La Costa Daurada y las Terres de l’Ebre, dos maravillas para vivir una Semana Santa de ensueño

Playas paradisíacas, armoniosas montañas, diversión para amigos y para toda la familia, y delicias que se derriten en el paladar. Son solo algunas de las maravillas que puedes encontrar en nuestro territorio y que ahora te vamos a desvelar. ¿Te lo vas a perder?

21 marzo 2022 10:44 | Actualizado a 30 marzo 2022 11:23
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Se acerca el buen tiempo y, a pesar de que nuestro territorio es admirable durante todo el año, las ganas de disfrutar de una o varias jornadas a pleno sol lo hacen todavía más apetecible. Y con ello, tanto la Costa Daurada como las Terres de l’Ebre son dos  zonas ideales para experimentar multitud de experiencias ya sea en familia, en pareja o con amigos, más aún ahora que se acercan las vacaciones de Semana Santa. ¡Preparad el calendario y preparaos para disfrutar!

La Costa Daurada: Playas doradas de arena fina

Hablar de la Costa Daurada es hablar de incontables opciones de turismo y ocio que nos acercarán ya sea a sus playas de arena fina y dorada (de ahí su nombre) o a sus secretos más bien guardados de sus bellísimas montañas del interior. Todo ello acompañado de una oferta de gastronómica y de ocio que dejará huella a todo aquel que la pruebe.

Si comenzamos el recorrido por las playas de la Costa Daurada debemos hacer una parada obligada en La Rojala, situada casi al inicio (partiendo del sur), lindando con Terres de l’Ebre. Se trata de un Espacio Natural Protegido que se caracteriza porque incorpora muchos lugares de interés que están asociados a la geomorfología litoral, como calas, acantilados, playas y rocas aisladas. El municipio de L’Hospitalet de l’Infant cuenta con una playa de gran interés paisajístico: calas, acantilados, playas o rocas aisladas nos esperan allí. En este lugar, además, encontramos la playa del Torn, una de la preferida para los amantes del nudismo.

Más adelante llegamos a las calas de Mont-roig del Camp y de Miami Platja, uno de los grandes tesoros de la zona, amén de sus playas vírgenes y el Estany Gelat, que dan paso a espacios naturales y de gran valor paisajístico. Una vez llegamos a Cambrils nos encontramos con una playa ideal para las familias que están buscando la tranquilidad. Situada en una zona semiurbana en el sur del municipio, la playa de la Llosa está protegida por espigones y nos ofrece una fina arena que nos invitará a quedarnos todo el día y disfrutar juntos o en familia.

Siguiendo la ruta nos encontramos de lleno con las playas de Salou, una de las joyas de la Costa Daurada. Con más de 9 kilómetros de fachada marítima, en la capital de la Costa Daurada se podrán encontrar playas urbanas, adaptadas y completamente accesibles y con todos los servicios necesarios.

A continuación, llegamos hasta Vila-seca, la Pineda Platja, municipio que puede ser una parada en el camino o, incluso, el eje central de nuestras vacaciones. Para empezar, pasaremos por la Sèquia Major, el humedal más importante entre el Delta de Llobregat y el Delta de l’Ebre. También son de obligada parada el Parc del Pinar de Perruquet o los grupos escultóricos Marca d’Aigua y Pineda.

Una vez pasamos Vila-seca, llegamos hasta la capital de provincia, Tarragona. Más allá de su enorme interés histórico, la ciudad alberga un idílico litoral cuyas playas (Playa de l’Arrabassada, la Playa Llarga o Cala Romana) dibujan un litoral tarraconense que se deshace avanzando hacia el norte en espacios protegidos como la Cala Tamarit o la Punta de la Móra. Lindando con Tarragona nos encontramos el municipio de Altafulla. Su playa empieza justo detrás de la de Tamarit y se extiende a lo largo de 1,1 kilómetros. En ella encontramos la desembocadura del rio Gaià, un rincón del mediterráneo que aúna dunas, bosque de ribera y campos de cultivo.

