Un menor que agredió a otro hasta tres veces con un destornillador tendrá que estar quince meses internado en un centro cerrado, además de otros tres años de libertad vigilada con asistencia educativa. Es parte de la medida impuesta por el Juzgado de Menores de Tarragona a un agresor, que durante tres años y medio tiene prohibido aproximarse a menos de 150 metros del lugar donde se encuentre la víctima, de su domicilio, el centro docente, lugar de trabajo o cualquier otro lugar frecuentado por ella. Tampoco podrá comunicarse con ella por cualquier medio, sea informático, telemático, contacto escrito, verbal o visual. Así consta en la sentencia, que considerado probado que el agresor cometió un delito de intento de homicidio.
El Ministerio Fiscal presentó un escrito de alegaciones –acusación– con el que se ha conformado el menor. En el documento se recoge que el acusado, el día 7 de junio de 2014, entre las doce del mediodía y las dos de la tarde, en el parque situado entre las calles Amposta y Prades, en el barrio de Torreforta, vio a la que entonces era su novia que hablaba con un joven. El procesado se dirigió a éste con un destornillador de estrella que llevaba, «y con la intención de causarle la muerte y/o asumiendo las consecuencias que la acción que realizaba podía tener», se lo clavó en tres ocasiones sucesivas. Le produjo lesiones consistentes en neumotórax traumático, heridas punzantes (dos en región dorsal) y una en cara posterior de codo derecho, disnea, dolor torácico y abdominal. Requirieron para su curación tratamiento médico quirúrgico. Precisaron para su estabilización 21 días, todos ellos impeditivos y de los cuales cinco fueron de hospitalización. Le ha quedado como secuela un perjuicio estético ligero como consecuencia de las cicatrices.
En concepto de responsabilidad civil tendrá que indemnizar a la víctima con 2.464 euros por las lesiones y secuelas.
Un menor que agredió a otro hasta tres veces con un destornillador tendrá que estar quince meses internado en un centro cerrado, además de otros tres años de libertad vigilada con asistencia educativa. Es parte de la medida impuesta por el Juzgado de Menores de Tarragona a un agresor, que durante tres años y medio tiene prohibido aproximarse a menos de 150 metros del lugar donde se encuentre la víctima, de su domicilio, el centro docente, lugar de trabajo o cualquier otro lugar frecuentado por ella. Tampoco podrá comunicarse con ella por cualquier medio, sea informático, telemático, contacto escrito, verbal o visual. Así consta en la sentencia, que considerado probado que el agresor cometió un delito de intento de homicidio.
El Ministerio Fiscal presentó un escrito de alegaciones –acusación– con el que se ha conformado el menor. En el documento se recoge que el acusado, el día 7 de junio de 2014, entre las doce del mediodía y las dos de la tarde, en el parque situado entre las calles Amposta y Prades, en el barrio de Torreforta, vio a la que entonces era su novia que hablaba con un joven. El procesado se dirigió a éste con un destornillador de estrella que llevaba, «y con la intención de causarle la muerte y/o asumiendo las consecuencias que la acción que realizaba podía tener», se lo clavó en tres ocasiones sucesivas. Le produjo lesiones consistentes en neumotórax traumático, heridas punzantes (dos en región dorsal) y una en cara posterior de codo derecho, disnea, dolor torácico y abdominal. Requirieron para su curación tratamiento médico quirúrgico. Precisaron para su estabilización 21 días, todos ellos impeditivos y de los cuales cinco fueron de hospitalización. Le ha quedado como secuela un perjuicio estético ligero como consecuencia de las cicatrices.
En concepto de responsabilidad civil tendrá que indemnizar a la víctima con 2.464 euros por las lesiones y secuelas.