La segunda fase del carril bici enlazará la Imperial Tarraco y El Serrallo por Pere Martell

El Ayuntamiento planifica esta actuación de cara al año que viene, lo que permitirá dinamizar el comercio de esta parte de la ciudad, de acuerdo con las peticiones de los vecinos

05 abril 2021 18:20 | Actualizado a 06 abril 2021 05:24
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Las obras del carril bici entre el Campus Sescelades y la Plaça de la Imperial Tarraco empezarán este mes de abril. Esta plataforma segregada de 1.940 metros de longitud enlazará con los viales laterales de la Avinguda de Roma, lo que prácticamente facilitará una conexión segura entre la zona Nord con los barrios de Ponent. Tan solo quedará un pequeño tramo por resolver, el del puente que cruza el río Francolí, que sigue siendo titularidad del Estado y hasta que no se haga efectivo el segundo traspaso de carreteras no podrá acabarse de desencallar.

A la espera de que el Ayuntamiento y el Gobierno de Madrid firmen un acuerdo, la administración local ya está trabajando en lo que debe ser la segunda fase del proyecto. Es la que enlazará la Plaça de la Imperial Tarraco con El Serrallo, a través de Pere Martell. Este nuevo ramal conectará con el carril bici existente en el puerto, que discurre por el barrio marinero, hasta el Km 0 y la playa del Miracle. El concejal de Mobilitat, Xavier Puig, destaca que «esto supone que el carril educativo gana unas sinergias muy grandes, ya que de alguna forma estás conectando la zona más alta con la más baja de la ciudad». Un segundo elemento es que permitirá enlazar este primer trazado, que comunicará los campus y que está pensado para el día a día de los estudiantes y de los residentes, con la zona portuaria, de carácter lúdico y que es especialmente frecuentada durante los festivos y los fines de semana. Una aspecto sobre el que pone el acento Pedro Redondo, de la Cooperativa L’Escamot, quien manifiesta que «nos parece un eje estratégico, ya que conecta lo lucrativo con lo cotidiano».

El tercer teniente de alcalde argumenta que la calle Pere Martell «tiene una función muy importante de conexión» y que «a pesar de que es un eje que puede tener varias intervenciones en un futuro, esta es una muy clara».

El proyecto aún no está redactado. En este se valorarán las diferentes opciones y la afectación que tendrá la habilitación de una plataforma segregada, exclusiva para patinetes y bicicletas. No obstante, el objetivo es que los coches pierdan protagonismo a favor de la movilidad sostenible. «A Pere Martell le discutes si necesita tres carriles, más los de estacionamiento, ya que siempre hay coches aparcados en doble fila, lo que indica que a lo mejor uno de estos sobra», afirma Puig.

Esta segunda fase del carril bici también mejorará la intermodalidad de dos nodos de transporte muy importantes para la ciudad. Es el caso de la estación de autobuses y la de trenes. «Se establecen dos conexiones estratégicas, una con el carril del puerto y la otra, mediante la Ciutat 30, con el Barri del Port, por lo que tienes una ‘L’ muy interesante que genera alternativas muy competitivas de cara a los usuarios», indica el edil republicano.

La propuesta es vista con buenos ojos por parte de la Associació de Veïns del Barri del Port. Su presidenta, Mari Carmen Puig, indica que «me parece maravilloso, ya que ofrece una opción para circular de forma más tranquila para los usuarios de la bicicleta y permitirá descongestionar de coches todo este entorno».

El Ayuntamiento ha fijado sus prioridades. Las obras del carril educacional empezarán dentro de unas semanas y está previsto que finalicen en septiembre. Esta segunda parte de la intervención está situada en el calendario «de cara al año que viene». Mientras tanto, los servicios técnicos municipales empezarán a abordar la redacción de un proyecto que nace desde el Consistorio y que «encaja bien dentro de las propuestas que algunos vecinos tienen para mejorar la calle Pere Martell y que vamos a trabajar con las asociaciones de vecinos del Serrallo, como la de la Verge del Carme».

Redondo insiste en que «hay una masa vecinal que lo reclama». Por lo que considera que debería impulsarse un proceso participativo para «afrontarlo» y que «el Ayuntamiento pueda recoger las opiniones tanto de los residentes como del sector comercial, para hacer una propuesta a nivel de infraestructura». De hecho, desde L’Escamot ya han mantenido varias reuniones con la Associació de Veïns Moviment Pere Martell quien, por otro lado, en agosto se puso en contacto con el colectivo Arquitectes Sense Fronteres, para trabajar la idea. «Lo vemos como una cosa muy interesante, pero queremos que la gente de la calle participe», indica Lorena Holm. En este sentido, asegura que debería impulsarse una campaña de sensibilización que facilite su implantación. «La idea es superbuena, pero hace falta un trabajo previo para impulsar un cambio que facilite que la transformación sea más sencilla», añade Holm.

Este colectivo nació con el objetivo de «cambiar la calle, creando un relato para cada zona». En este caso en particular apuestan por una transformación que haga de este eje una zona más «sostenible» y «amable», para que sea más acogedor de cara a «favorecer el comercio». «Pondremos en marcha este tema, para dar los motivos al Ayuntamiento y que vean que es necesario», concluye esta representante vecinal.

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