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Las principales asociaciones estatales de venta de prensa han enviado recientemente al alcalde de Tarragona, Pau Ricomà (ERC), cartas solicitando que salve el quiosco de la Plaça Imperial Tarraco, que está previsto que cierre definitivamente el próximo 8 de octubre para dar paso a la construcción del nuevo carril bici.
Uno de ellos es el presidente de la Asociación de Medios de Información, Fernando de Yarza, quien pide al máximo representante municipal que «reconsidere su decisión» y «modifique el trazado», «de modo que el quiosco pueda continuar enriqueciendo el día a día de los vecinos».
Por su parte, Alfonso Arbesú –presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Publicacions– transmite en una misiva al alcalde su «consternación» por la posible desaparición de la emblemática caseta. «Es triste como desaparecen de nuestro paisaje urbano estos elementos que siempre han servido de encuentro e intercambio de ideas e información», a la vez que apela a «su buena voluntad para buscar alternativas que hagan posible la continuidad del histórico quiosco» y «evitar la consiguiente pérdida de puestos de trabajo».
«Excelente gestión acreditada»
Remedios Garrido, presidenta de la Agrupación Nacional de Vendedores de Publicaciones, indica al alcalde tarraconense en una carta que «si el quiosco se cierra es muy difícil hacerlo rentable cuando vuelva a abrir, y casi imposible si es un nuevo concesionario», y añade: «La difícil situación por la que atraviesan todos los comercios, y muy especialmente los quioscos de prensa, hace que su supervivencia dependa no solo de sy situación estratégico sino de una excelente gestión, que en este caso solo puede acreditar el actual cocnesionario por su larga experiencia», por lo que apela a su «voluntad política» para «encontrar soluciones sujetas a las normativas legales».
Finalmente, la Comisión Nacional de Vendedores de Prensa también ha hecho llegar una misiva al edil republicano. En ella, remarca la «produnda pena» que entraña «esta drástica decisión», y se muestra convencida de que «existe la posibilidad de promover una circulación de vehículos limpia y mantener un histórico negocio que forma parte de la ciudad desde hace más de un decalustro».
