Tarragona tardará 43 años en eliminar la brecha salarial

La desigualdad de hombres y mujeres baja a un ritmo lento. Ellas cobran 5.095 euros menos. Ellos copan el 70% de los sueldos altos en la provincia. La maternidad y los cuidados, claves

06 marzo 2022 19:05 | Actualizado a 08 marzo 2022 09:20
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Ellas cobran 5.095 euros menos que ellos al año en Tarragona. La brecha salarial se redujo en 393 euros en la provincia, un 7,1%, en 2020, según los datos de la Agencia Tributaria recién publicados, los primeros que recogen los efectos de la pandemia. A pesar de ese retroceso, la desigualdad persiste: a este ritmo Tarragona tardará 43 años en eliminar la brecha salarial, según lo que se ha progresado entre 2006 y 2020. Por aquel entonces, la diferencia aún era mayor, y se situaba en 6.748 euros. 

Como más bajo es el tramo de sueldo, más elevado es el porcentaje de mujeres trabajadoras que se incluyen en él. Un ejemplo: el 54,2% de los que cobran el salario más bajo (6.650 euros al cabo del año) son mujeres en Tarragona. Es el 53,4% en el caso de las personas que perciben entre 6.650 y 13.300 euros. A partir de ahí, va disminuyendo la proporción de mujeres, mientras que los hombres copan los mejores salarios y se llevan la mayor parte del pastel de los buenos sueldos. 

En el umbral más privilegiado, el de los que perciben más de 133.000 euros anuales, se ve el abismo: solo el 12% son mujeres, por un inapelable 88% de hombres que ostentan esas retribuciones. En esa cohorte, las mujeres ocupadas deberían ser el 76% más para lograr la equiparación. 

También hay desnivel en el estrato de retribuciones inmediatamente inferior, el que engloba a los que que cobran entre 100.000 y 133.000 euros. Ahí ocho de cada diez son hombres, según este balance provincial, y debería haber un 60% más de féminas para la paridad entre géneros. Los sueldos altos –a partir de unos 60.000 euros, unas cuatro veces y media el SMI–, están copados por un 71% de hombres. Por tanto, solo tres de cada diez de esos salarios elevados son de mujeres. Un año antes, en 2019, el porcentaje se elevaba al 73%; datos, todos ellos, que muestran la evidencia del llamado techo de cristal. 

Mismo trabajo, distinta nómina

Pero más allá de estas cuantificaciones numéricas, la brecha salarial tiene otros rostros y se muestra en ocasiones con manifestaciones más sutiles. «Aparte del salario, hay un factor invisible que tiene que ver con las nomenclaturas de los puestos», dice Maria Rosa Llurba, presidenta de la Associació de Dones Jubilades i Pensionistes de Tarragona. Llurba aclara: «Un hombre y una mujer hacen el mismo trabajo en una fábrica, pero sus puestos tienen nombres distintos para pagar menos a ella. Por ejemplo, al hombre que lleva la máquina se le denomina torero y a la mujer empleada de almacén o algo por el estilo. Tienen nombres diferentes para pagarles menos a ellas pero la labor es la misma». 

El sindicato Gestha de técnicos de Hacienda ha desglosado y tratado los datos de la Agencia Tributaria para mostrar dónde reside exactamente la brecha. Lo cierto es que la desigualdad se prolonga durante toda la vida laboral pero es más intensa en algunas franjas. Las mujeres tarraconenses cobran un 28,9% menos que los hombres. El desequilibrio es mayor según pasan los años. Se sitúa en un 15% entre los 18 y los 25 años pero se dispara a un 23,5% de los 36 a los 45 o a un 41,2% entre cincuentañeras y sesentañeras. 

Desfase en la jubilación

El desfase más acentuado llega en la jubilación. A partir de los 65 años los hombres tarraconenses cobran un 131% más. Así lo refleja un informe de CCOO: «La brecha salarial acompaña a las mujeres durante toda su vida y se ensancha en las franjas de edad más altas. Se parte de una entrada en el mercado laboral en situación de desventaja y la brecha se agranda aún más con la llegada de la maternidad, haciéndose todavía más evidente en los grupos mayores de 36 años». 

El estudio indica que «en la medida en que los salarios determinan las jubilaciones, es de prever que la brecha salarial se reproduzca también en la estructura de las pensiones». Gestha sostiene que el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) «ha influido notablemente en la reducción de la brecha salarial». Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, «las sucesivas subidas del salario mínimo contribuyen a reducir la brecha salarial, pero también es necesario promover una mayor participación de la mujer en el trabajo, un cambio cultural para que se impliquen ambos progenitores en la conciliación, y romper el techo de cristal a través de una promoción profesional más igualitaria, lo cual debería constituir uno de los retos más importantes que debería abordar el Gobierno intentando alcanzar un Pacto de Estado».
Así, el SMI sigue ejerciendo de barrera. El 48,7% de las mujeres ocupadas están por debajo de ese sueldo en Tarragona (por el 35,8% de los hombres). 

Ellas son más mileuristas

La brecha también se percibe en la radiografía del mileurismo. Del total de personas en ese umbral, un 53,8% son mujeres y un 46,2% hombres. El informe de CCOO denuncia que la brecha alargada durante los años «refleja una desigual distribución de las responsabilidades familiares que deriva en una mayor prevalencia de las jornadas a tiempo parcial entre las mujeres y la pérdida de oportunidades de promoción laboral». 
El estudio matiza que la disminución de la brecha en los últimos años ha sido compatible con «aspectos negativos como el aumento de la desigualdad entre las trabajadoras o las bajadas salariales en los estratos más vulnerables».

La disección de la brecha no se entiende sin el alcance de la precariedad juvenil, un factor condicionado por la pandemia, que ha golpeado especialmente. En 2020 creció la brecha salarial en menores de 18 años en Tarragona, al pasar del 23,6% al 26,5%.
Ante este panorama, los técnicos piden al Gobierno que prosiga tomando medidas, reforzando la dotación presupuestaria para el aumento del número de plazas en las escuelas públicas infantiles de 0 a 3 años, aprobadas por el Consejo de Ministros. También instan a que se aprueben medidas para el aumento de plazas en los centros especializados para la atención y el cuidado de las personas mayores o dependientes, porque las diferencias de sueldo se agravan sobre todo en las edades en las que se concentra la maternidad y el cuidado de los ancianos.

Por su parte, CCOO celebra las subidas del salario mínimo y reclama «más planes de igualdad en las empresas», además de «corresponsabilidad de los cuidados en cumplimiento de la Llei d’Igualtat efectiva de hombres y mujeres aprobada en 2015 en Catalunya», «reforzar la inspección laboral», así como «incorporar a las fuentes de datos oficiales a las trabajadoras del hogar y otros colectivos laborales feminizados como las empleadas de plataformas en sectores de limpieza y cuidados, que hasta ahora quedaban fuera de las estadísticas del INE para poder calcular la brecha salarial». 

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