Dejando atrás Altafulla, llegamos a Torredembarra, pasamos por la playa del Canyadell, con míticos acantilados que la convierten en parada obligada. También en Torredembarra encontramos Els Muntanyans, un espacio natural circunscrito en el área protegida de las playas de Torredembarra y Creixell y en el que podremos ver las últimas dunas y marismas saladas después del Delta de l’Ebre.

Antes de seguir debemos hacer parada obligatoria en el Roc de Sant Gaietà, una pequeña pero encantadora localidad costera de pescadores de estilo mediterráneo, en el municipio de Roda de Berà. Playas de ensueño y una urbanización legendaria que, en algunos momentos, nos trasladará a momentos anteriores e históricos que sucedieron en este municipio.

Siguiendo nuestra aventura, nos encontramos con El Vendrell. Allí, destaca la zona húmeda de Les Madrigueres, un espacio litoral de unas 30 hectáreas que está situado en el núcleo marítimo de Sant Salvador.

Llegando al final de nuestro viaje, en Calafell nos encontraremos con un municipio que ha obtenido el certificado Biosphere, que otorga el Instituto para el Turismo Responsable (RTI), una institución avalada por la UNESCO. El certificado representa una de las acreditaciones de mayor reconocimiento internacional en el ámbito de la sostenibilidad.

Turismo familiar, de ocio y gastronómico por excelencia

Llegamos ya al final de nuestro viaje por toda la zona litoral de la Costa Daurada y no podemos hacerlo sin hacer una mención especial a PortAventura World. Y es que, ¿quién viaja a nuestras tierras sin hacer una visita al parque temático por excelencia?

Y es que los mejores hoteles y una oferta infinita lo convierten en una parada obligada. Parking para poder aparcar sin problemas y todas las zonas de servicios a poco tiempo, con Salou y Vila-seca, La Pineda Platja a pocos minutos en coche.

PortAventura World ha introducido novedades este año. La propuesta estrella es el proyecto que ha puesto en marcha junto a Kosmos, empresa que tiene al jugador del FC Barcelona Gerard Piqué como cabeza visible y LaLiga. Son dos propuestas novedosas y rompedoras. Comenzando por LaLiga TwentyNine’s, el primer restaurante del mundo tematizado de LaLiga y con la certificación LEED por su diseño eficiente con capacidad para acoger un cóctel con 400 invitados. Por otro lado, también han puesto en marcha The Challenge, un videojuego de plataformas y habilidades relacionadas con el fútbol que se basa en la tecnología de la Realidad Aumentada y en el cual los usuarios podrán sumergirse en los retos propuestos tanto en PortAventura como desde casa, combinando la realidad física con el mundo virtual.

Además, PortAventura World ha incrementado su oferta hotelera con 18.000 metros cuadrados en el Hotel Colorado Creek, de 4 estrellas. Un nuevo edificio, el Creek Valley, con 141 habitaciones Deluxe, nuevo espacio de piscina y nuevo restaurante, el original Lake Bar.

Pero hay más. La Costa Daurada cuenta con varios municipios que están certificados por la Generalitat de Catalunya como Destino de Turismo Familiar. Salou, Cambrils, Vila-seca, La Pineda Platja, Calafell o El Vendrell son los que cuentan con esta distinción en la parte costera de la Costa Daurada, aunque las Muntanyes de Prades, en el interior, también pueden presumir de ello.

La variadísima oferta de la Costa Daurada no se queda ahí. A todo ello hay que sumarle la variedad de ocio y gastronomía que hacen que nuestro viaje sea redondo. ¡Qué decir de Salou! El municipio cuenta con una zona de ocio (el Camino de Ronda, el trenecillo o las fuentes cibernéticas) que convierte a la capital de la Costa Daurada en uno de los destinos preferidos para cualquier habitante del planeta.

