Èlia Gulli (22 años) va camino de convertirse en una de las pocas jugadoras de fútbol sala que se dedican profesionalmente a este deporte. Al menos es el sueño que persigue. Una meta que no depende tanto de ella, como de la evolución del deporte femenino, en general, y del fútbol sala, en particular. La parte que le toca va viento en popa.
El año pasado fue una de las piezas indispensables en el acenso del Viaxes Amarelle FS a Primera RFEF, la máxima categoría. Un rendimiento que le ha hecho merecedora del premio de Mejor Jugadora Catalana de Fútbol Sala del 2022 por la Federació Catalana de Futbol (FCF). Un reconocimiento que recibió en la 10ª Gala de les Estrelles junto a Alexia Putellas.
La tarraconense asegura que «la verdad es que es un auténtico orgullo. Es un premio con mucho significado para mí, porque refleja todo el trabajo y el esfuerzo realizado en estos años. No solo en el último, sino en toda mi trayectoria. Estoy muy agradecida».
Más allá del reconocimiento personal, el galardón puede incentivar las vocaciones de las chicas. «El fútbol sala es un deporte minoritario, en comparación con el fútbol once, y que haya un premio le da visibilidad. Además, muestras que hay jugadoras de mucho nivel que trabajan y que hacen que este deporte crezca cada vez más. También ayuda a que las niñas que están en los equipos de la base vean que hay un reconocimiento y les impulsa a mejorar», asegura Èlia.