La calle Pere Martell de TGN se adapta a las bicicletas y pierde un carril para los coches

Esta semana se aprovecharán las obras de pavimentación de la calle para habilitar un espacio para ciclistas y usuarios de patinetes

07 junio 2021 18:40 | Actualizado a 08 junio 2021 09:45
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Ayer por la tarde la calle Pere Martell, vacía de coches, lucía un aspecto insólito. La estampa se debía al inicio de las obras de pavimentación de la calzada que se aprovecharán, además, para habilitar un nuevo carril bici.

Los trabajos, que estarán listos el viernes, abarcan el tramo entre la Plaça Imperial Tàrraco y Ramón y Cajal. Paralelamente está por licitarse el contrato para completar el segundo tramo, el que llega hasta calle Reial.

Con esta nueva ordenación se pasará de tres carriles de circulación para vehículos a dos y se mantendrán las plazas de aparcamiento. El nuevo carril segregado para las bicicletas y patinetes será el más cercano a la acera del lado de los números pares y estará separado de la circulación por la fila de aparcamientos.

El concejal de Territori i Mobilitat, Xavier Puig, explica que en esta calle «hay un carril siempre ocupado por coches en doble fila, lo cual nos demuestra que no es necesario. Por lo tanto, mantendremos las plazas de aparcamiento, pero eliminaremos un carril y este será el que destinaremos al carril bici... Está demostrado que bicicletas y patinetes tienen que circular por los carriles adecuados».

La intención, adelanta Puig, es unir la Plaça Imperial Tàrraco con El Serrallo, donde ya se encuentra todo el carril que transcurre hacia el Port y la línea de costa. «Queremos carriles que tengan éxito, que nos pidan más».

Se podrá revertir

El coste de la pavimentación y la señalización del tramo hasta Ramón y Cajal será de 75.102 euros y, como no implica otro tipo de obras más allá del pintado de los carriles, es reversible, es decir, si se demostrara que no funciona se podría repintar y volver a la circulación actual.

La presidenta de la Associació Moviment Veïnal Pere Martell, Lorena Holm, al conocer las obras señalaba que: «Estamos ilusionados y contentos de que se pase a la acción en esta calle, que por fin se mire hacia aquí, aunque no sabíamos que también habría un carril bici». Aprovecha para señalar que «nos interesa activar un proceso participativo sobre los usos de esta calle, que podamos pensar en un paseo, en aceras más anchas, iluminación...».

Dudas a pie de calle

A pie de calle entre los vecinos y viandantes había opiniones contrapuestas, sin contar el caos que se generó en el resto de calles del centro.

Jordi Vilana, un vecino que se encontraba ayer en una terraza, vaticinaba que la supresión de un carril «será un caos, por aquí pasan muchos coches y autobuses cada día». No obstante, otro vecino intervenía: «Es mejor que los patinetes tengan por dónde ir. El otro día casi atropellan a una señora saliendo del portal». Eso sí, Vilana señalaba que esta tregua de eliminar la circulación por unos días estaba resultando de lo más agradable: «La cerveza me está sentando de maravilla, no sabe el ruido que llegamos a soportar aquí».

Por otra parte, ayer también empezaron las obras del carril bici educativo, que unirá el Campus Sescelades de la Universitat Rovira i Virgili con la Plaça Imperial Tàrraco. La duración de esta obra es de cuatro meses y tiene un coste de adjudicación de 463.235,14 euros.

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