Viernes de macarrones solidarios

Centenares de familias reciben este plato caliente cada semana gracias a la iniciativa altruista de un tarraconense que ha conseguido crear una red de voluntarios que cocinan la pasta en casa.

19 mayo 2017 23:40 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:30
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«El día más feliz de la semana es el viernes», le dice un niño de ocho años del barrio de Bonavista a Ramon Martorell, el tarraconense inquieto y solidario que, hace ya casi dos años, empezó a cocinar grandes cantidades de macarrones para repartirlos, cada viernes, entre las familias más necesitadas de Tarragona. «Hablar de pobreza es muy bonito, pero cuando a ésta pobreza le pones cara las cosas cambian mucho», explica Ramon, que comenta que la iniciativa se le ocurrió un día mirando la televisión.

Su primera idea era repartir bocadillos en los colegios a la hora del almuerzo. «Me avisaron que repartir comida en las escuelas no sería fácil y entonces me vino la idea de los macarrones. Es un plato fácil de hacer, nutritivo y que gusta a todo el mundo», explica Ramon, que, desde el primer momento, contó con la ayuda de Àngel Jiménez, el jefe de cocina del Complex Educatiu de Tarragona, la antigua Laboral. Los dos, desde el anonimato, crearon esta red altruista que actualmente reparte unas 300 raciones de macarrones cada viernes a distintos centros sociales de Tarragona, como la Casa del Transeünt, el comedor social de Bonavista y el Centre de Dia de Creu Roja.

La iniciativa solidaria cumple hoy 100 semanas, cerca de dos años. Ramon y su equipo de voluntarios cuentan por semanas porque así es como se planifican las familias sin recursos a las que les llegan los macarrones. «Hay mucha gente que, por desgracia, ya no mira si llegan a final de mes, sino que se preguntan si el dinero les llegará hasta domingo», explica Ramon. Actualmente, esta red solidaria cuenta con treinta voluntarios, tarraconenses anónimos que en su propia casa cocinan grandes cantidades de macarrones para repartirlos entre estas familias.

Ramon, como cada viernes desde hace casi dos años, llegó ayer al mediodía al comedor social del barrio de Bonavista con aproximadamente 170 raciones de macarrones en el maletero del coche. En la puerta del comedor ya había mucha gente esperando con bolsas y carros de compra. «Cuando mis hijos se levantan los viernes para ir al colegio ya me recuerdan que hoy para comer toca macarrones», explicaba una de las usuarias del comedor social, que prefirió mantenerse en el anonimato. «Los esperan durante toda la semana», apuntaba otra madre de familia.

 

Especiales para musulmanes

El principal objetivo de la iniciativa de los macarrones solidarios es que la comida «llegue a todo el mundo». Es por esto que, teniendo en cuenta que algunas de las familias de las que reciben este plato son musulmanas, los voluntarios cambian la carne de cerdo que acompaña los macarrones por ternera o pollo.

«Separamos las raciones en las que hay cerdo de las que no, hacemos mitad y mitad», explicaba Ramon, que señalaba que varios voluntarios van a comprar expresamente en establecimientos donde venden comida halal, la carne «permitida» por el Islam.

«Lo que hace esta gente es magnífico», manifestaba ayer Raquel Quílez, la gerente del comedor social de Bonavista, que destacaba que la ayuda de Ramon y su equipo de colaboradores «va más allá de los macarrones». «Hay días que nos faltan productos como puede ser la leche. Se lo comento a Ramon y al día siguiente la tenemos», explicaba Quílez, quien señaló que gracias a esta iniciativa solidaria al comedor social de este barrio de Ponent también llega ropa y mantas que los mismos voluntarios consiguen.

Después de ver que su iniciativa funciona y que ya ha cumplido cien semanas, Ramon se muestra «satisfecho», pero recuerda que cada día «son más» las familias que necesitan ayuda. «Mucha gente piensa que nunca podría llegar a la situación de no tener dinero para comer, pero entre la gente que actualmente está en esta situación hay familias que hace poco tenían chalets, coches y buenos trabajos, nos puede pasar a todos», señalaba este tarraconense solidario, que insistía en que muchos ciudadanos viven con la «falsa seguridad de que hay un gran abismo entre ellos y las familias que los están pasando mal».

El próximo reto del proyecto es poder hacer llegar los macarrones al barrio de Torreforta. «Ahora mismo hemos conseguido llegar a todos los barrios de la ciudad, solo nos falta éste», comentaba Ramon, quien destacaba la necesidad de contar con un mayor número de voluntarios. Los ciudadanos que estén interesados en colaborar pueden llamar al 622349585.

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