JxCAT levanta el vuelo y la CUP se queda sin despegar en Tarragona

Cara y cruz. Los de Puigdemont mejoran sus resultados y ascienden a tercera fuerza, mientras que las cupaires se quedan muy lejos del corte

11 noviembre 2019 00:00 | Actualizado a 11 noviembre 2019 13:29
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Después de una larga travesía por el desierto, Junts per Catalunya vuelve a sonreir. Contra todos los sondeos y encuestas, la formación de Carles Puigdemont aguanta el tipo en la demarcación de Tarragona y mantiene el diputado que logró el pasado 28 de abril, cambiando el político preso y sentenciado a diez años de prisión, Josep Rull, por un histórico en la provincia y alto cargo del PDeCAT en Catalunya como es el exalcalde de Tortosa, Ferran Bel.

Pese a que los exnacionalistas siguen a años luz de su mejores tiempos –cuando por ejemplo Jordi Jané ganó las Elecciones Generales en 2011, hace ya ocho años– lo cierto es que el resultado de ayer fue celebrado en la sede de la avenida Rovira i Virgili de Tarragona casi como una victoria. Y es que esta cita con las urnas no llegaba precisamente en el mejor momento para los neoconvergentes, con el futuro en el aire por la intregración –o no– del PDeCAT con Junts per Catalunya y la Crida y, especialmente, por las críticas internas y externas a raíz de la gestión del conseller d’Interior, Miquel Buch, por la actuación de los Mossos d’Esquadra durante los disturbios tras la sentencia del Tribunal Supremo. El incierto presente y futuro del liderazgo del President Quim Torra tampoco rema a favor de los soberanistas, que ya preparan las casi seguras autonómicas de 2020.

El resultado de estas Generales supone, además, que la eterna transición en la que se encuentran los exconvergentes empieza a levantar el vuelo, ni que sea tímidamente. Los 51.180 votos logrados suponen un 13,35% de los apoyos, que mejora el 12,25% de hace medio año y que convierte a Junts en la única de las cuatro principales fuerzas que suben en la provincia: ERC, PSC y Comuns han bajado considerablemente sus datos. Los postconvergentes basaron su mejoría gracias al segundo puesto que lograron en Tortosa y Valls; y el tercer puesto en Reus, pese a que no se impusieron en ninguna de las principales localidades. En este sentido, la cruz la cosecharon, de nuevo, en Tarragona ciudad, donde se quedaron como sexta fuerza, incluso por detrás de PP y VOX.

El candidato por Tarragona, Ferran Bel, destacó que «hemos logrado un buen resultado», pese a que –como en abril– los de Puigdemont volvieron a quedarse sin senador. «Estamos en una mejor posición Los resultados son un paso hacia adelante, nos refuerzan», remató Bel.

La CUP se queda fuera

La otra gran incógnita de la noche era el papel que podría jugar la CUP, que se presentaba por primera vez a las Elecciones Generales con la reusense Mariona Quadrada a la cabeza. La formación anticapitalista, sin embargo, se quedó muy lejos de obtener un diputado, registrando 21.858 votos y un 5,7% de los sufragios, una cifra que consolida los malos resultados que los cupaires ya cosecharon en las autonómicas de 2017, cuando también se quedaron sin diputado tras obtener únicamente un 4% de los apoyos.

Ayer, la candidata Mariona Quadrada reconoció al Diari que «sabíamos que, por la Ley D’Hont, era muy complicado tener representación por Tarragona. Las dos diputadas que hemos logrado son poco, pero entre las fuerzas independentistas debemos hacer ingobernable Madrid hasta que se acabe la represión». La legislatura, si es que la hay, se presenta con una CUP que aterriza en la Carrera de San Jerónimo para ser el tsunami del próximo mandato.

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