluminio empezó a hacer mucho ruido. Fue entonces cuando vimos que caían piedras de más de medio centímetro», explicaba ayer el mecánico Anton Rico, quien calificó lo sucedido como de «espectacular». «De momento no han venido demasiados coches por desperfectos», bromeaba.
«Suerte que duró poco»
A pocos metros del taller, Maite López se quedó dentro de la farmacia, junto a una docena de personas, durante la interminable media hora que duró el temporal. «La gente no podía salir, ya que la puerta no funcionaba por el viento. Todas estábamos empapadas. No había visto nunca nada igual», narraba ayer durante la calma tras la tormenta.
Los operarios municipales trabajaron durante la noche del martes –y ayer a primera hora de la mañana– para reabrir el acceso a la carretera, hacer accesibles las calles y normalizar una situación insólita. «Hacía 19 años que no veía una tormenta así. Suerte que duró poco, ya que fue muy intensa», indicaba Montse Casares, residente de los Jardins Imperi pasadas las once de la mañana.
Al mismo tiempo, Toni Aldama miraba las fotografías que hizo con su teléfono el martes por la noche mientras acompañaba a su hijo Toni al parque. «Todo fue muy intenso, lo extraño es que aún se mantenga el hielo», indicaba mientras vigilaba al joven. «No recordaba nada parecido, los coches tuvieron que pararse, no podían circular», relataba.
Cerca de él, Ramon paseaba a su perro, Sut, por el Parc de la Mina. «Él (refiriéndose al animal) es el que mejor se lo pasa con todo esto», reía el vecino, quien admitía no haber salido a la calle hasta ayer por la mañana. «Ahora he bajado para hacer fotos y enseñárselas a mi mujer», bromeaba mientras sostenía al chucho, que se peleaba con el hielo.
«Me entró agua en el motor y no arranca»
José Luis Díaz era ayer una de las personas más afectadas por el temporal del martes. Pasadas las diez de la mañana, este vecino de Els Pallaresos se encontraba en la Avinguda Catalunya intentando arrancar su vehículo FIAT, pero no había manera de lograrlo. «Me entró agua en el motor y me ha fastidiado el coche», lamentaba Díaz, quien detallaba que, durante el temporal, «el agua subía por la acera. Fue tremendo. En cinco minutos empezó a caer muy fuerte», relataba.
El residente de los Hostalets de la localidad del Tarragonès estaba comprando cuando estalló la tormenta. «Fui a la farmacia, y allí me quedé. Hasta me caí. Suerte que no duró demasiado rato, ya que realmente podría haber hecho mucho daño», indicaba.