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Esta mañana es, sin duda, de todas las del año, la de más trabajo de todo el año para los equipos de limpieza. Más de un centenar de operarios participan en el operativo que arrancó a las 4.30 de la madrugada en diferentes puntos de la ciudad, en especial en las playas. Y es que, si la resaca de Sant Joan, si se mide por cantidad de basura, ya se puede comparar con la época pre-pandemia.
Uno de los puntos calientes ha sido la Platja de l’Arrabassada, donde a las seis de la mañana todavía había numerosas personas prolongando la fiesta tanto en la arena como en el paseo. La estela de desperdicios era de lo más variopinta: abundaban, como no, botellas (que los operarios tenían que ir vaciando una por una), pero también comida, toallas, calzado, ropa y hasta barbacoas y restos de tiendas de campaña. Todo sin contar que la zona de aparcamiento se había convertido en un gran urinario al aire libre a juzgar por el olor nauseabundo.
A la par, también había operarios limpiando los restos de las verbenas en otros puntos de la ciudad como la Plaça Corsini, El Serrallo, Sant Pere i Sant Pau y Parc Riuclar. Los encargados del servicio explican que además de los sitios previstos también hay atender a nuevos avisos, como los restos de botellones que aparecen en sitios inesperados.
94 Llamadas al 112
Hasta las 12 de la noche de ayer el teléfono de emergencias 112 de la Generalitat había recibido 2.031 llamadas, 94 de ellas en la comarca del Tarragonès. A primera hora de la mañana ardían dos islas de contenedores de basura con pocos metros de distancia en l’Arrabassada, en la Vía Augusta.
Pese a todo la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de Tarragona hablaba de una noche «relativamente tranquila» en la que, entre otros servicios, habían estado hasta las cinco de la mañana controlando el fuego de la fogata de la Plaça Corsini.
