El autor confeso de asesinar a una anciana de 91 años a Tarragona admite el crimen

El acusado de matar una mujer de 91 años a Tarragona en marzo de 2021 ha declarado que asfixió la prima de su suegro y que no pudo evitarlo. «Le puse la almohada y la maté, no sé por qué lo hice, me lo pregunto mucho», ha declarado este jueves en la Audiencia de Tarragona.

El investigado también ha explicado que le tapó la boca cuando lo estaba ahogando para evitarle sufrimiento y ha negado que cometiera el crimen por un motivo económico, puesto que su familia tenía dinero y patrimonio. El fiscal ha rebajado la petición de prisión a diez años por un delito de asesinato con alevosía y ha contemplado las atenuantes de confesión y de reparación. La defensa mantiene la demanda de absolución y que el hombre sufre un trastorno depresivo.

En su declaración, el acusado ha explicado que cuidaba a la víctima y la acompañaba a pasear y al médico desde 2011, cuando murió su hermano. El hombre ha detallado que visitaba la anciana con regularidad y que a veces le limpiaba el piso. También que sufría alucinaciones en las que veía a su hermano muerto. El investigado ha asegurado que nunca tuvieron ninguna discusión ni enemistad con ella, pero que la relación cambió cuando la llevaron con su mujer- familiar de la víctima- a los servicios sociales porque querían que solicitara ayuda por el hecho de vivir sola.

El acusado ha declarado que el 24 de marzo del año 2021 se dirigió desde Barcelona hasta el domicilio de la anciana para acompañarla a vacunarse contra la Covid. «El día de los hechos entré en el piso y estaba todo a oscuras, cogí la almohada, le puse encima y la maté; no lo pude evitar, es una cosa que me lo pregunto mucho, no sé por qué no lo pude evitar», ha confesado afectado. También ha relatado que cuando lo estaba asfixiando con la almohada, la mujer se movió un poco y que no gritó. Además, ha afirmado que le tapó la nariz y la boca cuando la anciana se intentó defender.

«No sé el tiempo que estuve aguantando la almohada, cuando la retiré me quedé un rato mirándola y después me fui al comedor, donde estuve sentado un rato, sin hacer nada ni buscar nada. Le puse la mano en la boca porque intentaba causarle el menor mal posible, evitarle el sufrimiento», ha dicho en su declaración. El hombre ha asegurado que después de cometer el crimen volvió hacia Barcelona, donde esperó a su mujer e hijo para explicarles el que había hecho. Justo después, fueron juntos a la comisaría de los Mossos d’Esquadra para confesarlo todo.

El procesado, de 71 años, ha explicado que sufre depresión desde los 17 o 18 años y que antes de jubilarse ya se había cogido bajas por esta enfermedad. Actualmente, ha señalado que se toma antidepresivos y que se intentó suicidar en el jefe de poco tiempo de entrar en la prisión. Se encuentra privado de libertad, de manera provisional, desde el 27 de marzo de 2021, después de ser detenido el día siguiente a los hechos.

A pesar de que ha declarado que no sabe los motivos que lo empujaron a matar la mujer, el acusado ha negado que lo hiciera por dinero, puesto que ha destacado que no tenían problemas económicos. El hombre ha detallado que su mujer tenía cinco domicilios y dos locales en propiedad en el edificio donde viven, también tenían ahorros y un plan de pensión. A parte ha indicado que cobraba su jubilación después de trabajar durante toda la vida de funcionario. «Una de las causas de la denegación de la libertad provisional es que tenía recursos suficientes por fugarme; mi mujer y yo hemos trabajado siempre, solo hemos tenido un hijo, la casa siempre ha sido nuestra, es un patrimonio hecho con tiempo», ha añadido.

Según el escrito de acusación del fiscal, en el primer testamento de la víctima el heredero universal era su hermano y una vez muerta la mujer del acusado. Cuando murió el hermano de la víctima, cambió la herencia para hacer heredera a la mujer e hijo del acusado, que eran sus familiares más directos.

En la sesión de este jueves, primero han declarado peritos de los Mossos d’Esquadra, los cuales han certificado que encontraron ADN de la víctima a la parte central de la almohada analizada, así como una «mezcla compatible» de ADN del acusado en los laterales de la almohada. El investigado no ha hecho uso de su derecho de última palabra, después de que las partes presentaran los alegatos finales. El juicio se ha suspendido hasta el próximo lunes, cuando se hará entrega del objeto del veredicto al jurado popular.

Petición de diez años de prisión

En sus conclusiones finales, el ministerio fiscal ha pedido una pena de diez años de prisión por un delito de asesinato con alevosía. En su petición, ha tenido en cuenta la atenuante de confesión y de reparación. Inicialmente, solicitaba catorce años y seis meses de prisión porque el primer fiscal del caso consideraba que concurría la atenuante analógica de anomalía psíquica. En el escrito de acusación provisional, la fiscalía sostenía que el acusado presentaba un trastorno depresivo mayor recorriendo, que afectaba «levemente» sus capacidades intel·lectives y volitivas.

En cambio, el actual fiscal apunta que no se ha acreditado que en el momento de los hechos el hombre las tuviera afectadas, a pesar de que no niega el trastorno. En cuanto a la atenuante de reparación, el ministerio público lo añade porque el investigado ya ha depositado la indemnización de 10.000 euros de responsabilidad civil requerida para sus familiares.

Por su parte, el letrado de la defensa ha vuelto a pedir la absolución y ha solicitado que se lo exima de la responsabilidad de la autoría. El abogado señala que el hombre tenía las capacidades intelectuales afectadas cuando cometió los hechos, los cuales, sostiene, fueron fruto de un acto «irracional». También ha mantenido la petición de dos años y seis meses de prisión, alternativamente a la petición de absolución, si los miembros del jurado popular consideran que queda probado que tenía alteradas las capacidades a raíz del trastorno depresivo.