Un hombre que entró a robar en unas oficinas situadas en un primer piso de la calle Sant Magí acabó detenido por la Guàrdia Urbana en el mismo lugar. Ante la imposibilidad de poderlo sacar por la puerta –al no disponer de las llaves–, sólo lo podían hacer por la ventana, con el peligro de que se cayese y se lesionase. Los guardias solicitaron ayuda a los Bombers. Con la autoescalera, y ante una gran expectación de los vecinos, lograron sacar al presunto ladrón del interior de la oficina.
Sobre las tres de la tarde, la Guàrdia Urbana recibió la llamada de un vecino de la calle Sant Magí. Había visto a un hombre que escalaba hasta el primer piso del número 10 para entrar en unas oficinas –que no están ocupadas– a través de la ventana. Tres patrullas se desplazaron al lugar para bloquear las posibles salidas de huida.
Lo dos primeros agentes que llegaron al lugar comprobaron que la ventana estaba abierta. Por ello, escalaron hasta la misma y detuvieron al ladrón in fraganti, sin que opusiera resistencia. El hombre manifestó que había entrado a robar porque carece de medios de subsistencia.
Por la ruta de entrada
Los guardias afrontaron entonces por dónde sacar al detenido, ya que la puerta de acceso a las oficinas permanecía cerrada. Sólo se podía hacer por la misma ruta de entrada: la ventana. Ello conllevaba que el detenido pudiese lesionarse durante el salto. Por ello, se optó por solicitar la presencia de los bomberos que, con la ayuda de la autoescalera, sacaron al detenido hasta pie de calle, siendo llevado hasta el coche patrulla, mientras muchos vecinos seguían los acontecimientos desde las ventanas de sus casas.
El sospechoso fue identificado como Alberto M.S., de 49 años y vecino de Tarragona. Ya había sido detenido anteriormente por robos en coches y viviendas.