Veinte años patrimonio de la humanidad sin consorcio

La segunda ola de la pandemia ha dejado en un segundo plano la conmemoración de estos veinte años de Tarragona como ciudad Patrimonio de la Humanidad. No ha habido ni repique de campanas, ni petardos ni un acto multitudinario como el que se vivió en el Camp de Mart en su momento. El jolgorio ciudadano ha sido sustituido por un acto protocolario, que se celebró el pasado miércoles en Barcelona, y un evento institucional con el presidente del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, Rafael Ruiz, que ayer estuvo en Tarragona.

Ruiz reconoció que uno de los retos que tiene Tarragona a nivel patrimonial es la creación de un consorcio, en el que también estén representados tanto el Estado como la Generalitat. «El patrimonio no tan solo es responsabilidad de los ayuntamientos», indicó. Rafael Ruiz conoce de primera mano la situación. Además de ejercer de presidente de este colectivo, es el alcalde de Ibiza, y aseguró que en muchas ocasiones las administraciones locales se quedan solas a la hora de hacerse cargo de la conservación de los monumentos, ya que «no hay el acompañamiento que sería necesario por parte de las administraciones autonómicas y estatales».

Por su parte el alcalde de Tarragona, explicó que la creación de esta figura que tienen en ciudades como Ibiza o Mérida hubiera supuesto una «oportunidad» para la ciudad, pero que ahora mismo no se puede, ya que no lo permite la ley. No obstante, Ricomà afirmó que es un vacío que quiere llenarse con la Taula de Gestió del Patrimoni, que prevé reunirse por primera vez antes de fin de año.

Ricomà puso en valor que la distinción por parte de la Unesco supuso un antes y un después. «Si miramos hacia atrás, el trabajo que se ha hecho es inmenso», indicó. El máximo responsable de la corporación municipal indicaba que el reconocimiento ha situado Tarragona en el mapa internacional. Aunque reconocía que «queda mucho trabajo por hacer» en cuanto a mejorar la museización de los espacios y el hallazgo de nuevas evidencias de este pasado romano.

Entrega del Premi Tarraco

El encuentro se celebró en dos fases. La primera, en el salón de plenos. Allí, Ruiz recibió el Premi Tarraco en reconocimiento al trabajo de este colectivo a favor del patrimonio tarraconense. Allí, Rafael Ruiz puso en valor el «trabajo adicional» de los municipios con el sello Unesco. «No es lo mismo limpiar una calle, que un centro histórico», indicó. Fue un encuentro de pequeño formato, con los portavoces de los grupos municipales y medios de comunicación. En este contexto, el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, repasó los avances que se han hecho en este contexto a lo largo de estas dos últimas décadas y que han situado la ciudad como la única en Catalunya con esta distinción que, por otro lado, tan solo comparten otras catorce ciudades españolas.

El edil republicano hizo referencia a la trayectoria de sus predecesores en este campo. Tuvo palabras para Josep Maria Recasens, Joan Miquel Nadal y Josep Fèlix Ballesteros, que era el único que estaba allí presente. Ricomà también puso en valor el papel de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense, del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) y del festival Tarraco Viva. «A pesar de todos los pesares, se han hecho enormes avances en la puesta en valor del patrimonio», indicó.

El concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, fue el encargado de leer la glosa antes de hacerse la entrega del premio. Pinedo destacó la «labor fundamental» del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad en cuanto a la difusión y promoción del patrimonio histórico de Tarragona, así como también en lo que se refiere a la divulgación, la accesibilidad y la sostenibilidad.