La UGT de Tarragona se desmarca del comité de la basura y apela a su «transversalidad»

La UGT se desmarca del comité de empresa de la compañía que gestiona el servicio de la basura (FCC) y apela a su «transversalidad política» para enfriar un presunto apoyo a Rubén Viñuales (PSC) en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. Así de claro se mostró ayer el secretario general del sindicato en Tarragona, Joan Llort, tras tener conocimiento por el Diari del audio en el que su delegado sindical realiza una clara apelación a los trabajadores para votar a la formación socialista en las municipales de dentro de tres meses.

«Como UGT, nosotros somos transversales y no entramos en las ideologías de las personas. Respetamos las opiniones de todo el mundo, que es libre de votar a quien quiera», afirmó ayer Llort en declaraciones al Diari, recordando que «casi todos los partidos intentan introducir personas del sindicato en sus listas».

En este sentido, el secretario general cita a PSC, ERC, Comuns y Junts como las formaciones que cuentan con más personas originarias de la UGT. Asimismo, Llort recalcó que hasta ayer «no había tenido conocimiento» del audio que circula en el que el comité de empresa de la basura pide el «voto del cambio» en favor de Viñuales para el 28M. «Si él es alcalde, los primeros que ganaremos seremos nosotros, porque es uno más, es gent del barri. Gobernará pensando en nosotros», dejando de lado «la incompetencia de Ricomà y Fortuny».

«Vamos a desenmascarar su farsa», se escucha en el audio. Llort, de hecho, no fue invitado al encuentro que los trabajadores de la basura mantuvieron el pasado 3 de febrero con el alcaldable socialista, Rubén Viñuales.

¿Huelga preventiva?

Pocos días después de es acto, el comité de empresa anunció una huelga para la próxima Semana Santa, a escasamente un mes de la cita con las urnas, al denunciar que sus empleados perderían «un 30%» de poder adquisitivo con la nueva contrata. Pese a ello, tras quedar desierto el concurso, ahora se da el caso de que el pliego de condiciones aún ni ha pasado por ninguna comisión informativa ni por el pleno municipal, por lo que las denuncias serían aún «preventivas» al no tener validación administrativa formal. En este sentido, desde el sindicato se reconoce «no tener constancia oficial» de la voluntad de convocar la paralización del servicio.

«Las movilizaciones que quieran ejercer los trabajadores están al margen y no tienen nada que ver con quien consideren que, en el futuro, mejor puede atender sus intereses», indica la portavoz del PSC, Sandra Ramos, quien añade que «Ricomà debe dejar de buscar responsables externos a sus problemas internos y no poner más excusas para sentarse a negociar».

«Prácticas opacas y partidistas»

La mayoría de partidos salieron ayer en tromba para criticar las palabras del presidente del comité de empresa. «El señor Ángel Martín de Sande repite descaradamente mentiras en vez de defender los intereses de los trabajadores», indica Xavier Puig (ERC), quien considera que «esta extrema politización ayuda a entender el porqué de una amenaza de huelga política, un mes antes de las elecciones, destinada a favorecer al PSC y a la empresa en detrimento de la ciudadanía y los trabajadores».

Especialmente crítica se muestra la CUP, que denuncia que «PSC y FCC se comportan como una mafia», lo que «invita a pensar que la huelga tiene más intencionalidad política que de defensa de los derechos laborales», según indica la portavoz, Eva Miguel, que critica que la formación socialista «instrumentalice a los trabajadores de los servicios públicos para sus intereses personales y políticos».

A juicio de Lorena de la Fuente (Cs), las palabras del comité de empresa demuestran que las reivindicaciones de los trabajadores están «politizadas», y dispara contra el «juego sucio» del PSC. «Aquí se demuestra que no piensan en la ciudadanía y que les da igual que debamos pagar más caro un contrato de la basura con una Tarragona que está igual de sucia», y reivindica que, pese a estar en contra «de los aspectos económicos y algunos de técnicos», no considera que se vulneren derechos de los trabajadores.

Desde los Comuns, el alcaldable Jordi Collado opina que es «legítimo» pedir el voto por una candidatura, si bien critica «las formas, el momento y la actuación» del comité, de quien denuncia que «se hace difícil ver las reivindicaciones laborales en una huelga preventiva». Sobre el posicionamiento a favor de Viñuales, el candidato de los Comuns pide que «argumente los motivos, más allá de no tener ninguna propuesta en positivo y de haber realizado fichajes o intentos de fichaje que son dudosamente de izquierdas, como Montse Adan o Sonia Orts».

Finalmente, el alcaldable de Junts per Catalunya, Jordi Sendra, considera que «Tarragona debe huir del bloqueo entre la falta de capacidad del actual Ayuntamiento y las prácticas opacas y descaradamente partidistas de los que han mandado prácticamente siempre». A 98 días para las municipales, las revoluciones va in crescendo en una batalla que puede llegar al 28 de mayo como la cita electoral más polarizada que se recuerda en la Plaça de la Font.