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Los trabajadores y los representantes de la Empresa Municipal de Transports Públics de Tarragona, EMT se encuentran reunidos de urgencia esta mañana en el primer día de huelga total del servicio. El parón se repetirá de nuevo pasado mañana jueves si hoy no se llega a un acuerdo.
La referencia que podrán seguir los usuarios para saber si su autobús pasará es que hoy se seguirá el horario de los domingos, día en que el servicio se reduce a un 50%. A pesar de ello esta mañana a la hora punta se han notado concentraciones de gente en las paradas y en algunos casos no se han cumplido los servicios mínimos. Es lo que ha sucedido con los alumnos que van del centro al Complex Educatiu, Antigua Laboral. En la línea 42 no se han cumplido los servicios mínimos y varias personas han estado esperando el bus desde antes de las 8 de la mañana.
No obstante, esta es solo una referencia, porque hay varias excepciones. La primera es que de 9.00h a 11.30h de la mañana y de 19.00h a 20.30h, de la tarde, el servicio se reducirá aún mas y solo pasarán el 20%; dos de cada diez.
La otra gran excepción es que, a diferencia de lo que sucede en un domingo cualquiera, sí que circularán las dos líneas educacionales: la 41, que enlaza el centro con la zona educacional, y la 42, que lo une con el Complex Educatiu (antigua Laboral). Eso sí, en ambos casos hay alteraciones en los horarios, por lo cual será necesario consultar la información en la web o en la aplicación de la EMT.
También habrá cambios en las líneas 13 y 55, que funcionarán sin que sea necesario solicitar el servicio a demanda, como pasaba los últimos fines de semana. Además, la línea 30 a La Canonja no funcionará, por lo que la alternativa será la 3.
Esta es la fórmula por la que ha optado la empresa para adaptar los servicios mínimos decretados por el Departament d’Empresa i treball de la Generalitat de Catalunya que pautaba servicios mínimos del 66% en horas punta y de 33% en horas valle, pero que permitía modificarlos siempre que no se superaran los porcentajes.
Con todo, en un comunicado la empresa también advierte que «a pesar de tratarse de servicios mínimos, y ante posibles incidentes durante la jornada laboral, los usuarios deberán tener en cuenta que se pueden producir anomalías y/o variaciones que interfieran en el buen funcionamiento de los servicios mínimos decretados y modifiquen los horarios propuestos».
Información en las paradas
A diferencia de lo ocurrido en las últimas cuatro jornadas de paros parciales, esta vez la empresa sí que ha colocado unos carteles adhesivos en las paradas avisando de que se producirá la huelga, aunque sin ofrecer más detalles.
En las jornadas anteriores esa había sido una de las principales quejas de los usuarios: la imposibilidad de enterarse de las protestas por otros medios que no fueran digitales. De hecho, la disposición del Treball especifica que «las partes deben dar suficiente publicidad a la huelga para que sea conocida por la ciudadanía».
Se da la circunstancia, además, de que la convocatoria de huelga llega tras un mes en el que el servicio ha sufrido numerosas incidencias prácticamente todos los días. La empresa lo achaca a un aumento inusitado de las bajas y a vacaciones que no se están cubriendo con horas extra. Una de las medidas que se ha tomado para solucionar la situación es la contratación de 10 nuevos conductores.
Los trabajadores, por su parte, aseguran que estas incidencias y el hecho de que se sigan suspendiendo servicios pese a las nuevas contrataciones demuestran la falta estructural de personal.
Situación enrocada
Justamente la reestructuración, aseguran los convocantes de la huelga, es la principal reivindicación que falta por atender. Rubén Vaquero, secretario del comité de empresa, se pregunta «si en 2019 y 2020 se pudieron hacer 24 indefinidos y minimizar las discriminaciones, ¿por qué ahora no?».
Se refiere Vaquero a las declaraciones del presidente de la EMT, Jordi Fortuny, quien ha sido categórico al afirmar que: «No cometeremos ninguna ilegalidad para evitar la huelga». Aseguraba que se había llegado a un acuerdo en cuatro de las cinco principales reivindicaciones «menos en el incremento de masa salarial».
Esta mañana Fortuny lamentaba los perjuicios que la huelga está causando a los usuarios y ha asegurado que seguirán negociando.
Apoyo de los vecinos
Por otra parte, distintas asociaciones de vecinos de la ciudad han mostrado públicamente su apoyo a los trabajadores de la EMT. Es el caso de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona, que emitió un comunicado el fin de semana dando «todo el apoyo a las reivindicaciones de las trabajadoras y trabajadores de la EMT».
En el mismo sentido han hablado otros representantes vecinales como Luis Trinidad, de la asociación de vecinos de Sant Pere i Sant Pau, que entiende el malestar de los vecinos pero apoya las demandas de los trabajadores y, sobre todo, llama a un entendimiento: «Los usuarios se están encontrando con muchos problemas para llegar a tiempo a la escuela, el instituto o el trabajo...».
Jacinto Moreno, de la Associació Segle XXI, se queja especialmente de la falta de información de estos días: «No hay información en la parada que explique cuándo o a qué hora pasa el autobús, es un tema muy lamentable». Y hacía un llamado a las partes a negociar, «pedimos que se sienten y no se levanten».
La presidenta de la Asociación de Veïns i Veïnes Moviment Pere Martell, Lorena Holm, apunta que si se está apostando por una ciudad más sostenible, con carriles bici y alquiler de patinetes, «se debería apostar por el transporte público... Aunque nos perjudique, los trabajadores tienen derecho a huelga y, si hay mejoras, también impactarán en el ciudadano».
Entre los más afectados en los últimos días estaban los vecinos de Parc Riuclar, que incluso hicieron una recogida de firmas y se reunieron con el presidente y el gerente de la EMT, quienes se comprometieron a no dejarles sin servicio y a informarles de las incidencias. Josefa Rodríguez recordaba que «nosotros solo tenemos una línea y sin ella nos quedamos aislados». Como todos los consultados, ella también hacía un llamamiento a las partes a sentarse a negociar.
