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El Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona está en constante cambio. Las obras del nuevo equipamiento, que se prevé para 2026, ya son visibles para los usuarios. No solo en el exterior del recinto, también dentro de las instalaciones, donde se están poniendo a punto algunos de los servicios. Lo complejo de estas actuaciones es que se llevan a cabo mientras el hospital sigue funcionando a pleno rendimiento. Tarea difícil que se está consiguiendo gracias al saber hacer de los profesionales.
Uno de los edificios que se encuentra en estas circunstancias es el conocido como el C –el de Urgencias–, el único que va a quedar de pie una vez entre en funcionamiento el nuevo hospital. En este edificio, a parte del servicio de Urgencias, se encuentra también la unidad de cuidados intensivos (UCI) –que se estrenó hace pocos meses– y los quirófanos de la unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria, conocida como la CMA.
En este servicio se llevan a cabo aquellas intervenciones quirúrgicas que no requieren de un ingreso hospitalario, como pueden ser temas ginecológicos, o de otra índole, como por ejemplo varices, cataratas o glaucoma, entre otros. Y justo este es uno de los espacios donde actualmente se están haciendo obras, ya que se prevé una ampliación de dos quirófanos al volver de las vacaciones de Semana Santa.
El bloque quirúrgico de la CMA está ubicado en la planta baja del edificio C, justo al lado de las Urgencias. Actualmente, cuenta con cuatro quirófanos, que se ampliarán a seis en un plazo de tres meses. «La decisión de ganar dos quirófanos tiene que ver con que el plan funcional del nuevo hospital prevé una determinada actividad, que solo se puede cumplir si se amplía la unidad», explica David Edo, director de Serveis Generals del ICS Camp de Tarragona, quien añade que «además, será una manera de reducir considerablemente las listas de espera». La actuación se puede llevar a cabo gracias a las ayudas europeas de los fondos REACT-EU, que están permitiendo desarrollar proyectos paralelos dentro del hospital, mientras las obras del nuevo complejo siguen su curso habitual.
De los dos nuevos quirófanos, uno será estándar y contará con unos 34 metros cuadrados. El otro, en cambio, estará preparado para intervenciones de alta complejidad. «Será un quirófano con una estructura totalmente habilitada y preparada para acoger nuevos dispositivos. Hay elementos de robótica que necesitan de más metros cuadrados. El equipamiento está pensado para que se adapten las nuevas tecnologías», apunta Edo. Y tiene sentido, teniendo en cuenta que las cirugías que se llevan a cabo en esta unidad son poco invasivas y tienen mucho que ver con la revolución tecnológica.
Para poder hacer esta ampliación, el servicio ha sufrido una reordenación de toda el área quirúrgica. Para hacernos una idea, hasta ahora, al lado de los quirófanos había una zona donde se llevaban a cabo temas administrativos y de mantenimiento. En este espacio –de unos 166 metros cuadrados– se ha trasladado la zona de admisiones de la CMA y la conocida como URPA –la Unidad de Recuperación Postanestésica–, que hasta ahora estaban ubicadas donde se construirán los dos nuevos quirófanos.
Durante este fin de semana, el personal está en plena mudanza para que el nuevo espacio de recepción y de URPA pueda entrar en funcionamiento este próximo martes.
El siguiente paso será empezar con las obras de los dos nuevos quirófanos, sin que estos trabajos impidan la actividad normal de la CMA. «Estamos haciendo unas obras de alta complejidad en un hospital a pleno rendimiento. Está siendo un esfuerzo brutal», dice Edo.
El calendario con el que se trabaja es que los dos nuevos quirófanos se pongan en marcha después de las vacaciones de Setmana Santa. «Esta es la previsión. Pese a ello, hay que tener en cuenta la rotura de stocks de equipamiento sanitario a la que nos estamos enfrentando desde hace unos meses», alerta Edo.
Una vez terminada esta segunda fase, la última se dejará para agosto, cuando la unidad de CMA reduce su actividad considerablemente. «La tercera fase contempla una actuación en la parte central de la unidad, para dotar el servicio de una zona de almacén. «Para no interferir en la actividad ni impactar negativamente en las listas de espera, hemos decidido que esto lo haremos en agosto», explica el director de Serveis Generals del ICS Camp de Tarragona, quien añade que «para nosotros son muy necesario los parones en las unidades, para poder llevar a cabo los trabajos de mantenimiento. Depende de que tareas, no se pueden hacer si hay programadas operaciones».
El coste total de estas obras que dejarán una CMA lista para el nuevo hospital es de 2,4 millones de euros, pagados con fondos europeos.
El coche que lleva a quirófano
La nueva zona de admisiones y de recuperación, que entrará en funcionamiento el próximo martes, cuenta con dos circuitos bien separados: uno para pacientes y el otro para el personal. «Es una zona que está pensada para que los niños puedan ir acompañados de un adulto», explica Anna Vallverdú, supervisora del servicio, quien añade que «en caso de operaciones pediátricas, los niños acceden al quirófano montados en unos coches eléctricos». La nueva URPA, además, cuenta con mamparas movibles que permiten adaptar los boxes dependiendo de las necesidades. Estas son algunas de las virtudes que presentan las nuevas instalaciones.
