La participación del Descendiment en la procesión, en el aire

La procesión del Sant Enterrament, que tendrá lugar el próximo Viernes Santo –7 de abril–, podría no contar con la participacióndel paso del Descendiment de la Creu. El motivo son los daños que sufrió el misterio la pasada edición de la procesión, cuando, a la altura de la Baixada de la Misericòrdia, el paso perdió el equilibrio y se vio obligado a retirarse antes de lo previsto. Por suerte y gracias al saber hacer de los portants, nadie resultó herido durante el accidente.

Desde entonces y hasta ahora, los expertos han analizado cómo recuperar la imagen y cómo mejorar su porteo para que no vuelva a ocurrir algo parecido. Actualmente, los responsables de la Reial Congregació del Venerat Cos de Nostre Senyor Jesucrist en el Descendiment de la Creu, buscan la manera de financiar unos costes que ascienden a 30.000 euros. Pese a que ya han empezado las conversaciones con las administraciones, la congregación no tiene claro si podrá participar en la procesión del Viernes Santo, al no llegar a tiempo con la reforma.

«Suponemos que la semana que viene tendremos más información. Aunque la cosa no pinte bien, la esperanza es lo último que se debe perder», explica el presidente de la entidad, Jordi Folch, quien añade que «la avería ha sido importante. Además, ya que nos ponemos, queremos mejorar la peana para que no nos vuelva a pasar».

¿Qué ocurrió?

Los hechos ocurrieron el pasado Viernes Santo, durante la procesión del Sant Enterrament. Uno de los puntos más complicados del recorrido es la Baixada de la Misericòrdia. Y si se trata de un paso tan pesado –casi 1.400 kilos–, con una estructura tan compleja y llevado a ruedas, todavía peor. «Es un misterio que gira sobre su propio eje. Cuando pasamos por una bajada así, el paso bascula y la peana queda inclinada para que las figuras queden rectas y no tiren hacia delante», relata Folch. Los portants se confiaron y, justo en el momento que el paso empezaba a nivelarse, se desequilibraba y se rompía una pieza clave. La imagen tiró atrás y, los portants, como pudieron, lo aguantaron y lo volvieron a colocar en su sitio. El Descendiment acababa entonces su procesión y, con la ayuda de una cuerda, el paso llegaba hasta la iglesia de Sant Agustí, donde duerme desde entonces.

Se trata de un misterio que ha sufrido varios cambios a lo largo de los años. En 2010 se agregaron tres nuevas imágenes: Sant Joan, Josep de Arimatea y Maria Salomé. Podría ser que esta incorporación hubiera contribuido a desequilibrar el paso. Por eso, la entidad apuesta, tras un exhaustivo estudio, por solucionar los problemas de raíz y, por ejemplo, modificar la distancia que hay entre las ruedas.

Los responsables del Descendiment están haciendo todo lo posible por solventar los problemas lo antes posible. Lo que pasa es que el coste de los daños asciende a unos 30.000 euros. La congregación busca la colaboración económica de las administraciones. Sea como sea, se salga o no se salga a la procesión, para el Descendiment este es un año especial, ya que la entidad cumple 75 años.