La cónsul para Tarragona: «Marruecos no es machista, las mujeres son prioridad»

Saloua Bichri (Rabat, Marruecos, 1966) es licenciada en literatura inglesa y desde que ganó el concurso de administración pública para el Ministerio de Exteriores (fue la mejor de su promoción) ha asumido distintas responsabilidades, buena parte de ellas relacionadas con las relaciones entre su país y España, lo que le valió una condecoración del Rey Juan Carlos. Divorciada, es madre de dos hijos, ahora adultos. Durante unos años, entre 2003 y 2018, declinó misiones fuera de su país «hasta que mis hijos hicieron sus estudios y encontraron su rumbo». Es cónsul para Tarragona, Lleida y Aragón desde septiembre de 2018 y nos recibe en su despacho de Sant Pere i Sant Pau. La planta baja bulle de actividad y hasta hay un parquecito para entretener a los niños durante la espera.

¿A cuánta gente atiende el consulado?

Somos unos 107.000 marroquíes, 18.000 en Aragón, concentrados sobre todo en Zaragoza, pero la mayoría está en Tarragona. Tenemos mucha gente que trabaja en los servicios, pero también ingenieros, médicos, personas del mundo del arte...

Insiste en que no hay un único perfil

Sí, y quiero poner en valor el trabajo de nuestros compatriotas, porque crean riqueza económica y cultural para ambos países. Aquí han nacido sus hijos; una tercera generación que se sienten tan españoles como marroquíes y eso es un valor añadido que nos hace sentir orgullosos.

¿Se ha hecho suficiente de parte y parte por la Integración?

Se ha hecho, pero falta mucho por hacer. Pueden participar más en la vida del país donde viven.

¿Qué puede ayudar a que eso pase?

Le doy un ejemplo: El otro día estuve en un partido de fútbol infantil en El Vendrell y vi una convivencia que me encantó. El equipo era una mezcla de catalanes y marroquíes. La raza y la religión no entran en el deporte. Para mi el soft power es muy importante y considero que tanto el deporte como la cultura nos permiten hacer muchas cosas.

Pero en ciudades como Tarragona hay una segregación residencial: muchas personas inmigrantes terminan viviendo y estudiando en los mismos barrios. ¿Eso no ayuda a la integración no?

Efectivamente, por el coste de la vivienda muchos trabajadores viven sólo en algunas zonas, pero aunque esa sea la situación podemos organizar eventos, iniciativas, donde puedan compartir cultura y riqueza para todos.

Vecinos y desconocidos...

Veo que los españoles están teniendo más curiosidad por conocer Marruecos. Mi país está avanzando al ritmo de grandes países. Es un país moderno, democrático...

Pero ¿qué está impulsando últimamente a tantos jóvenes a jugarse la vida para venir aquí?

¿El american dream?... Son niños y no saben lo que les espera aquí. Es un efecto dominó: uno trae a otro. Con lo que ven en la tele y las redes sociales están soñando con un mundo desconocido. Pero una vez están aquí se dan cuenta de que es otra cosa y muchos quieren volver.... No entiendo de verdad por qué arriesgan su vida para venir.

Muchos de los menores no acompañados que han llegado en los últimos tiempos cumplen la mayoría de edad sin conseguir arreglar su situación legal

Cuando llegué teníamos un gran número de menores que no tenía ni pasaporte ni DNI ni nada y había un retraso. Ahora la cosa se está tramitando de manera más rápida; solo tenemos unos 70 que no tienen pasaporte, pero ahora la gran mayoría tienen sus documentos. Desde Marruecos se está agilizando y la velocidad es satisfactoria.

¿Cree que el hecho de que usted esté al frente del consulado desmitifica la idea de que la cultura marroquí es machsita?

No sé como la gente piensa que marruecos es una sociedad machista; las mujeres son una prioridad, también para su majestad el rey. Tengo aquí unos datos: En el año 2000 el porcentaje de mujeres parlamentarias en Marruecos era de 0,6% y a fecha de hoy es del 21%. Ha crecido mucho. Hay mujeres ministras, embajadoras. Aquí en España hay una mujer embajadora, tres mujeres cónsules... En mi equipo la mayoría somos mujeres...

¿Tarragona es una ciudad acogedora?

Sí, y con gente muy buena. Nunca pararé de agradecer como me han tratado.