Las últimas operaciones policiales frenan el auge de robos en trasteros

Los Mossos investigan en Tarragona varios hechos cometidos por uno o dos hombres, que han abierto un máximo de dos habitáculos

19 mayo 2017 22:58 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:25
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La detención de tres personas acusadas por los Mossos d’Esquadra de Tarragona de haber entrado a robar en 33 trasteros ha vuelto a poner sobre la mesa una práctica que en los primeros meses de este año ha arrasado en muchas ciudades españolas, donde estos hechos delictivos se cuentan por decenas. Fuentes de la Policía Autonómica subrayaron que en el Tarragonès, en estos momentos, no hay ningún boom. En la ciudad de Tarragona se investigan hechos aislados de uno o dos trasteros asaltados en una noche. Un caso muy diferente sería el del arresto, el año pasado, de tres personas en Salou acusadas de robar en 85 trasteros, unas acciones que quedaron registrados en imágenes, recalca el sargento de la Unitat d’Investigació de los Mossos de la comisaría del Tarragonès. Tras este golpe policial, la normalidad volvió a la capital de la Costa Daurada.

La última investigación de los Mossos d’Esquadra se ha centrado en Torredembarra, donde entre el 6 y el 24 de enero se habrían cometido 33 robos en trasteros de un bloque de viviendas situado en el centro de la localidad, aunque sólo han recibido trece denuncias –muchos vecinos no se han percatado porque tienen el piso como segunda residencia–. Los agentes vieron que el acceso al párking no estaba forzado, pero sí los trasteros, posiblemente con un destornillador, sin partir el bombín.

 

Dispositivo especial

La Policía Autonómica montó un dispositivo especial para determinar si los ladrones aprovechaban que alguien entraba en el párking para acceder al interior. No había testigos, ni tampoco imágenes de cámaras de seguridad, no se hallaron huellas.

Los agentes, a la una de la tarde, vieron a un joven sentado en un banco de la calle delante del edificio. Llevaba una tabla de snowboard de mujer, lo que levantó sus sospechas. Se acercaron y hablaron con él. Vieron que también portaba una bolsa de plástico con dos patines en línea de mujer y una bicicleta. Cuando le preguntaron sobre dicho material, contestó que esperaba a una amiga que se lo había dejado.

Como iba indocumentado, los Mossos trasladaron al joven a la comisaría de Campclar. Allí, revisaron las denuncias por robo y encontraron que la tabla de snowboard era posiblemente sustraída, ya que sus características –muchas pegatinas enganchadas de diferentes estaciones de esquí– coincidían con uno de los robos. Se pusieron en contacto con el denunciante, quien envió una foto por correo electrónico. Ello fue la prueba de que la tabla era robada, por lo que detuvieron al joven, Jonathan M.G. Se da la circunstancia de que vive en el mismo bloque donde se producían los robos. Ya había sido arrestado once veces, la mayoría por robo con fuerza, pero también por amenazas y robo con violencia o intimidación.

El sospechoso aseguró que él no había participado en ningún robo y que dicho material se lo había comprado a un joven marroquí, que siempre iba acompañado por un compinche. Sin embargo, los investigadores no le dieron credibilidad a la versión del detenido y lo acusan de los 33 robos. Según comprobaron, el arrestado acudió a un establecimiento de compraventa de Torredembarra para vender unas gafas de bicicleta, una caja de herramientas, una caja de pinturas, dos monitores de televisión y una pulidora –que fue la única pieza que no se había vendido aún–.

Hace unos días, los Mossos arrestaron a los dos presuntos cómplices de los robos, los marroquíes residentes en Torredembarra Sofian M. y Marzouk el Y., de 18 y 30 años, respectivamente. Mientras el primero carece de antecedentes, el segundo tiene uno por robo.

Ahora, la Policía Autonómica investiga también si los detenidos pueden estar detrás de otros cinco robos a trasteros cometidos en un bloque de la calle Rosari.

 

En Tarragona

Pero el caso de Torredembarra es singular. Actualmente, según el sargento de la Unitat d’Investigació de la comisaría del Tarragonès, no se está investigando ningún caso parecido. Reconoce, sin embargo, que en la ciudad de Tarragona sí que se dan casos puntuales, no protagonizados por ningún grupo organizado, lo que es más difícil de investigar debido a la amplitud geográfica de los casos. «Son robos puntuales, de como máximo dos trasteros en un bloque, cometidos por uno o dos individuos como mucho», subraya el mando policial. Los autores no fuerzan los parkings, por lo que posiblemente esperan a que entre alguien para poder acceder al interior.

El año pasado sí que se detectó un repunte de casos en Salou, aunque, con la detención de tres sospechosos –acusados del robo en 85 trasteros–, la situación volvió a la normalidad.

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