Una mochila (que espera que no supere los ocho kilos de peso) será lo único con lo que contará el tarraconense Jesús Gellida para sobrevivir de manera autónoma durante una semana en la exigente carrera de 250 kilómetros que realizará por el desierto de Atacama (Chile).
Aunque, como reconoce el corredor de fondo y divulgador de desarrollo sostenible, en pruebas como esta, «el 20% del éxito depende de la organización, el 30% de la preparación física y el 50% de la mental». Lo sabe bien él, que aunque comenzó en esto en 2021, después de la pandemia, ya tiene en su haber retos como el Marathon dels Sables a través del desierto del Sahara.
Ahora la intención es correr la ultratrail Atacama Crossing del 30 de marzo al 5 de abril con un objetivo bien definido, sensibilizar a la sociedad sobre la relación entre el deporte y la salud mental.
Y es que, este reto es justamente el punto de partida del proyecto Esport i Salut Mental al cual se han sumado la Fundació Onada, la Muntanyeta, la Associació Aurora, La Muralla y el Projecte Ocell de Foc, con el apoyo del Ayuntamiento de Tarragona a través del Patronat Municipal d’Esports.
Tal como explicaba Marisa Jiménez, gerente de la Fundació Onada, la intención es realizar una programación a lo largo del año. La misma incluirá actividades deportivas, pero también charlas y conferencias para reflexionar sobre los valores positivos del deporte en pro de la salud mental, pero también los perjuicios que pueden conllevar la presión y la alta exigencia del deporte competitivo, especialmente entre los deportistas más jóvenes, por ejemplo.
El concejal d’Esports, Mario Soler, también quiso acercarse a dar apoyo a la iniciativa en la que, aseguró, las auténticas protagonistas son las entidades.
Un reto extremo
Cuenta Gellida que desde el punto de vista físico se está preparando con el entrenamiento que hace para la Maratón de Barcelona que correrá antes de marcharse a Chile.
Además de ello hace carreras con la famosa mochila a cuestas. En la misma tiene que llevar incluso un saco de dormir, una batería externa para cargar el teléfono móvil y, por supuesto, toda la comida. Nos muestra desde barritas a unos macarrones con queso deshidratados. En total debe llevar el equivalente a 2.000 kilocalorías de energía para cada día. Recuerda que durante la maratón del Sahara las ampollas que le causó la mochila en los hombros fue una de las cosas más difíciles de soportar.
Lo único que proporciona la organización es el agua y unas tiendas de campaña compartidas.
La carrera comenzará a casi tres mil metros de altura y la mayoría de los días deberá correr el equivalente a una maratón. Todo a través de un desierto árido y pedregoso, impresionantes salinas, ríos, dunas de arena y algunos pequeños pueblos. La temperatura puede subir durante el día a más de 35ºC mientras que por la noche puede llegar por debajo de 0º.
Eso sí, explica que saber que habrá tantas personas pendientes de su reto es un motivo extra, además de su propio orgullo, para completar la aventura.