Ya no queda producto local en las pescaderías de Tarragona

El descenso en la demanda hace que ahora mismo pueda seguirse abasteciendo el mercado. A pesar de ello, algunos negocios también han tenido que prescindir de personal

31 marzo 2020 18:00 | Actualizado a 31 marzo 2020 18:37
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El coronavirus ha paralizado el sector de la pesca y muchas lonjas, como la de Tarragona, cerraban a finales de la semana pasada después de detectarse tres positivos entre el personal de la cofradía. Esta actividad está completamente parada, lo que ha supuesto que, por primera vez, no pueda encontrarse pescado del litoral tarraconense en el mercado.

«Es una cosa que no había pasado nunca», afirma Josep Herminio, de la pescadería Herminio, en el Mercat Central. De forma esporádica algunas barcas de Cambrils aún han salido a la mar. Aunque esta semana estas también se quedaban a puerto, a causa de las adversas condiciones climatológicas.

No hay pescado de proximidad, pero las pescaderías siguen abiertas. Este es un producto esencial que no puede faltar en ninguna dieta, a pesar de esta situación de excepcionalidad. Así es que toca tirar de lo que llega de fuera.

Prácticamente toda la flota catalana está amarrada, por lo que las pescaderías han tenido que centralizar la compra en Mercabarna. En este caso, el descenso en la actividad ha sido por partida doble: por un lado porque ha caído la llegada de pescado. Y, por el otro, porque las ventas han bajado entre un 30 y un 40%, lo que se atribuye principalmente al cierre de restaurantes, bares y hoteles.

Más pescado importado

Mercabarna asegura que, a pesar del cierre de las lonjas, el abastecimiento está asegurado. En una situación normal, el 15% del pescado que se vende al por mayor procede de la costa catalana, el 45% de la costa española y el 40% restante del norte de Europa. Al disponer de menos producto, las pescaderías están notando un encarecimiento en los precios. Y esto hace que a diario tengan que adaptar sus compras a la disponibilidad del momento.

Mientras los puertos del Mediterráneo están prácticamente cerrados –a excepción de algunas cofradías como las de Castelló, Vinaròs i Gandia– las barcas del norte siguen pescando. Asimismo, en el puerto de Vilanova se sigue faenando, lo que garantiza el suministro de pesca de la luz, como la sardina y el boquerón.

Antonio Roca, de la Peixateria Amparo, hace más de cuarenta años que, cuando hay veda en Tarragona, compra el pescado azul en el puerto de Vilanova. Estos días, también va a diario a cargar con el género que llega. «De momento está aguantando bien y entre lo que compro allí, lo de Mercabarna y que uno o dos días bajo al Delta, para comprar el marisco, la sepia y el lenguado, vamos saliendo adelante», afirma.

Las mañanas son para ir a proveerse y es cuando la mayoría de los clientes también hacen sus compras. Roca asegura que, por las tardes, la afluencia baja mucho. Así es que prepara los pedidos para las entregas a domicilio.

Menos surtido

Hay pescado y se espera que lo siga habiendo en las próximas semanas. Aunque la gente que ha salido a comprar habrá constatado que no puede encontrarse de todo y que la disponibilidad de producto depende mucho del día. «Puedes tener algunos problemas en conseguir ciertas variedades» reconoce Herminio.

El suministro de Mercabarna llega al Mercat Central por las mañanas. Por las tardes, a partir de las seis, era cuando llegaban las furgonetas procedentes de la lonja de Tarragona. Muchos clientes esperaban este momento para ir a comprar al mercado. Sin embargo, desde que se decretó el estado de alarma todo esto ha cambiado. Las barcas en el Serrallo están aferradas a puerto y el Mercat Central se ha adaptado a la nueva situación y cierra al público a las 15 horas. «Aquel que te venía a buscar el pescado de Tarragona ya no lo encuentra, pero el género que está llegando es de muy buena calidad», afirma Rosi Dalmau, de la Peixateria Rita.

El cierre de los restaurantes alteró los precios. Algunos cayeron en picado, mientras que en los últimos días, con la caída en el suministro, estos volvían a subir. Con todo, algunas pescaderías del Mercat Central aseguran que el descenso en la demanda ha sido de entre el 60 y el 70%. Esto ha hecho que algunos negocios también hayan tenido que reducir su plantilla de forma temporal. «Está llegando género y seguimos aquí, pero esperamos que alcancemos el pico para que, muy pronto podamos recuperar una normalidad», añade Dalmau.

Los pescaderos del Mercat Central han visto como caía la clientela y se está intentando compensar el descenso de público con la compra no presencial. Ellos también, como el resto de paradistas, han puesto en marcha un sistema para hacer los pedidos a través del teléfono y que después tan solo haya que pasar a recoger la bolsa o, incluso, que te lo traigan a domicilio. Herminio asegura que ha habido un cambio en la clientela del mercado durante este periodo. «Hay mucha más gente joven, que a lo mejor hacen la compra de la madre y sobre todo se está utilizando mucho el teléfono», describe. Estos días en muchas viviendas se está cocinando más de lo habitual. También ha crecido la cifra de personas que en estos tiempos de pandemia sanitaria busca cuidarse más a través de la alimentación. «Está claro que hay menos ventas, pero las que se hacen a lo mejor son de más calidad», añade.

Un segundo factor, es que las piezas grandes como el rape, el salmón y la merluza son las que tienen más salida. En cambio, la demanda de marisco ha caído bruscamente.

Y después qué

La temporada del pescado azul empezó a mediados del pasado mes de febrero y, en las primeras semanas, las sensaciones no fueron muy buenas. Las capturas estaban por debajo de lo esperado. No se descarta que si se prolonga la situación actual, pueda encadenarse este cese en la actividad con el parón biológico. Esto tendría consecuencias para un sector que ya está muy tocado.

En estos momentos hay 24 embarcaciones de arrastre y, no se descarta, que alguna de estas ya no vuelva a la mar cuando esta situación se normalice. El acuerdo con grandes superficies comerciales, como Mercadona y Plusfresc, garantizó una cierta estabilidad para algunos de los patronos. Ahora, estas grandes distribuidoras también están tirando de fuera para dar el servicio entre sus clientes. «Seguimos comprando en las lonjas que están abiertas y no tenemos ningún problema de abastecimiento. El descenso en las capturas se ha compensado con la restauración cerrada», apuntan fuentes de Mercadona.

Herminio se muestra convencido de que, cuando esta crisis sanitaria permita recuperar una cierta normalidad, el mercado volverá a ponerse a su sitio. «Tarragona es una plaza en la que se consume mucho pescado y el cliente busca que sea local. Para nosotros es un plus de calidad y de frescura», argumenta este pescadero.

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