Marta Fonseca es arquitecta y miembro del Col·lectiu Punt 6, una cooperativa de arquitectas, sociólogas y urbanistas, expertas en incorporar la perspectiva de género en la planificación de las ciudades. Ha estado en dos oportunidades en Tarragona guiando marchas de mujeres por el centro y en Campclar.
Estas marchas son iniciativas para poner en evidencia la influencia que tiene el urbanismo en la percepción de seguridad que tienen los ciudadanos, en particular las mujeres. En el caso de Tarragona las convocaba la Conselleria d’ Igualtat.
"Cuando falla la luz, que es cada dos por tres, solo puedo pensar hacia dónde correr"
Un grupo de tres jóvenes, dos chicos y una chica, aparece por la calle Vapor. Cuando les preguntamos qué opinión tienen sobre el alumbrado de la zona la primera que salta es ella: "Cuando falla la luz, que es cada dos por tres, esto es la boca del lobo.
Apunta que la luz está asociada con el control del espacio, poder anticipar lo que viene. Tal vez por ello, señala, ha habido quejas en municipios donde se ha puesto en marcha iluminación inteligente que se activa al paso de los viandantes. Al no poder anticipar, no se sienten seguras.
La iluminación también se asocia al hecho de ver y ser vista en el caso de necesitar ayuda.
Además, la seguridad, recuerda, está relacionadas con poder mirar el trayecto y caminar con seguridad, algo crucial para todos, pero en especial para las personas mayores o con discapacidad visual.
No obstante, recuerda Fonseca, el hecho de que las mujeres se sientan y estén seguras transitando de noche también tiene que ver con los usos que se da a los espacios. No es lo mismo un polígono industrial o una zona donde no hay actividad en los bajos de las casas que una donde los mismos están ocupados por comercios, por ejemplo.