Sin límites ni fronteras. El ilustrador tarraconense Pepe Serra ha conseguido que su trabajo dé la vuelta al mundo y sea reconocido a nivel internacional. The New York Times, Le Monde o las publicaciones francesas 12.5 o 180 C Magazine han sucumbido a su creatividad.
De sus inicios, recuerda que «mi primer contacto con el mundo de la ilustración fue en la Escola d’Art i Disseny de la Diputació de Tarragona en Tarragona. Entonces, supe en qué consistía este mundo, que ahora está tan de moda». Después, –sigue explicando– «uno de los primeros encargos relacionado con el mundo de la prensa, que es al que me dedico ahora mismo, fue en el Diari de Tarragona».
Con el paso de los años, el estilo de Pepe Serra ha evolucionado, si bien –asegura el ilustrador– «siempre he tenido muy claro que el nexo de unión de mi trabajo no sería la técnica o el estilo, sino que el punto fuerte es el concepto y la idea que quiero reflejar». En este sentido, el tarraconense destaca que la «ilustración no deja de ser una herramienta que nos permite comunicar, de la misma manera que lo hacemos con palabras». De hecho, el ilustrador prefiere ser considerado como un comunicador gráfico.
Y es por eso que sus ilustraciones representan algo más que un dibujo. «En este tiempo, la técnica ha cambiado como consecuencia de las herramientas que utilizo, ya que la ilustración profesional, hoy en día, no se entiende sin pasar por las herramientas tecnológicas», afirma Pepe Serra.
Evolución
Lápices, pinturas y acrílicos fueron sus primeros compañeros de viaje en el mundo de la ilustración. Después llegó el collage que –afirma– «me dio mucha frescura», y al final arrastrado por los timings del mundo editorial se decantó por las herramientas digitales y tecnológicas como el Ipad Pro, «que me ofrece una versatilidad increíble y la posibilidad de trabajar desde donde quiera».
Peldaño a peldaño, Pepe Serra ha conseguido que su trabajo sea distinguido a nivel internacional. «Uno de los primeros escalones que subí fue gracias al Diari de Tarragona, ya que presenté estas primeras ilustraciones a los Premis Junceda y este reconocimiento me hizo pensar que podría dirigirme a otras publicaciones». Fue la chispa que encendió la llama. «A partir de aquí, el trabajo ha sido constante para generar más ilustraciones y llamar a la puerta de directores de arte de todo el mundo», explica Pepe Serra. Así ha llegado a publicar también en La Nación (Argentina), AD Oriente Medio (Dubai) o BBC Science Focus (Reino Unido).
Leer, releer y seleccionar las ideas más importantes son los primeros pasos que sigue el ilustrador cuando recibe un encargo. «Luego me centro en trasladar estas ideas y convertirlas en un dibujo o en una ilustración», detalla Pepe Serra, quien añade que «la metodología debe ser muy ágil porque los encargos en prensa suelen tener plazos de entrega de entre 24 y 48 horas».
Para el comunicador gráfico trabajar contrarreloj tiene aspectos positivos como que «los trabajos son efímeros y es apasionante cuando los encargos llegan uno detrás de otro y los temas son muy variados». Por otro lado, asegura que «esta presión también genera estrés y dificulta compaginar la vida personal con la profesional, ya que en cualquier momento y lugar te puede llegar un encargo».
Aunque el tiempo apremia, el tarraconense también se toma un instante para reflexionar antes de entregar el trabajo definitivo. «Siempre intento escoger aquella idea que mejor refleje el artículo que estoy ilustrando, por eso intento que haya un período de reflexión, es decir, que no sea lo primero que me viene a la cabeza», responde Pepe Serra. Pero si pasado este tiempo siempre aparece el primer pensamiento «es una pista muy clara de que es el camino que debo seguir».
Y en la trayectoria profesional del tarraconense también se ha cruzado el mundo del vino y el diseño de etiquetas. «A diferencia del mundo editorial, en este sector debo extraer y reflejar la idea que tiene el viticultor», afirma Pepe Serra. Y buena parte de este trabajo pasa por conversar profundamente con el productor de vino porque –afirma el ilustrador– «como diseñador de etiquetas, debo vestir el esfuerzo de todo un año».