«El ‘no’ a las cuentas era la única salida estable para la coalición»

Oriol Junqueras (ERC) dice que las cúpulas de Esquerra y Comuns negociaron las cuentas de TGN. ¿Lo sabía?

Siempre se dejó claro que era un tema municipal, la decisión se tomó desde aquí.

¿Le constaban los contactos?

Sabíamos que hablaban de distintos tema y que esto podía salir, sí.

¿La presionaron para avalar las cuentas?

No, dejaron que el presupuesto se decidiera desde aquí. El tema era buscar el encaje interno.

¿Cómo se pasa de estar en el gobierno a no aprobar ni el presupuesto?

Es la historia que se ha creado con el gobierno actual... Pese a que nos expulsaron, hemos negociado el presupuesto de forma honesta y transparente, con voluntad de trabajo. Llegó un momento en el que vimos que no había acuerdo interno y decidimos seguir trabajando las medidas desde los modificativos de crédito, las propuestas y las mociones.

ERC dice que se han aceptado 78 de las 83 peticiones que presentaron. Es un 94%... ¿no es suficiente?

No era tan claro ni contundente. Vimos buena disposición, pero en muchos casos las aceptaciones fueron parciales mediante el remanente o con la necesidad de hacer igualmente modificativos... Algunas también se aceptaban sin dotación económica, lo que no aseguraba su implementación.

¿De las 78, cuántas estaban 100% aseguradas?

No lo sé, pero también hay una cuestión cualitativa aparte de la numérica... Ya dijimos que no nos gustaron algunas cosas que pasaron durante la negociación y que no nos generaron seguridad.

Usted habló de falta de respeto, de intentos de desestabilización y de chantajes. ¿A qué se refería en concreto?

Echamos en falta un marco de más respeto y de más cierre de las negociaciones.

¿Está rota la confianza?

No, deberemos relacionarnos. Otra cosa es que paráramos una negociación.

¿Ve viable que el Ayuntamiento funcione todo 2022 a base de modificativos de crédito?

Sí, otras administraciones ya lo han hecho. Esto no debería ser un impedimento para poder gobernar. Deben buscar los apoyos, estamos a disposición para la estabilización como ya hemos demostrado en este inicio de año.

¿Qué votaría si hoy hubiera una cuestión de confianza a Ricomà?

Es que no creemos que se esté planteando un gobierno alternativo... Y si esto se planteara sería porque habrían pasado cosas para estudiarlo. Deberíamos valorarlo, pero el gobierno debe intentar tirar hacia adelante con las cartas que tiene.

¿Usted informó a algún órgano de Catalunya en Comú sobre su decisión de finalizar las negociaciones? La asamblea de los Comuns había dicho ‘sí’ por un 76%.

Constatamos que no había posibilidad de seguir. Sí que hay las asambleas, pero se trata de una decisión de la coalición.

¿Le consta si los Comuns le han abierto el expediente?

No. No me ha llegado nada. Se trata de una propuesta de la ejecutiva que no prosperó.

El 50% pide que le sancionen por votar ‘no’ a las cuentas.

Son seis personas... Estoy a su disposición para dar las explicaciones que necesarias. Tengo muy claro que no había otra salida estable para la coalición.

¿Cambiaría alguna cosa de su actuación de los últimos meses?

Lo hemos hecho lo mejor posible. Cada vez tenemos más experiencia y la frustración de no tener tiempo para hacer todo lo que queremos a nivel social, de presencia en todas partes...

¿Se planteó dimitir?

Han sido meses con mucha carga de trabajo. Todo esto influye en la vida personal y hace reflexionar, pero merece la pena seguir. En 2019 asumí una responsabilidad en la coalición que debo trabajar por ella.

¿Está tocada la coalición tras el debate presupuestario?

Salimos reforzados, la conclusión es que no debemos romper. Estamos creciendo y esto implica mucho trabajo y debate interno. Creo mucho en este proyecto.

¿Comuns y Podem se presentarán juntos en 2023?

Debemos trabajar para esto, estoy segura de que así será.

¿Tiene la doble militancia?

Sí, es una circunstancia habitual en nuestro espacio. Es coherente con el rol que tengo de representar a toda la coalición.

¿Cesó a un asesor estando de baja?

No lo estaba, lo estuvo después. Quieren explorar si hubo algún defecto de forma. Es una cuestión del grupo municipal que se ha trasladado de forma correcta. No hay más.

El sondeo de ERC les da entre 2 y 3 concejales.

Demuestra que lo estamos haciendo bien. Debemos explorar hasta donde podemos crecer.

¿Se ve de candidata en 2023?

Estoy a disposición. Me veo con fuerzas e ilusión. Creo que puedo hacer uso de la experiencia de este mandato.

¿Y volvería a pactar con ERC?

No nos cerramos a nada. En ese momento fue una buena decisión, apostábamos por el cambio. No fuimos nosotros quien rompió, nos echaron. Apostaremos de nuevo por las izquierdas.

¿Siguen vetando a Junts? En TGN son tres independientes.

El problema es lo que representan... No somos compatibles, por ejemplo, con la videovigilancia.

En 2023 ya no estará Ballesteros. ¿Se vería en un gobierno con un nuevo PSC?

Es un espacio que está igual de próximo que ERC. Cuando pactas, lo que haces es acordar una incidencia en ese gobierno. No hay ninguna puerta cerrada.

¿El caso Inipro será determinante para un hipotético pacto?

Sí, puede influir. Dependerá de cómo se cierre, las personas que sigan... Ya lo valoraremos.

¿Qué prioridades se marca hasta 2023?

Seguir la hoja de ruta orientada en los presupuestos: cuestiones de sostenibilidad, renaturalización, salud mental, impulsar un plan de barrios, las subvenciones para casales adaptados, las de vivienda que dejamos avanzadas...

¿El actual gobierno vive de las rentas que dejaron?

Tienen rentas... Falta ver qué es lo que inician... Nos alegramos de que salgan cosas nuestras, quiere decir que no han parado las 17 viviendas con Hàbitat3, el Pla d‘Habitatge, el diagnóstico Covid de Serveis Socials...

¿Han afectado las críticas de la CUP a su gestión en Serveis Socials en el ‘no’ a las cuentas?

En ciertas críticas, lo que deben demostrar es lo que hacen ellas. Está por ver, nos acusaron de falta de liderazgo pero están siguiendo las políticas que empezamos. No hay grandes cambios.

¿Habrá POUM de consenso?

Debemos tender hacia el máximo posible para evitar que se busque su derogación desde el minuto 1. Queremos una ciudad cohesionada, sostenible, que apueste por la rehabilitación y el reciclaje con el urbanismo feminista. Debe cambiarse el modelo de la Budellera.