Seguimos. Hablar de Cambrils es hacerlo de una oferta gastronómica inigualable y de una histórica tradición pesquera que hace que el municipio huela a mar de principio a fin. Además, cuenta con encantadores espacios como el Parc Samà, un parque botánico, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, donde conviven más de 1.500 especies de flora y fauna en 14 hectáreas al aire libre.

En Vila-seca y La Pineda Platja encontraremos 10 tótems identificativos nos darán toda la información histórica necesaria para conocer los monumentos de mayor interés: el Raval de la Mar, el Castell, el Pinar de Perruquet o la Sèquia Major.

Situémonos ahora más al norte. Nos trasladamos hasta El Vendrell, donde la cata por los viñedos de los deliciosos vinos de la DO Penedès es actividad obligada. Y ya finalmente en Calafell debemos pararnos a observar su castillo y a Ciutadella Ibérica, uno de los más grandes y singulares yacimientos del territorio catalán.

La Costa Daurada interior

La Costa Daurada no solo son playas. De hecho, la diversidad es clave para explicar la riqueza de su parte interior. ¡Empecemos!

Seguimos y lo hacemos con pausa y saboreando la paz que nos ofrece el Priorat. Aseguran sus habitantes que, no tener prisa, es la mejor receta para poder degustar esta comarca. Los inigualables parajes del Parc Natural del Montsant pueden ser un gran inicio de día que puede continuar con una degustación de cualquier vino de la Denominación de Origen Montsant o de la Denominación de Origen Calificada Priorat.

El Priorat también ofrece trazados memorables, como lo es la Ruta Mar y Montaña para expertos por el Priorat y el Baix Camp. Se trata de una de las rutas para hacer en bicicleta más largas que se pueden realizar en la zona, de 98,4 kilómetros. Saliendo de Cambrils en dirección a Mont-roig del Camp, recorre parajes como el alto de Colldejou, Marçà o el Coll de Falset, entre otros.

Para continuar, un día por la montaña, y para disfrutarlo como se merece, destacamos las montañas de Prades y la Serra de Montsant. Prades se convierte en la estrella de la corona. Situadas en las comarcas del Baix Camp, Alt Camp, Conca de Barberà y Priorat, sus las montañas ofrecen rutas para todas las edades y de cualquier dificultad. Las montañas de Prades están certificadas como Destino de Turismo Familiar por la Generalitat de Catalunya. Es también remarcable que las Montañas de Prades y la Serra de Montsant se han convertido en la zona más grande de Europa en tener el cielo nocturno protegido.

También son una cita obligada los recorridos a pie o en BTT por la comarca de l’Alt Camp, una tierra llena de detalles con lugares naturales de gran valor. Entre otros, se pueden realizar rutas como la ruta de La Capona y sus construcciones de piedra seca (patrimonio inmaterial de la humanidad), Una vuelta por el Jordà, Miramar, un balón abierto al campo, Una Bella Mirada al Valle del Francolí o Los contrastes del Llano. Esta última también se puede realizar en bicicleta todo terreno.

Propuestas culturales de todo tipo

La oferta cultural que nos brinda la Costa Daurada es igualmente muy amplia y extensa. Tras Barcelona, Reus es la ciudad con más edificios modernistas de toda Catalunya. La capital de la comarca del Baix Camp cuenta con un padrino que supera lo ilustre, como lo es Antoni Gaudí. En otro orden de cosas, el Museo del Vermut muestra lo mejor de la cultura de la ciudad y lo relaciona con un elemento gastronómico indispensable para cualquier amante del buen vermut.

Seguimos con la Ruta del Cister, que consta de un recorrido por tres monasterios: el de Poblet, que está catalogado como Patrimonio Mundial por la UNESCO, el de Santes Creus y el de Vallbona de les Monges (este último está ubicado en la provincia vecina de Lleida).

De estos tres, el de Poblet es un bien declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al igual que la ciudad de Tarragona, la capital de la provincia. Tarraco recibió este distintivo el 30 de noviembre el año 2000. Murallas, edificios y lugares que nos trasladarán a otra época convierten a la antigua Tarraco en un diamante en bruto. De hecho, en el año 45 a.C., Julio César, tras construir los muros y el puerto, designó a esta colonia con el nombre de Colonia Urbs Triumphalis Tarraconensis.

