La gran avenida verde de Tarragona

Scan City Tarraco. La Tarragona que debe venir con menos coches, esta ciudad amable, verde, paseable y sostenible reclama acciones públicas consistentes, económicas y efectivas sobre el paisaje y una buena movilidad urbana

04 abril 2022 17:20 | Actualizado a 05 abril 2022 05:08
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De nuevo les insisto a hablar del POUM. Sepan, queridos lectores, que es la carta a los Reyes Magos de lo que será esta ciudad los próximos 50 años. Es para que ustedes, ciudadanos, sepan exigir y sean selectos a la hora de elegir entre aquellos políticos que verdaderamente se comprometan a hacer esta ciudad más rica y bella su ciudad, de aquellos que solo la llenan de promesas falsas y de deudas. Ya ha habido demasiados.

En 2014 ya hablé en el Diari de la carretera de les Gavarres como de la «gran avenida fracasada». Tiene 8 carriles. Casi más que la M-30 en Madrid. Y una vocación absurda, perdida, regresiva. Recuerda lo que fue la Avenida Meridiana de Barcelona con sus tristes puentes hasta los años 90. Allí, quitaron puentes y carriles y aquí, los ponemos. Otro grave error del urbanismo permisivo y expectante de políticos y técnicos de las administraciones públicas que simplemente se «aplanan» ante hechos consumados, como si no fuera con ellos. La frase: «así ha venido de Madrid» sirve para sacarse las vergüenzas y despojarse de toda culpa. Es el deporte favorito en esta ciudad: «el tantmefotisme» déspota.

La ciudad que debe venir, la que espera la gente, esta ciudad con menos coches, esta ciudad amable, verde, paseable y sostenible reclama acciones públicas consistentes, económicas y efectivas sobre el paisaje y una buena movilidad urbana. Esta, ciertamente muy deteriorada en los últimos años. Se me ocurren muchas cosas a las que pedirle a esta gran avenida. Por ejemplo, que una sin puentes colgantes dos barrios cortados: La Granja i l’Albada pero escondiendo el tráfico y el ruido en trinchera. Entonces, los puentes ya no son puentes sino pasos a pie plano entre norte y sur. Entonces, los taludes esconden el trafico y pueden aparecer paseos tranquilos. Entonces el coche deja de ser el centro del paisaje y lo pueden ser grandes arboledas.

A esa gran avenida se le puede pedir que adecente paisajísticamente barrios degradados desde hace décadas. Que se incorporen grandes ombráculos y fuentes que anuncien la llegada a una ciudad en todas sus Mayúsculas. Se le puede pedir a esta avenida que sea el motivo de que la Horta Gran –esos terrenos entre L’Albada y el río– formen parte de la ciudad que crece y se reconecta. Hecho en falta que esos grandes urbanistas de la ciudad, aquellos que tienen el sello y el pedigrée de haberlo hecho casi todo, salgan a la palestra diciendo algo y no esperando entre bambalinas los encargos por silencios cómodos. Hace falta una gran presión social para que este POUM sea la mejor versión de sí mismo y explore cuestiones esenciales para poder hacer de Tarragona una ciudad rabiosamente bonita. Y ello no necesariamente haciendo grandes infraestructuras sino más bien poniendo blanco sobre negro. O sea verde sobre asfalto.

Es necesario abrir en Tarragona un verdadero debate vecinal en los que los arquitectos deberían querer lidera esa gran manifestación del urbanismo necesario, no basado en estrategias de geógrafos que hacen de médicos y arqueólogos que hacen de artquitectos, No se puede basar el urbanismo en recolectas de citas de «catedrilla universitaria» sino sobre las complejas bases de la ciencia del urbanismo en el que así solo puedo decir que así nos idocon tantos expertos de facultad que solo publican para puntuar en cátedra.

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