Hay ocupas en el edificio del Teatre Metropol

Los pisos ubicados encima del Teatre Metropol –Rambla Nova, número 46– han sido ocupados por tres personas, tras casi 20 años vacíos y apuntalados. El inmueble, propiedad del Ayuntamiento de Tarragona, está catalogado como Bé Cultural d’Interès Local (BCIL), lo que significa que está protegido. El Consistorio es conocedor de la situación desde la semana pasada, y ya ha puesto en marcha el protocolo necesario para reubicar a los ocupas. No solo por ser un edificio protegido, sino también teniendo en cuenta el mal estado en el que se encuentra. Cabe recordar que la intención de la concejalía de Cultura es poner a punto este inmueble para convertirlo en una escuela municipal de teatro. La llegada de los ocupas ha cogido al equipo de gobierno por sorpresa.

Hasta ahora, la puerta de entrada al bloque número 46 de la Rambla Nova –justo al lado del acceso al teatro– estaba cerrada a cal y canto con una especie de candado. Hace unos años, el Ayuntamiento tapió la puerta con unas maderas para evitar que entraran palomas y gatos. En las últimas semanas, el candado ha sido sustituido por una cadena de color rojo. Tres personas han ocupado los pisos.

«Estamos trabajando de forma conjunta los departamentos de Serveis Socials, Guàrdia Urbana y Béns i Patrimoni, para resolver la situación, pensando también en la seguridad de estas personas», explican al Diari fuentes municipales. Y es que los pisos en cuestión están muy deteriorados, tanto que, algunos de ellos, están apuntalados. Lo cierto es que no se ha llevado a cabo ningún tipo de mantenimiento durante los últimos años. «El edificio está en estudio para su rehabilitación, principalmente de los techos y de la estructura en general», dicen desde el Ayuntamiento.

Hace una semana, la Guàrdia Urbana, alertada por la ocupación, abrió diligencias. Por su parte, desde Serveis Socials se ha elaborado un informe y «se está mediando con los ocupas para que puedan ser realojados», explican desde el Ayuntamiento. Según fuentes municipales, se trata de tres personas. «Dos de ellas están dispuestas a irse, la tercera todavía está en proceso», dicen.

Los tres ocupantes llegaron hace aproximadamente un mes a la ciudad procedentes de Barcelona, tras pasar por una mala experiencia vital, aseguran ellos mismos. No son para nada conflictivos. Prueba de ello es que las tiendas y establecimientos de restauración del entorno del Teatre Metropol no se han dado ni cuenta de que el inmueble estaba ocupado. Solo una vecina lo mencionaba ayer: «Hemos visto movimiento, pero son muy silenciosos». Uno de los ocupas decía: «No queremos montar follón ni ruido. Solo nos gustaría que nos ayudasen a buscar algo mejor para vivir». Serveis Socials del Ayuntamiento está trabajando en la búsqueda de un techo para los tres individuos.

Un edificio protegido

El edificio número 46 de la Rambla Nova, catalogado Bé Cultural d’Interès Local, está formado por una planta baja –el Metropol– y cuatro pisos. Cada uno de ellos cuenta con dos viviendas que, aproximadamente debían hacer 200 metros cuadrados cada una. Hablamos en pasado porque, actualmente, las plantas son casi diáfanas, sin apenas paredes. El edificio fue construido por Mercedes Mirall, en los años 60. Del inmueble destaca la tribuna en el piso principal. La parte del Metropol es de piedra escuadrada, mientras en el resto del bloque hay un rebozado imitando sillares.

En los pisos ahora ocupados vivieron inquilinos hasta principio de los años 90 cuando, poco después, el Ayuntamiento se quedó con el teatro y con el resto del edificio.

Objetivo de futuro

Hace unos meses, el Consistorio anunciaba que ponía en marcha el Pla Metropol, con la intención de impulsar un proyecto global de futuro, que consiga convertir el recinto modernista en el eje cultural y teatral del centro de la ciudad. La idea es que en el teatro se habilite un espacio dedicado al Museu Jujol, y que en los pisos de arriba se ponga en funcionamiento la Escola Municipal de Teatre.

Para hacerlo, la hoja de ruta del Consistorio marca invertir en la totalidad del edificio, también en la revitalización de los pisos ahora ocupados. El primer paso para poder empezar con el plan –que ya se está llevando a cabo– es hacer un estudio estructural, una especie de informe técnico, del estado de la estructura del edificio.

El Ayuntamiento se plantea lograr la financiación a través de los fondos europeos Next Generation y, en declaraciones de la concejal de Cultura, Inés Solé, hace unas semanas a este periódico, la intervención del recinto podría superar los 800.000 euros.