Continuando con la visita por la Costa Daurada podemos dirigirnos al Paisaje de los Genios. Se trata de una propuesta turística inspirada en personalidades como Pau Casals, Antoni Gaudí, Joan Miró o Pablo Picasso (este último, nativo de Terres de l’Ebre). Una de las citas de dicho Paisaje es la Ruta Pau Casals, un paseo en bicicleta de más de 10 kilómetros por el municipio de El Vendrell (Baix Penedès) en la cual se pueden apreciar varios atractivos, como la Casa Pau Casals o el Museo de Pau Casals.

Tras un buen paseo por las diferentes comarcas de la Costa Daurada interior, gastronomía y espectáculo pueden ser las dos propuestas siguientes y su punto de encuentro, la capital de la comarca de l’Alt Camp, Valls. Los calçots se han convertido en un manjar admirado a nivel internacional. Estas pequeñas cebollas alargadas mojadas en la mejor salsa romesco y maridadas con un buen vino de la tierra son una experiencia para explicar. También lo es una buena jornada de castells (también son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad), con valientes que suben encima de otros atrevidos para formar construcciones aparentemente imposibles, pero que se convierten en realidad para delicia de los aficionados y también de los que todavía no lo son.

Por último entra en escena la Conca de Barberà. Montblanc, la capital de la comarca, vuelve a prepararse para ofrecer una mítica Semana Medieval, que este 2022 llegará a su XXXV edición y se celebra los dos fines de semana que rodean la Diada de Sant Jordi, que es el 23 de abril. Cuenta la historia que Sant Jordi mató al dragón en Montblanc, en una de las leyendas con más misticismo en Catalunya. Esto le sirvió para rescatar al pueblo y a su princesa de una muerte segura. Por ello, la relación entre esta efeméride y la ciudad tarraconense perdura con los años.

Claro queda pues, que paseos, buena comida, actividades para todos y un sinfín de posibilidades se esconden a lo largo y ancho de toda la Costa Daurada y que, como veremos a continuación, se extienden de igual forma en todas las Terres de l’Ebre. ¡Atentos porque no os dejarán indiferentes!

Terres de l’Ebre: paz, armonía y también adrenalina pura

Dejamos a un lado la Costa Daurada para adentarnos en la espectacularidad de las Terres de l’Ebre, un territorio que está catalogado como Reserva de la Biosfera desde el año 2013. Además, es un territorio que está reconocido por la asociación internacional Green Destinations como uno de los 100 mejores destinos turísticos sostenibles del mundo. ¿Qué más se necesita para escaparse a disfrutar de sus múltiples encantos?

Los dos parques naturales con los que cuentan las Terres de l’Ebre son algunas de las joyas que esconde el territorio. Comenzando por el Parque Natural del Delta de l’Ebre, la mayor zona húmeda de Catalunya y uno de los hábitats acuáticos más importantes del Mediterráneo occidental y acabando por el Parque Natural de Els Ports, que se extiende por las comarcas del Baix Ebre, el Montsià y la Terra Alta. Para los amantes de la montaña y de la naturaleza, la zona también ofrece una gran variedad de rutas de senderismo y cicloturismo de distintos niveles de dificultad.

No podemos hablar de las Terres de l’Ebre, sin dejar de mencionar el río Ebro. El gran eje vertebrador del territorio, el elemento que da forma y moldea este singular paisaje. Hay diferentes formas de conocer y disfrutar de sus bellos rincones. Actualmente, en Ascó, Benifallet y Tortosa podemos navegar con un antiguo laúd, embarcación típica de madera que nos transporta al pasado de forma directa. Para los más deportistas, el kayak es la mejor opción.

