Poco podía imaginar el científico ruso Dmitri Mendeléyev (1834- 1907) que su ordenación de los elementos en la tabla periódica iba a dar lugar a tantas actividades siglo y medio después de su creación. Y es que este 2019 la famosa herramienta química cumple 150 flamantes años, una efeméride que el Institut Martí i Franquès de Tarragona ha querido celebrar rindiéndole un merecido homenaje.
Con este fin, el Departament de Física y Química ha rescatado tablas periódicas allá donde las haya para montar una exposición atractiva y curiosa en la que se muestran de todo tipo y para todos los gustos. A saber, rockeras, cómicas, en diferentes idiomas o románticas. Tabletas de chocolate o pasteles, de los personajes de Harry Potter o Pokemon. Así, hasta 200 modelos. «Son pseudotablas», puntualiza Pilar Sanz, jefa del Departament. Aunque no todas. Pilar destaca el rincón de Mendeléyev, en el que los alumnos pueden apreciar la evolución desde la original de 1869 hasta la actual, así como una agrupación en función de su ordenación. «Hay muchos criterios. Él lo hizo por orden creciente de masa atómica y actualmente se hace por configuración electrónica y número atómico, que es el número de protones que hay en el núcleo», explica Pilar.
Una tabla humana
De entre todas, no obstante, sobresale la que preside las escaleras. «La hicieron estudiantes del año 2010, que ya no están en el centro. Estaba guardada en cajas y este año se ha colocado», comenta esta profesora. Está elaborada con azulejos, pintada y barnizada por los propios alumnos, que también este año han apadrinado los elementos. Una manera de hacérsela suya un poco más. La otra, que el propio estudiante, cartulina en mano, sea un elemento. Una propuesta que se llevó a cabo por Carnaval. «La confeccionamos con 118 alumnos de segundo de ESO, en el patio. Cada uno con un componente». Fue divertido, pero no fácil. «Nos costó casi una hora de trabajo alinear a los niños y que se vieran bien los elementos», revela Pilar.
La tabla periódica es una compañera de fatigas a partir de segundo curso. ¿La memorizan? «No», contesta esta docente. «Para nosotros es como un mapa. Y los alumnos hacen la configuración electrónica, por lo que saben situarlos, es como un juego de barcos» con el que de forma natural se van familiarizando. «Pueden memorizar unos pocos, una treintena», subraya. ¿Tan vital es? «Sí», afirma categórica Pilar. «Porque todos los elementos que contiene están en la naturaleza y solo hay 90 naturales en todo el Universo, no solo en el planeta Tierra.
Todo lo que se tenía que descubrir está descubierto» por lo que el resto, hasta llegar a los 118 se han sintetizado en el laboratorio, algo «dificilísimo», señala Pilar. Y especifica que «si se tiene un núcleo con 92 protones, bombardeándolo con un protón, si se consigue introducir uno más, ya se tiene el 93. Pero puede ocurrir que el núcleo solo viva dos meses y se acabe desintegrando. O incluso que viva décimas de segundo».
Los elementos presiden el día a día de todos ya que como apunta Pilar, «de los 90 naturales hay 50 importantes para la vida, con los que se crea todo, la ropa, nosotros, aquí y en el Universo. Y solo con tres, carbono, hidrógeno y oxígeno, existen prácticamente todos los seres vivos, con un poco de nitrógeno, calcio, flúor y hierro». Y los químicos -añade ufana- «copiamos la naturaleza y la mejoramos. Sabemos combinar los elementos para hacer casi todo».
Los fans incondicionales, que también los hay, pueden disponer de un trocito del invento de Mendeléyev en forma de estuche, camiseta, taza, tabla de cocina o alfombrilla de baño, entre otros muchos objetos que se pueden obtener por internet y que también están expuestos junto a las mil y una tablas que decorarán el pasillo de la tercera planta del centro todo este 2019.