Vecinos y comercios de la calle Unió exigen soluciones a la 'degradación' de la calle

Denuncian que la reforma urbanística prometida no llega y que cada vez hay menos vida comercial y más locales vacíos

19 mayo 2017 22:30 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:01
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La calle Unió, uno de los ejes históricamente indiscutibles de la vida comercial y ciudadana de Tarragona, atraviesa momentos complicados. La vía acumula cada vez más locales vacíos, especialmente en su parte baja –entre Reding y Gasómetre hay más de una decena de ellos, mientras que en la mitad superior siguen todos abiertos menos uno–. Además, entre los negocios que siguen abiertos, muchos sobreviven a duras penas y los carteles de «liquidación», «traspaso» y demás son frecuentes. Por no hablar de que la tipología de establecimiento típico de esta calle –zapaterías, moda...– ha variado considerablemente.

Vecinos y comerciantes coinciden en reclamar soluciones para una degradación evidente, que fue incluso objeto de debate durante la reciente campaña electoral de las municipales, y que se atribuye a distintas causas. Una de ellas, en la que todos parecen coincidir, son las obras del Mercat:«Han influido bastante», reconoce el presidente de Botiguers de Tarragona, Ferran Milà, quien apunta que «de media calle hacia abajo el tema comercial está muy mal». «Las obras han durado demasiados años y eso ha afectado no sólo a los alrededores inmediatos del Mercat, sino a toda la zona, calle Unió incluida», añade.

Milà apunta, no obstante, a un segundo motivo:«La entrada en vigor de la nueva ley de arrendamientos, que ha hecho que muchos contratos que permanecían estables desde hacía décadas ahora se hayan tenido que reformular, se hayan actualizado los alquileres, y muchos negocios no lo han podido asumir». Todo ello sin olvidar, por supuesto, «la crisis económica» de la última década, de la que obviamente esta calleno se ha librado. «Es una pena, porque siempre había sido una calle emblemática, muy comercial, y todo eso se está perdiendo», alerta el comerciante.

 

‘El espacio debe ser amable’

También los vecinos advierten de la situación límite que vive la calle:«Se está degradando. No sólo Unió; toda la zona. La crisis habrá influido, seguro, pero lo del Mercat ha hecho mucho daño. Han sido muchos años y han faltado actuaciones por parte del Ayuntamiento para compensarlo», lamenta la presidenta de la Associació de Veïns de Tarragona Centre, Núria Sabat.

Sabat lamenta además que el consistorio no se ha esforzado en «conseguir que el espacio sea más amable para el vecino y para el visitante», al tiempo que la limpieza deja mucho que desear:«No digo que no limpien, porque me consta que lo hacen. Pero no lo suficiente y basta con ver cómo está la calle. Es una lástima, porque es una zona por la que podría pasar mucha más gente, pero no es amable y muchos comercios de toda la vida se han tenido que marchar», denuncia Sabat.

La líder vecinal no sólo considera un problema la presencia de locales cerrados, sino también el cambio en la tipología de los que siguen abiertos. Por un lado, «no es que esté mal pero están proliferando muchas tiendas de tipo outlet y corremos el riesgo de que la calle quede limitada a eso». «Por no hablar de que se ha permitido que abra a pie de calle un local de masajes asiáticos que ya ha sido inspeccionado en más de una ocasión», critica, y añade: «Eso, claro, no es precisamente una ayuda para que la gente venga a la calle a pasear, a comprar...».

Otro problema es «el solar del antiguo garaje Segarra, que la asociación lleva cinco años pidiendo que se limpie». «Hay hierbas de dos metros, es un reducto de ratas y cucarachas y ahora en verano cualquier colilla puede provocar un incendio y un buen susto», avisa Núria Sabat, y añade:«Sabemos que el Ayuntamiento ha hecho allí actuaciones, pero no llega al final. Y llevamos cinco años con este tema».

 

Una reforma urgente

Otra de las causas de la degradación de Unió, coinciden vecinos y comerciantes, es la estética anticuada de su urbanismo y su mobiliario, que lleva décadas intacto. En condiciones normales, seguramente ya le habría tocado una reforma, pero a buen seguro que la crisis y las demoras en las obras del Mercat lo han impedido. El caso es que, con ese aspecto, Unió lo tiene difícil para competir con cualquier calle recién reformada, de aceras amplias, mobiliario moderno y limpieza rigurosa. «AUnió ya le toca. No es que le toque. Es que es una urgencia. Hace diez años nos presentaron un proyecto y habría que ejecutarlo ya. Pensemos que Apodaca y Unió deben ser además la entrada de los cruceristas a la ciudad, y deben encontrarse con un acceso atractivo», argumenta Ferran Milà.

Similar tesis defiende Núria Sabat:«Ahora mismo no es agradable pasear por Unió. No apetece. Uno prefiere pasar por otros caminos. Hay que renovar las aceras, hacerlas más anchas... Que se vea más amplio, más ordenado, más nuevo... Estas cosas se van haciendo por zonas y, por el tiempo que hace desde la última vez, a Unió ahora ya le toca», concluye la presidenta de la AVV.

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