El litoral ebrense

Recorrer el litoral de las Terres de l’Ebre es contemplar 100 kilómetros de maravillas que van desde l’Ametlla de Mar hasta Alcanar y toda la zona deltaica. En el primer municipio de nuestro recorrido, l’Ametlla de Mar, encontramos una oferta tan llamativa como es bucear, navegar con kayak, hacer paddle surf o alquilar una embarcación y recorrer sus calitas. También destaca el Tuna Tour, una experiencia única en el mundo, donde el turista se sumerge con cientos de gigantes atunes rojos.

Siguiendo hacia el sur, encontramos el Perelló, conocido como el pueblo de la miel, donde podremos convertirnos en apicultores y combinar actividades de mar y montaña.

Si seguimos pasamos por L’Ampolla, la puerta principal del Delta de l’Ebre y que se descubre con grandes rutas de naturaleza, con animales y vegetación sin fin. Deltebre y Sant Jaume d’Enveja, estos dos últimos municipios conectados por el majestuoso puente Lo Passador. Unos kilómetros más abajo, llegamos a la desembocadura del río Ebro, de visita obligada. Una gran flota de embarcaciones esperará a sus visitantes para conducirlos desde el tramo final del río hasta mar abierto, a unos 5 kilómetros de distancia.

Dos lugares idílicos de Terres de l’Ebre son, sin ningún atisbo de duda, las bahías del Fangar y de los Alfacs, ambas en la zona próxima a la desembocadura del río Ebro. En ambas, podemos visitar las famosas mejilloneras, conocer de primera mano el cultivo de mejillones y ostras y degustarlas con una buena copa de vino de la Terra Alta.

En la zona litoral de Amposta, encontramos la Laguna de la Tancada, una extensión de 250 hectáreas envueltas de un paisaje rico en especies de aves y de peces para que todos los públicos conozcan la fauna y la flora del territorio de la mejor forma posible. La Laguna de la Encanyissada es una propuesta igual de brillante, sobre todo si se tiene ganas de observar aves en su actividad normal, libres y salvajes. Allí podremos alquilar bicicletas o perchar con las barquitas de madera típicas de esta zona.

Continuando nuestro recorrido hacia el sur, encontramos La Ràpita, con infinidad de propuestas acuáticas adaptadas a todos los niveles. Finalmente y después de recorrer los últimos kilómetros, encontramos Alcanar. De hecho, con su puerto pesquero y deportivo, Les Cases d’Alcanar es famoso por la calidad de su oferta gastronómica.

Alcanar, l’Ametlla de Mar, L’Ampolla i La Ràpita, las conocidas como Villas Marineras de las Terres de l’Ebre, comparten una misma cultura ligada al mar y a la pesca. A parte de todo este tesoro de la naturaleza, las Terres de l’Ebre cuentan con una gastronomía que engancha y un patrimonio que resulta la envidia de muchos otros lugares del país.

Y si hablamos de gastronomía, no podemos terminar nuestro artículo sin abrir los estómagos y hacer la boca agua a nuestros lectores. Viajar, visitar y disfrutar siempre están acompañados de un buen plato de la zona. Son muchos los que se pueden degustar en el Ebre. Las ostras, mejillones, langostinos o atún rojo son los manjares que deja el mar en Terres de l’Ebre, aunque en el huerto también se pueden encontrar productos estrella como lo son el arroz, las alcachofas, el aceite, la miel o unos buenos cítricos.

La naturaleza del Ebre interior

Las Terres de l’Ebre son un gigante por descubrir. Centrándonos en la parte interior de las Terres de l’Ebre, no hay rincones que escapen de la naturaleza en su máxima esencia y de recovecos donde parar y desconectar durante horas o días, para entender que la belleza también está en las pequeñas cosas.

Admirando los parajes ebrenses nos encontramos con la espectacularidad del Parc Natural dels Ports, un mazizo de montañas imponentes que son un paraíso para los amantes de la naturaleza y de los deportes de aventuras que se adentra en las provincias de Teruel y Castellón. Los pueblos de montaña situados en el pie del macizo como Mas de Barberans o Alfara de Carles, comparten muchas de  sus tradiciones, como por ejemplo, la artesanía de las fibras vegetales para hacer objetos cotidianos.

