- ¿Por qué no se volverá a presentar?
- Ya llevo muchos años y está claro que uno se hace mayor. Uno tiene menos reflejos y debe saber cuándo es el mejor momento para dejarlo.
- ¿Cómo se siente?
- Tengo una sensación de aligeramiento. Supongo que el día que se acabe añoraré mucho la actividad política. Ya ha empezado la cuenta atrás.
- Usted es el segundo edil que lleva más tiempo, sólo superado por Ballesteros...
- Sí, pero si cuento los años que estuve en el Senado quizás la cosa se iguala bastante (ríe).
- ¿Dejará sus responsabilidades en el partido también?
- No. Tengo el compromiso con Josep Maria Prats y Martí Barberà de continuar. Sin la política me moriría.
- Entonces seguirá en el Comitè Local...
- Sí. Me presenté a las últimas elecciones y, además, soy miembro nato por estar en la Diputació.
- ¿Cuándo decidió que lo dejaba?
- Ya quería dejarlo en el anterior mandato, pero al final seguí. Ahora ya cumpliré setenta años y no puedo perpetuarme. Hay gente joven que está muy preparada para relevarme.
- ¿El cambio en el comité local podría leerse en clave sucesora?
- Creo que va bastante en esta dirección.
- La entrada de Prats ha sido el punto de inflexión...
- Sí. Me hubiera gustado otro final, como que Robert Vendrell fuera el candidato a la alcaldía, pero él no quiso.
- ¿Usted votó a favor de la entrada de Josep Maria Prats como nuevo presidente?
- Sí.
- ¿Por qué?
- Las formas no me gustaron, pero me pareció que la propuesta era buena.
- ¿Le sorprendió la presentación de la moción de censura contra Robert Vendrell?
- Sí. Un grupo de afiliados no estaba de acuerdo con que Albert Abelló pueda hacer la lista.
- ¿Se pondrán de acuerdo para la lista?
- Me sabe mal que la operación se haya gestado desde Barcelona, pero por otra parte creo que a Abelló no le han explicado el sistema de funcionamiento de la federación.
- ¿Abelló está ninguneando a Unió?
- Dijo que haría lo que quisiera... Me cuesta entender que nadie le haya explicado el pacto vigente.
- Ahora el grupo municipal en el Consistorio se encuentra en una situación difícil...
- Sí, me sabe muy mal por todos ellos.
- ¿Cree que se ha sido injusto con Victòria Forns?
- Creo que sí. Había trabajado duro y era una persona que todos habíamos aprobado y veíamos con buenos ojos. No se merecía un final así.
- ¿Era una buena candidata?
- No hay nadie perfecto, pero debe tenerse en cuenta que las próximas municipales serán muy duras para los partidos tradicionales.
- ¿Qué le parece Albert Abelló?
- Es válido, extrovertido y dará un aire nuevo, pero tengo la sensación de que lo han dejado ir delante del toro.
- ¿A qué se refiere?
- Yo soy un hombre de partido. En la federación de Convergència i Unió hay unas normas de juego que deben respetarse.
- ¿Cree que podrían ir por separado Unió y CDC?
- Desde que entré en Unió en 1981 se habla de esto, pero con ello sólo lograríamos fortalecer al PSC.
- Deberán renegociar el pacto.
- Esto sería la muerte de los dos partidos. Si fuera malo, no hubiera durado tanto.
- ¿Qué valoración hace de su paso por el Consistorio?
- No me podía imaginar que sería político. Sustituí a Arbeloa. Siempre he estado en Cultura, que es el único sitio donde estás fuera de sospechas económicas.
- Entró con Nadal...
- Sí, vivíamos cerca y nos conocíamos mucho. Nos teníamos un afecto especial. Era un líder.
- ¿Un gran recuerdo?
- Cuando fui a Australia a buscar el papel de Patrimonio de la Humanidad.
- ¿Y de la Diputació, qué destacaría?
- Me ha permitido ir por los pueblos, que es donde se encuentra la gente más maja y directa. Con 15.000 euros, por ejemplo, en una ciudad puedes hacer poca cosa, pero en un pueblo es una cantidad para una obra muy importante.
- ¿No ha dejado nunca de ser abogado?
- No, siempre he intentado mantener la profesión.
- ¿Ha hecho amigos en política?
- Sí, como Jou Acero o la gente de CiU o PSC.
- Usted estuvo ocho años gobernando con el PP...
- Exacto. Funcionó muy bien, ya que las áreas estaban muy claras.
- ¿Qué diferencias ve entre Ballesteros y Nadal?
- Son muy diferentes. Nadal tiene momentos cachondos, pero a veces venía girado... En cambio, Ballesteros es otra historia.
- El punto de inflexión fue en 2005, cuando quiso ser alcaldable frente a Aregio...
- Detrás de Nadal estaba yo antes que Aregio. En política uno debe ser un poco codicioso. Ahora bien, todo se arregló en Fitur con un cuarto de hora.
- Se decía que usted era mejor candidato y Aregio mejor gestor.
- Joan Aregio es un gran administrador y un gran político.
- ¿Le queda la espina de no haber sido alcalde?
- No. Tampoco me lo había planteado nunca.
- ¿Votó ‘Sí-Sí’ el 9 de noviembre?
- Sí. Estoy harto del señor Rajoy.
- Pero meses antes se fue del pleno para no votar a favor de la independencia...
- Es que no soy independentista, pero me estoy acercando.
- ¿De verdad?
- Me la miro con más simpatía. Joan Rigol tampoco lo era.