Costa Daurada y Terres de l’Ebre, litoral e interior: vasos comunicantes

Somos afortunados. Vivimos en un territorio único. Una provincia con un litoral extenso y amigable, montañas singulares, parques naturales extraordinarios, parajes declarados Patrimonio de la Humanidad, gastronomía mediterránea de calidad, auténticos tesoros enológicos y vitivinícolas, una oferta cultural llena de historia a lo largo y ancho de todas las comarcas, infinitas opciones de actividades de ocio al aire libre y, sin olvidar, el parque temático líder en el sur de Europa, PortAventura World. Y, ¿cómo no?, siempre acompañados por un clima benévolo durante buena parte del año. Sin duda, tenemos la gran suerte de vivir en un entorno agradecido, el de las comarcas de Tarragona, al cual nos llegan muchos visitantes que año tras año vienen aquí para descubrir todos nuestros encantos y disfrutar de la zona y de sus gentes. Muchos ya lo saben, por eso vuelven cada año.

Además de estos atractivos únicos a los que se puede llegar en menos de una hora, nuestros visitantes se alojan en establecimientos de primera categoría; tanto en los más de 110 hoteles -la mayoría de 4 estrellas-, como en los campings -siete de ellos premiados como los mejores de Europa-, o en la planta de apartamentos modernizada para albergar al segmento de familias y grupos deportivos. Una inmensa parte de los establecimientos turísticos han sido renovados integralmente con inversiones de más de 300 millones de euros en los últimos años. Hay alojamientos para todos los gustos y necesidades, desde grandes hoteles y campings que incluyen piscinas, parques acuáticos, fitness, espacios ajardinados, etc., hasta preciosas casas rurales y pequeños apartamentos totalmente equipados para aquellos que prefieren un entorno más rural y en contacto con la naturaleza. En definitiva, una completa y variada oferta turística que, sin duda, se complementa y que todavía tenemos que seguir trabajando para que se complemente aún más, bajo los criterios que hoy exigen tanto los clientes turistas que nos visitan como la sociedad que los recibe: sostenibilidad medioambiental, calidad y garantías de servicio, hospitalidad, movilidad ecológica y competitiva, equilibrio, seguridad, innovación, preservación de los espacios naturales y la biodiversidad, digitalización…

En fin, aspectos todos ellos fundamentales para el conjunto del sector turístico -el de costa, el de interior, el urbano…- que sin duda todos los agentes implicados (empresas, administraciones, servicios públicos, profesionales) tienen plenamente interiorizados para conseguirlos. Y así hemos llegado al 2022, evolucionando y adaptándonos, a pesar de haber sufrido el período más difícil para el turismo en todo el mundo; ese es nuestro compromiso con el territorio y con las personas. Y por eso, todos seguimos trabajando para desestacionalizar la temporada y conseguir así un mejor equilibrio turístico durante todo el año atrayendo a nuevos segmentos como el senior o el turismo deportivo, o seduciendo a nuevos mercados procedentes del norte y del este de Europa que nos pueden visitar en otras épocas del año.

Cierto es que en nuestro litoral es donde se encuentra la mayor parte de la oferta de alojamiento y, como consecuencia, también una mayor concentración de visitantes durante los meses de verano, cuando la mayoría de niños de toda Europa disponen de su período de vacaciones. Pero no menos cierto es también que esta mayor actividad en poblaciones de tamaño medio y grande de la costa es, a su vez, la puerta de entrada de más visitantes para las zonas de interior y sus extraordinarios activos turísticos. Somos vasos comunicantes que nos ayudamos mutuamente para nuestro común desarrollo social y económico, y para nuestro crecimiento sostenible. Y es justo en la base de esta colaboración donde reside la única manera que tenemos para seguir siendo un destino único, completo y equilibrado en el que todos jugamos un papel esencial. Si lo hacemos así, sin duda un futuro brillante nos aguarda.