Visitar los Ports es admirar la espectacularidad paisajística que nos brinda su punto más álgido, el mítico Monte Caro. A pie, en bicicleta o en el vehículo que se desee se puede explorar la montaña, sobre todo perfecta para los amantes del caminar solos, con amigos o en familia.

También son de obligada parada los Estrets d’Arnes, uno de los espacios más singulares que esconden los Ports. Un riachuelo se abre paso entre las abruptas paredes, donde los amantes del senderismo y de la escalada encontrarán aun paisaje perfecto para disfrutar de sus deportes favoritos. La Font Nova es otro de los rincones indispensables. En ella se pueden admirar unas puestas de sol de película.

Junto con los Ports, admirar el Ebre interior también es admirar otros espacios naturales que dejarán a todos con la boca abierta. El primero de ellos es la Serra de Cardó, una sierra que se extiende entre los municipios de Rasquera y Benifallet. Muchos la asocian a un antiguo balneario con propiedades minerales, que ha servido de marca de una de las aguas embotelladas más populares de Catalunya. El entorno está alejado de cualquier núcleo habitado, lo que perderse allí es entrar en contacto con el silencio y con uno mismo, envuelto de los aromas del romero, el brezo y los pinares.

Para terminar, no podemos dejar de mencionar la Reserva Natural de Sebes, situada en la comarca de la Ribera d’Ebre, concretramente en Flix. Un paseo por este espacio te llevará a tener la sensación de estar inmerso en un oasis natural, rodeado de chopos, encinas y cigüeñas. El centre d’Interpretació (abierto los fines de semana y con servicio de guía) es el eje desde donde sale un caminito que atraviesa miradores de aves y pasajes elevados sobre el bosque de ribera.

El Ebre interior y sus encantos culturales

Son muchos los encantos culturales e históricos que enriquecen a todo el territorio ebrense. Uno, imposible de perderse, es el Castell de Miravet, uno de los menores ejemplos europeos de una fortaleza medieval de arquitectura del Orden de los Templarios.

Por otra parte, los rincones de l’Ebre también fueron inspiración de grandes artistas. Es el caso de Pablo Picasso. El pintor malagueño se quedó prendado de las maravillas del municipio de Horta de Sant Joan, donde permaneció durante dos temporadas. Para preservar y promover el legado que dejó allí, esta población cuenta con el Centre Picasso, donde se exponen 200 reproducciones facsímil de 200 obras del artista.

Más allá de la cultura artística, las Terres de l’Ebre son una caja llena de historia y es por ello que el territorio ha reactivado el turismo vinculado a la memoria histórica. Los distintos centros de interpretación de la Batalla de l’Ebre situados en la comarca de la Terra Alta, una de las más afectadas por los combates de la Guerra Civil entre julio y noviembre de 1938, ofrecen una visión general sobre diferentes aspectos de la vida en las trincheras.

Finalmente, pero yéndonos mucho más atrás en el tiempo, debemos hacer especial mención a las pinturas rupestres de la Ermita de la Pietat d’Ulldecona, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 y uno de los conjuntos más importantes de arte rupestre levantino de la península Ibérica.

Deporte de todo tipo y para todos

Son infinitas las propuestas deportivas que ofrece el Ebre: Via Verde, BTT, cicloturismo, senderismo, escalada, barranquismo, hípica o piragua, entre otros.

Una de las estrellas de la corona es la Via Verde, un camino que recorre el territorio de norte a sur y que ayudará a conocer de primera mano todos los lugares más bellos del mismo. Se puede hacer o bien a pie, en bicicleta o, incluso, montado a caballo. La Via Verde transcurre por la antigua vía férrea del Valle de Zafán, que unía Aragón con el Mar Mediterráneo, y que estuvo en funcionamiento durante 31 años antes de cerrar el 17 de septiembre del 1973.

