La segunda sesión del concurso de fuegos artificiales fue pura magia. Como en un cuento de hadas, el cielo nocturno se llenó de estrellas, corazones, cruces, palmeras y hasta ramos de flores o setas, en un sinfín de colores y sonido.
Se oyeron muchos comentarios entre la gente, como el de Roberto G., quien comentó que los fuegos le recordaban a «la saga de Star Wars» y que la segunda jornada le pareció «infinitamente mejor que la primera», que «ésta sí que valía la pena».
Y éste fue un comentario muy compartido y comentado, inclusive entre los que confundían o imaginaban lo que estaban observando en el firmamento, y venían ‘spinners’ (el popular juguete), en lugar de cruces y estrellas.
Los niños que antes del espectáculo estaban impacientes calmando sus ansias con helado, pataleando o cantando con sus padres, aplaudían como el resto del público.
Tras grandes palmeras, delicadas estrellas. Después de profundos colores, fuegos acuáticos que aparecían por sorpresa. Los que se decidieron a ir en masa a las zonas en las que se podían presenciar los fuegos artificiales, no se arrepintieron.
Inclusive había turistas atraídos por el concurso, quienes comentaban entre sí la belleza de la pirotecnia. Edward, de Londres, dijo que desde que llegó a la ciudad le «atraía la idea» de presenciar el concurso de fuegos artificiales, y que estaba «muy satisfecho» con todo lo que había visto.
El concurso ha generado ahora gran espectación entre los tarraconenses y visitantes, quienes ven con esperanzas el resto de días que quedan por delante.
El Passeig de Sant Antoni se encontraba lleno de familias y personas mayores, quienes se desplazaron al lugar para tener espacio y buena visibilidad, aunque sólo disfrutaron de la segunda, ya que a medida que se iba acercando la hora el espacio se llenaba a la medida del empujón.
El colofón final de los fuegos fue inesperado pero «impresionante» en palabras de los presentes, quienes en acabar salieron en estampida hacia sus casas, hipnotizados aún por la noche.