El gobierno provincial formado por ERC y PSC lleva un tiempo atravesando un pequeño Dragon Khan. La Diputació, tradicionalmente acostumbrada a ser un espacio en el que la política del día a día se tomaba un descanso, vive un mandato diferente, situándose por primera vez en el ojo del huracán de la actualidad informativa.
El empuje socialista con el Àrea Metropolitana –de la que ERC tiene más dudas–, además de los problemas con el hub cultural de la Savinosa y las inversiones previstas en el edificio de la antigua Caixa Tarragona de la Plaça Imperial Tarraco y el futuro trasladado del Conservatori a la Tabacalera, han situado muy a menudo al ente provincial en primera línea mediática, un hecho que prácticamente en años solo había pasado esporádicamente por un solo tema: el preventorio de la Savinosa.
Todo ello comporta la aparición de ciertas y lógicas tensiones entre socialistas y republicanos, especialmente también por el hecho de que la presidenta del ente provincial es una teniente de alcalde de Reus y el vicepresidente es el alcalde de Tarragona. El equilibrio territorial es un factor a tener muy en cuenta y, seguramente por ello, la pasada semana ambos pactaron poner sobre la mesa el inesperado nuevo auditorio que la Diputació quiere construir en la capital del Baix Camp, con una inversión anunciada de cinco millones de euros. La alcaldesa Sandra Guaita (PSC) reconoció haber tenido conocimiento de los planes del ente provincial «por la prensa».
Diputació: sin patrimonio romano
A todo ello, además, recientemente han aparecido dos nuevos elefantes en la habitación: el plan del Ayuntamiento de Tarragona para que Casa Montoliu –la sede del Conservatori de la calle Cavallers de la Part Alta, propiedad de la Diputació– se proponga al Estado como una opción para albergar un Parador Nacional, así como la posibilidad de que la Diputació se integre –junto al Ayuntamiento de Tarragona y el Estado– en un nuevo consorcio para mantener el patrimonio de Tarraco.
En lo referente a la primera cuestión, la pasada semana Viñuales –ejerciendo como alcalde de Tarragona– entregó una carta al ministro Hereu para avanzar en la posibilidad de que la ciudad cuente con un Parador Nacional. En declaraciones a Tarragona Ràdio, el alcalde aseguró que el consistorio ponía sobre la mesa la actual sede del Conservatori provincial junto a la ya conocida opción de Ca l’Ardiaca –de propiedad privada– así como una tercera opción que, de momento, no ha trascendido.
Pese a ello, la del parador no es una vía que cuente con el aval del socio de gobierno: ERC. Preguntada por el Diari, la presidenta Llauradó asegura que «una vez llegue el momento del posible traslado del Conservatori, la Diputació valorará si debe ubicar al edificio algún servicio propio o si es más conveniente plantear algún tipo de cesión o venta, siempre en el marco de los convenios patrimoniales con el Ayuntamiento». Asimismo, sobre el complejo turístico, la política republicana afirma que «me consta que la prioridad del alcalde es Ca l’Ardiaca».
Paralelamente, fuentes del ejecutivo la Diputació aseguran ver con recelo el anuncio del consistorio de incorporar al entre supracomarcal en el consorcio patrimonial que quiere crear junto a la Generalitat y el Estado, con la participación del Arquebisbat. Las fuentes consultadas recuerdan que la corporación provincial no tiene patrimonio romano en propiedad y que su inclusión «debería contar con el aval de Secretaria e Intervenció». Por ello, verían más factible aportar una «subvención anual», esto sí, desde fuera del consorcio. Tiempos revueltos en el Passeig de Sant Antoni.