El robo de cable de las farolas ha costado al Ayuntamiento 143.000==euro==

Los ladrones, que actúan desde principios de año, se han cebado en el Parc Francolí y en el Camp de Mart

19 mayo 2017 22:35 | Actualizado a 22 mayo 2017 17:58
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El robo de cable de cobre de las farolas del alumbrado público se ha convertido, desde primeros de año, en un quebradero de cabeza para la empresa encargada del mantenimiento y, a la vez, para el Ayuntamiento. Los centenares de metros sustraídos han ocasionado para las arcas municipales un desembolso de 143.000 euros, según comentaba al Diari la concejal en funciones de Espais Públics, Ivana Martínez. Para intentar hacer frente a esta oleada de robos, el Ayuntamiento probará, después del verano, un sistema de alarmas que se activa cuando se corta el cable.

Los ladrones actúan principalmente en parques públicos, donde las farolas se encuentran más juntas y, además, en lugares de poco paso de personas durante la madrugada, que es cuando se suelen cometer los robos. Sin embargo, en muchos casos el corte del cable se produce durante el día, porque se puede ver mejor el interior de las cajas y, además, es cuando no hay corriente.

Ivana Martínez reconoce que donde más robos se han cometido han sido en el Parc Francolí, seguido por el Camp de Mart. Pero la problemática no se da solamente en el casco urbano de Tarragona. En el barrio de Bonavista se han dado también dos casos.

Las soluciones

Para la concejal, la solución provisional que se está dando ahora, como es el soldar las puertas de la farola, no se considera efectiva. Y más teniendo en cuenta que, en caso de avería, se tarda mucho más tiempo en subsanarla. Asimismo, también se ha visto que con la persecución policial tampoco se ha solucionado, a pesar de que en los últimos meses han sido diversas las actuaciones que han terminado con la detención de sospechosos que llevaban cable.

Para intentar frenar este incremento de la actividad delictiva, el Ayuntamiento y la empresa concesionaria de mantenimiento del alumbrado público probarán después del verano un sistema de alarma que ya se ha utilizado en otros ayuntamientos. Dependiendo del resultado de esta prueba piloto se podría extender el sistema a la red.

Además del coste económico que tiene la sustracción del cable está también la creación de un clima de inseguridad. Y es que allí donde actúan los ladrones quedan a oscuras buena parte de la noche, por lo que se hace muy difícil transitar por el lugar. Asimismo, si el robo ha sido importante, los operarios no pueden reparar los desperfectos al día siguiente.

Los últimos golpes

En la noche-madrugada del pasado 4 de junio, los ladrones actuaron principalmente en las calles Ernest Lluch y Mestre Benaiges –la Vall de l’Arrabassada–, de donde cogieron el cable de decenas de farolas –se calcula que se llevaron unos 138 metros de cable–, dejando a oscuras la vía pública de una amplia zona, ante la indignación de los vecinos. Aquella misma noche, los delincuentes también actuaron en el Parc Francolí, aunque en este caso no se facilitó la cantidad de material sustraído.

El jueves anterior, hubo también diferentes robos durante la madrugada. Los autores actuaron primero en la calle Sant Auguri y horas después lo hicieron en la calle Pi i Margall. En este último caso, y gracias a la colaboración ciudadana, la Guàrdia Urbana pudo detener a dos de los presuntos autores, dos ciudadanos rumanos. Se desconoce si intervinieron en el primer robo de la madrugada y también en el que hubo en el Camp de Mart y avenida de Catalunya durante la misma noche.

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