La bicicleta y Terres de l’Ebre van unidos de la mano. De hecho, se les considera un binomio inseparable. Los largos paseos por el territorio, cruzando campos interminables y bellos de principio a fin dictan la cultura sobre las dos ruedas que lleva décadas instalada en la parte sur de Catalunya.

También son de obligada parada, para los amantes del ciclismo, algunas de las rutas que se ofrecen a lo largo del Ebre interior. Para los más exigentes existe el Grand Tour Terres de l'Ebre. Un total de 200 kilómetros de carretera y 4.180 metros de desnivel positivo. Un recorrido por el Parque Natural del Delta del Ebro de 110 kilómetros para darse un buen paseo o un bello recorrido por el paisaje de la Batalla del Ebro, de 98 kilómetros.

 

El senderismo también brilla en el interior de las Terres de l’Ebre. Los amantes del trekking están de enhorabuena, ya que quedarán más que maravillados de los paisajes que encontrarán a su paso. Y, en Terres de l'Ebre, hablar de senderismo es hablar de la infinidad de rutas que ofrece el Parque Natural dels Ports, como Estels del Sud o los árboles monumentales de la Sénia, así como la Sierra del Montsià. También se puede apostar por el GR-99, paralelo al río Ebro. De hecho, lo recorre desde su nacimiento hasta la desembocadura.

Con el calor, además, lo que más apetece es un buen chapuzón. Antes, disfrutar de un buen paseo en piragua. Se trata de uno de los deportes más asequibles para todos los públicos y, en las Terres de l’Ebre, se puede disfrutar tanto en el mar como en el río. En la parte interior, Vinebre-Mora la Nova y Miravet-Benifallet son dos recorridos más que recomendables para gente de todas las edades.

Tortosa, de obligada visita

¿Y qué decir de la ciudad del renacimiento? Tortosa es, a todas luces, una de las grandes esencias de las Terres de l’Ebre. Para visitarla en familia, con amigos o en pareja, no hay propuesta más imprescindible si se decide pasar unos días en Terres de l'Ebre.

En Tortosa lo puedes tener absolutamente todo. Decidir entre playa y montaña el mismo día. Intentar conocer un poco más la historia de nuestros antepasados pensando en qué deporte de aventura queremos practicar luego. Un compendio de actividades que convierten en la capital del Baix Ebre en una propuesta de parada obligada.

Tortosa siempre ha sido conocida por su relación con el río Ebro, pero también por su estilo renacentista. Tortosa lo vivió en su máximo esplendor gracias a Cristòfor Despuig y a los Reales Colegios. La ciudad celebra anualmente la Fiesta del Renacimiento, una celebración de recreación histórica y que, incluso, ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Cuatro días de fiesta durante el tercer fin de semana de julio en los cuales la ciudad se viste de largo.

La ruta del vino

La Ruta del Vino de la DO Terra alta aparece brillando como propuesta irrechazable. Visitar los viñedos, probar vinos y relacionar estos manjares con la historia ebrense son iniciativas que no se deben dejar pasar. Las catedrales del vino de la Terra Alta son el mejor lugar para poder probar estas exquisiteces. Gandesa ofrece una visita y una cata de vinos que se puede acompañar con una visita a edificios modernistas. Igual que Pinell de Brai, que se erige como una opción perfecta para poder maridar cultura y vino.

Otra experiencia gastronómica, muy original, está relacionada con el oleoturismo. Como estrella, brilla la Ruta de los Olivos Milenarios. Convirtiendo el mismo paisaje en un templo para el gusto y la vista, Ulldecona muta en un museo al aire libre y muestra varias áreas de olivos milenarios. Se puede visitar gracias a una ruta debidamente señalizada en tres idiomas con caminos que se pueden recorrer en bicicleta o a pie.

Entonces, ¿a qué esperas? ¿Vienes a disfrutar de nuestra Costa Daurada y Terres de l’Ebre?

 

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