La credibilidad del servicio ferroviario tenía una prueba de fuego ayer, después que este fin de semana se recuperó la normalidad tras la avería que se registró el 1 de mayo en Gavà y que comportó importantes afectaciones para todos los usuarios del sur de Catalunya. La afluencia ayer por la mañana en la estación de Tarragona era ligeramente más baja que en un lunes habitual.
«Supongo que la gente que estos días se ha buscado una alternativa al tren ha esperado a ver cómo funcionaba este primer día laborable. Los usuarios estamos cansados de quedarnos tirados en las estaciones y de la incertidumbre, porque están jugando con nuestro tiempo y hay quien no puede permitirse llegar cada día tarde al trabajo», decía Míriam Bertran.
Las líneas R-13, R-14, R-15, R-16 y R-17 han recuperado sus frecuencias habituales y desde la estación de Tarragona ciudad se reestablecían los horarios de un tren cada treinta minutos, con excepciones en determinadas franjas. «Esperamos que hoy vaya bien y que ya no falle más porque siempre vas con el miedo a llegar tarde», decía Ruth Fibla.
Cada semana Fibla utiliza el tren para hacer el viaje de ida y vuelta a Barcelona. «Han sido unos días horribles, porque aparte de los retrasos injustificados había cambios en el servicio que no se entendían muy bien», lamentaba. Esta es una de las usuarias que en las últimas semanas se ha esperado hasta una hora y media en el andén de la estación esperando un tren. «Supongo que es porque ahora están haciendo muchas obras y es normal. Si esto ayuda a mejorar el servicio...», añadía.
Puntualidad suiza en los servicios de la mañana y ninguna incidencia en los trenes que iban apareciendo por la pantalla. «Tengo la esperanza de que por lo menos hoy vaya todo bien», decía Isabel Gómez, mientras esperaba el tren para ir a Barcelona. Esta asegura que ha tenido que «acostumbrarse» a los retrasos. «Es que al final, por una razón u otra, siempre va tarde. No puedes organizarte para llegar a una hora», añadía.
En medio del caos que se ha vivido estas últimas semanas aún había quien no se había enterado. «Vivo en Barcelona y no acostumbro a coger el tren. No sé qué ha pasado», decía una usuaria. Por su parte, Brian Correa, que se definió como un viajero «esporádico» valoraba que «por lo general puedo decir que va bien. Es verdad que a veces hay retrasos, que llega un momento que ya los normalizas. Tampoco estamos hablando de horas», añadía.
No ha sido un mes de mayo favorable para los usuarios del servicio ferroviario. A la avería de Gavà hay que sumarle la incidencia que se registró el pasado viernes entre el nudo de Vila-seca y Torredembarra y que dejó a un tren parado en el puente del Serrallo, con los usuarios que tuvieron que escapar por entre las vías. Para muchos viajeros esto supuso otra larga jornada de paciencia para llegar a casa.